Desde la llegada de Marta Álvarez a la presidencia El Corte Inglés ha vivido en un torbellino empresarial en el que los problemas familiares han quedado en un segundo plano. Los grandes almacenes aspiran a recuperar parte de su pasado glorioso volviendo a las ventas precrisis ante un futuro complicado. Para eso han tenido que rediseñar la estrategia y tomar algunas decisiones difíciles, como qué se vende con el objetivo de reducir su elevada deuda o si es necesario poner sobre la mesa su antigua pretensión de salir a Bolsa.
Y es precisamente en este último punto donde los grandes almacenes despejan su futuro, al menos para este año. “No hay ninguna previsión de salir a Bolsa en 2020”, aclaran fuentes de El Corte Inglés a este medio. Ya en verano, durante la presentación de sus resultados anuales, desde El Corte Inglés se alejaron de este eterno rumor. “La decisión de salir a Bolsa será de los accionistas, pero esa posibilidad no está sobre la mesa”, afirmaron.
Eliminada esta posibilidad de los planes estratégicos, la empresa familiar se centrará en 2020 en seguir reduciendo su deuda, que alcanza los 3.114 millones de euros a cierre del primer semestre del ejercicio 2019 (del 1 de marzo al 31 de agosto de 2019). Durante este periodo descendió en 253 millones en los últimos seis meses debido al comportamiento del negocio y a las desinversiones realizadas en activos no estratégicos por valor de 193 millones de euros.
De hecho, de cara al cierre del año la deuda de El Corte Inglés se reducirá aún más con el anuncio de venta de su división Informática (Iecisa) a la francesa Groupe Français d’Informatique (GFI), controlada por Mannai Corporation, un grupo empresarial originario de Qatar. La compañía desembolsará 300 millones de euros –según algunos medios– y a cambio se hará con un buen puñado de contratos públicos que la división se ha ido adjudicando y permitirá que los grandes almacenes bajen de los 3.000 millones de euros de deuda.
Desde hace tiempo, El Corte Inglés buscaba comprador para Informática. No es su primer intento por vender esta división. Además de Iecisa, Viajes El Corte Inglés también se llegó a poner sobre la mesa para su posible venta, aunque fuentes de la compañía siempre han descartado esa opción.
EL PAPEL DE LA NUEVA DIVISIÓN REAL ESTATE
La obsesión por la venta de activos no estratégicos para los grandes almacenes se plasmó hace unos meses en la creación de la nueva unidad de negocio El Corte Inglés Real Estate, con el objetivo de maximizar el valor de su patrimonio inmobiliario, estimado en 17.000 millones de euros. La nueva división pone el foco en el desarrollo y la gestión de su propio portfolio, así como de terceros, cubriendo toda la creación de valor.
Y es precisamente en esta división donde se va a apoyar durante 2020. “La división Real Estate que es la que se encarga de gestionar los activos inmobiliarios y así hará en 2020”, explican desde la compañía a este medio. De ahí que, previsiblemente, a lo largo del año se produzcan nuevas ventas o desarrollos.
Una de las operaciones en la que se encuentran inmersos actualmente es MAD-FD, Madrid FashionDistrict. Se trata de un nuevo proyecto de centro comercial en Arroyosur (Leganés), cuyo objetivo es integrar marcas de lujo y gastronomía, en un terreno donde se recrearán las calles madrileñas. Para ello, los grandes almacenes invertirán 100 millones de euros.
APUESTA POR LOS ESPACIOS GOURMET
Otra de las líneas estratégicas de El Corte Inglés girará en torno a su apuesta por la gastronomía gourmet. Recientemente, estrenó el nuevo Gourmet Experience en su centro de Goya (Madrid), donde precisamente hace diez años nació este formato. El nuevo espacio duplica su superficie original hasta los 1.400 m2, incorpora nuevos operadores, se potencia con una entrada directa desde la calle, propone una nueva ambientación y mejora el servicio al cliente.
Asimismo, a finales de 2020 verá la luz el espacio de alimentación gourmet de El Corte Inglés en Caleido, la quinta torre de la Castellana. Otra propuesta gastronómica que se sumará a los 400 espacios dedicados a la gastronomía –entre ellos 98 cafeterías, 40 restaurantes propios y diez Gourmet Experience– con los que cuentan los grandes almacenes.
No obstante, en su división de alimentación no todo es idílico. La compañía pretende potenciar el crecimiento de los supermercados (Supercor) e hipermercados (Hipercor), aunque la plantilla no está convencida de estos planes ya que denuncian la “precariedad” y “las infraestructuras obsoletas”, especialmente en los establecimientos de Supercor.
Toda esta estrategia de desinversiones y apuestas por un modelo de negocio pretende –más allá de reducir deuda– alcanzar niveles precrisis. Esos niveles sitúan el récord en 2007, cuando la cifra de negocio fue de 17.990 millones de euros y el beneficio neto de más de 716 millones de euros. Cierto es que fueron años de gran expansión de la compañía; pero una época en la que ni el propio Corte Inglés fue capaz de prever la llegada de la crisis de consumo que atravesó el país. El pasado ejercicio lo cerró con una facturación de 15.783 millones de euros de este ejercicio (un 1,1% más que en 2017) y un beneficio neto de 258,2 millones de euros.