La filial de renovables de ACS, Zero-E Sustainable Solutions, ha nombrado auditor de sus cuentas a Deloitte, según recoge este jueves el Boletín del Registro Mercantil (BORME). Este nombramiento se produce en tanto ACS prevé concluir la desinversión de los activos de energías renovables que tiene en esta filial en unos meses, previsiblemente a comienzos del próximo ejercicio.
La compañía que preside Florentino Pérez no ha determinado exactamente la cartera de activos que se venderá, esto es, si sólo se desinvertirá en los que ya están construidos o también parte de los que tienen en proyecto.
Durante la presentación a analistas de los resultados trimestrales, el director general corporativo del grupo, Angel García Altozano indicó que el perímetro de la venta dependerá del interés de los inversores que han mostrado voluntad de hacerse con este negocio. Además, aseguró que la operación deberá encajar con el objetivo último de la de la empresa, que consiste en «maximizar el valor de Zero-E».
El directivo descartó así de forma indirecta la eventual salida a Bolsa de este negocio, la otra alternativa que la compañía barajó para ponerla en valor cuando el pasado mes de abril relanzó este negocio con la constitución de Zero-E.
SEGUIRÁN INVIRTIENDO EN ENERGÍA LIMPIA
ACS ha ratificado no obstante la apuesta del grupo por el negocio de renovables, al asegurar que la compañía seguirá invirtiendo en la construcción de instalaciones de generación de energía limpia, tanto en España como en el exterior.
A través de esta nueva filial de energía verde, ACS cuenta con 1.481 MW en explotación y construcción en el marco del desarrollo de su cartera de proyectos de 8.200 MW (entre ellos los 1.550 MW logrados en las últimas subastas en España) a la que se sumarán otras oportunidades de negocio que surjan.
El grupo presidido por Florentino Pérez exploró un proceso de venta, con la presentación de los cuadernos de venta a interesados entre los que, junto a Endesa, también se encontrarían otros interesados en tomar una participación como los fondos Brookfield, Macquarie o KKR, entre otros.
En el caso de Endesa, esta operación tendría sentido dentro del proceso de transformación en que se encuentra la compañía, especialmente tras haber decidido dar acelerar el cierre de sus plantas de carbón en la Península Ibérica.