El Mundo cumplirá el próximo 28 de octubre sus primeros treinta años de vida. Pero el periódico decidió adelantar el cumpleaños para que el convite fuese presidido por Felipe VI, gesto cortesano que nos hace recordar la relación histórica del periódico con la Casa Real.
Porque a nadie en la redacción de la Avenida de San Luis olvida que El Mundo nació por las presiones de la Casa Real, estuvo a punto de morir por las presiones de la Casa Real y su espíritu fundacional pereció por las presiones de la Casa Real.
Estos tres hechos no fueron óbices para que Felipe VI sostuviese sin sonrojarse que El Mundo se ha convertido «en uno de los periódicos más influyentes de nuestro país, defensor de las libertades y de los derechos de todos los ciudadanos, especialmente del derecho a la información y a la libertad de expresión, como fundamentos irrenunciables de todo Estado de Derecho».
TRES ESCENAS QUE RETRATAN A LA CASA REAL
No logró los citados hitos El Mundo por la ayuda con la institución que Felipe VI representa. Porque Juan Tomás de Salas echó a Pedro J. de Diario 16 cuando Juan Carlos I le soltó en una comida entre la beautiful que no se sentase a su lado mientras el riojano siguiese pilotando el periódico.
Porque Pedro J. estuvo a punto de caer a principios de los noventa cuando el Rey Juan Carlos I le tendió la mano: «¿Amigos o enemigos?». La pregunta eufemística escondía una intención medieval: si sigues publicando o insinuando mis correrías nocturnas y mis negocios poco presentables te vas a tu casa.
Porque Pedro J. no pudo llegar al cuarto de siglo como director de su periódico, puntal de la regeneración pero también de cierto amarillismo british (véase el 11-M), por culpa de las presiones de Zarzuela.
El director de El Español recordó hace unos días que cayó en El Mundo por «los anhelos homicidas del PP de Rajoy, una parte del Ibex y otra vez el rey Juan Carlos, indignado por la entrevista con Corinna». Otra vez la corona…
EGOS, VETOS Y CHISMES: LA FIESTA DE EL MUNDO
Pedro J. Ramírez mostró hace unos días en Twitter su impresión sobre la fiesta celebrada en el Palace: «Buenos días. Agradezco al rey las reconfortantes palabras que nos dedicó anoche a Alfonso de Salas y a mí en la cena del 30 aniversario. Ojalá me hubieran permitido hacerlo en persona, abrazando a mis compañeros».
Antonio Fernández Galiano era el motivo del enfado del director de El Español, que añadió: «Pero que no quede en equívoco. Una cosa es que alguien usurpe un atril gracias a sus traiciones, y otra distinta que las palabras huecas de una mansurrona lengua de madera representen el espíritu indomable de quienes hicimos de El Mundo un diario libre».
Ramírez ha explicado en el Confidencial Digital que pretendió leer un discurso que fue adelantado a Galiano, pero el CEO de Unidad Editorial se negó. El ego del director de El Español quedó una vez más al descubierto. También el talante de Unidad Editorial, que hasta que no se ha cruzado con un enemigo más odioso, David Jiménez (‘El director’), no ha tenido un gesto de cortesía con su fundador.
RECUERDOS, OBITUARIOS Y CAMBIOS EN EL MUNDO
Desde hace cinco años Antonio Fernández Galiano apostó porque El Mundo batallase ideológicamente contra ABC de la mano de Paco Rosell o Jorge Bustos en vez de mantener la guerra en el ámbito de la investigación que tanto daño hizo al Sistema.
Una investigación que siempre ha sido el ojito derecho de Ramírez, que tuvo hace unos días la errónea idea de utilizar un obituario para su amigo Alfonso de Salas como metralla contra Galiano: «Alfonso de Salas fue un editor que siempre jugó con el equipo de casa, un empresario que una y otra vez sumó y nunca restó y un hombre que hizo de la lealtad el mejor de sus títulos nobiliarios. A ver de cuántos se podrá decir lo mismo».
Más comedido estuvo Paco Rosell, que en la fiesta tuvo la elegancia de recordar a tres periodistas que murieron cuando trabajaban para la escudería de El Mundo, Julio Fuentes, Julio Anguita Parrado y José Luis López Lacalle.
También citó a los cuatro padres fundadores del periódico, Pedro J. Ramírez, Alfonso de Salas, Juan González y Balbino Fraga, que lanzaron un periódico que con el tiempo se convertiría en el segundo generalista más importante del país y quizás en el más influyente al contribuir a la caída del felipismo por sus crímenes, a la abdicación de Juan Carlos por sus escándalos y a la regeneración política por el buitrerío del ahora restaurado bipartidismo.
BUENAS PALABRAS
Pedro J., ninguneado hace un lustro en la fiesta del primer cuarto de siglo, se lamentaba hace unos días porque en relación al aniversario de El Mundo «la noticia de los fastos de los 30 años sea la mezquina mutilación del motor de los primeros 25».
Paco Rosell prefirió no entrar en guerras y sostuvo que «una prensa crítica e independiente es la sangre que riega y vigoriza la democracia. La libertad y la democracia se deprecian y se devalúan al compás que lo hacen los medios de comunicación. Cuando la prensa falla, la democracia -incluso la nación- queda desguarnecida». En realidad, cuando la prensa acierta, y se dedica a contar la verdad, el establishment es el que queda desnudo…