La expectación mediática creada por la primera tienda física de AliExpress en Europa se ha cocido a fuego lento durante las últimas semanas. La empresa china de distribución ha conseguido una importante penetración en el mercado español. Por eso, un espacio físico, junto al bombo generado por los medios de comunicación, provocó que su inauguración agolpara a cientos de personas en sus puertas. El resultado final, sin embargo, no fue tan exitoso.
La “zona cero” para la llegada de AliExpress en España fue el centro comercial Xanadú, situado entre Arroyomolinos y Móstoles. El gran reclamo: 500 regalos para los primeros 500 en llegar a la tienda en su apertura. Con esta mezcla, todo estaba servido para que las redes sociales se llenaran de fotos con cientos de personas haciendo colas. Incluso, hubo valientes que acamparon al más puro estilo “appleboy” cuando llega un iPhone nuevo.
Sin embargo, muchas de las personas que asistieron este fin de semana al estreno del espacio físico de AliExpress quedaron un poco chafadas. En primer lugar, el tamaño de la tienda no difiere demasiado a los cientos de locales de distribución que hay España. Nada del otro mundo. Quizá una sobreexpectación del evento provocó ese desánimo.
Además, la tienda está dispuesta como un relicario de grandes fabricantes de móviles que, en ningún caso, tienen ofertas que atraigan más que las propias webs online. Por si fuera poco, la estética del lugar también decepcionó a muchas personas. No hubo “efecto wow”. Era como estar en una “Mi Store” o “Apple Store”. De nuevo, según relatan a MERCA2 diversas personas que estuvieron en la inauguración, todo fue muy distinto a lo que esperaban.
UN ALIEXPRESS DIFERENTE
Una de las cuestiones que más ha llamado la atención tiene que ver con los precios. Los centenares de personas que se agolparon el pasado domingo para visitar la tienda de AliExpress esperaban chollazos. Algo a lo que están acostumbrados en la web. Pero nada más lejos de la realidad, la mayoría de precios y productos se pueden encontrar en cualquier otra superficie y, además, tienen un coste que se asemeja a otros distribuidores.
Así, aunque no haya cifras oficiales sobre el impacto en las ventas en estas primeras jornadas, según las personas que pudieron ver todo de primera mano, el volumen de personas que pasaban por caja nada tenía que ver con la masiva afluencia de gente que se agolpaba en las colas. Es decir, se ha transmitido una imagen de gente ansiosa por comprar cosas y, efectivamente, el ansia existía, pero las compras, al parecer, no se han ejecutado.
Ahora habrá que ver, una vez que todo se encauce dentro de la normalidad, qué efecto tiene la tienda física de AliExpress. El precio ha sido un elemento diferenciador para la marca china; sin eso, no deja de ser una tienda donde venden productos de electrónica de otras marcas. Y no seamos tontos, eso ya existía.