Los smartphones hacen que los adolescentes tengan mucho más fácil el acceso al sexo. La curiosidad y el morbo provoca que entre ellos se manden mensajes y fotos subidas de tono, pero esta costumbre conocida como sexting, también entraña peligros. Una vez que envías una foto pierdes control sobre ella y no sabes dónde va a acabar.
Aparte de los riesgos tecnológicos que entraña el sexting, un estudio relaciona esta práctica con algunos trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Debemos estar alerta porque entre los adolescentes es muy habitual practicar el sexting y podría afectarles más de los que pensamos.
1Un estudio sobre el sexting
Según un estudio sobre el sexting realizado por la Universidad de Calgary en Canadá, existe relación entre esta práctica, las conductas sexuales y los trastornos mentales entre los jóvenes. Estas prácticas pueden llevar a decepciones emocionales. Y es un hábito cada vez más común entre adolescentes.
Aunque la intención del sexting sea inofensiva, los adolescentes que lo practican tienen más posibilidades de practicar sexo sin usar anticonceptivos, y hay una correlación con consumir más tabaco, más drogas y más alcohol. Sin embargo, que haya relación no tiene por qué haber causalidad.