Iberdrola ha firmado un acuerdo con el Ayuntamiento de Las Rozas este lunes, para la implantación de un modelo de ciudad inteligente o ‘Smart City’, según han informado ambas entidades. La iniciativa busca incorporar la perspectiva e información de la red de distribución eléctrica de Iberdrola para implantar un modelo de gestión de ciudad inteligente.
Además, el despliegue de la red eléctrica inteligente de la energética permitiría incorporar la ‘traza neuronal’ de la red para ofrecer un mejor servicio al ciudadano. En concreto, el desarrollo se centra en cuatro líneas estratégicas: movilidad, infraestructuras, energía y sensibilización.
En Las Rozas, la compañía ya ha desplegado más de 45.695 contadores inteligentes, que se integran en un sistema avanzado de contratación, medida y facturación del suministro eléctrico.
Esta iniciativa alcanza a la telegestión de sus 446 centros de transformación a baja tensión, de los que 359 cuentan además con supervisión de red y 46 han sido automatizados, haciendo de Las Rozas una ciudad más inteligente.
SOTERRAMIENTO DE CABLES AÉREOS DE SUMINISTRO
El acuerdo, firmado por el alcalde de Las Rozas, José de la Uz, y representantes de la energética, incluye también el desmontaje de los cables aéreos de suministro en todo el municipio.
Así, el convenio contempla el soterramiento de la totalidad de los tendidos aéreos de las líneas de baja tensión de las diferentes áreas urbanas del municipio, si bien éstas actuaciones que tendrán especial impacto en las zonas de Las Matas y La Marazuela, donde este tipo de líneas son más abundantes.
Tal y como refleja el acuerdo entre ambas partes, Iberdrola se compromete a realizar los estudios y trabajos necesarios para ello, elaborar los proyectos pertinentes y dirigir las obras, ejecutando los tendidos mediante canalización entubada de las nuevas líneas y desmontando los tendidos de las líneas aéreas afectadas.
El Ayuntamiento, por su parte, se compromete a facilitar allí donde sea posible el uso de las canalizaciones ya existentes y a asumir la totalidad de los costes que deriven de la operación.
La firma de este acuerdo de colaboración supone dar respuesta a una «reivindicación histórica» de los vecinos de la localidad, especialmente en determinadas zonas, acabando así con unas instalaciones que causaban un impacto visual negativo, además de presentar en algunos casos problemas de accesibilidad urbana.