La transición ecológica hacia los vehículos eléctricos, indudablemente positiva para el medioambiente, tendrá consecuencias directas en la facturación de los talleres. El horizonte está en 2050 según el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático, un año que supondría el fin de los tradicionales diesel y gasolina para abrir la puerta a la electricidad.
Las cifras concretas establecen en un 38% las pérdidas de facturación en esta transición del vehículo de combustión al eléctrico, según el informe de “La descarbonización de la posventa” presentado esta mañana en el Congreso de Faconauto. En concreto, la posventa factura 13.639 millones de euros anuales. Sin embargo, si en 2050 el parque fuera 100% eléctrico, esa cifra se reduciría hasta los 8.472 millones.
La reducción de estas cifras tiene una explicación. Un vehículo de combustión interna requiere una serie de mantenimientos preventivos cada equis años o kilómetros que con el eléctrico desaparecen. La parte de mecánica, que genera dos terceras partes de los ingresos totales, se vería muy afectada con pérdidas aproximadas del 56% de la facturación.
Las piezas que forman parte del mecanismo de un vehículo de combustión no están en los eléctricos porque no son necesarias. Hablamos de aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, inyectores, escapes, etc., y que entre todos ellos superan los 15.000 euros. Aunque hay que entrar a valorar un elemento que sí está presente y cuáles serían sus beneficios económicos: la batería.
Esta pieza, base de los coches eléctricos, oscila entre los 10.000 y los 20.000 euros. Esta cantidad podría compensar la pérdida de facturación de los talleres, aunque su vida útil está en los diez años, bastante más tiempo comparado con las piezas “clave” de los diésel o gasolina.
LOS COCHES ELÉCTRICOS NO APTOS PARA TODOS LOS BOLSILLOS
Una inversión de 25.000 euros viene a ser lo habitual para convertirse en un conductor de coche eléctrico. Pero la realidad es que no todos los hogares pueden permitirse este tipo de vehículos.
Los datos que revela el Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan que solo dos de cada diez hogares cuenta con una renta media de más de 2.500 euros mensuales. Por otro lado, el 60% de las familias está en torno a los 1.600 euros mensuales. El primer grupo podría hacer frente de manera holgada a los gastos que supone un vehículo eléctrico, mientras que el otro se ve apurado frente a esta situación.
El informe presentado por Solera refleja la realidad del parque móvil en España. La desigualdad de las cifras augura un proceso largo en la electrificación española, puesto que, de los 26 millones de vehículos en circulación solo el 0,1% pertenece al grupo de los eléctricos.
La situación hipotética de un 10% de matriculaciones anuales eléctricos llevaría a un largo periodo de 172 años para electrificar completamente el parque. Otra hipótesis, todavía más idílica en la que se empezasen a comprar únicamente coches eléctricos en España desde ya, acercaría el objetivo a 2036.
Para conseguir un mayor acceso a la movilidad eléctrica es necesario mejorar la autonomía de los vehículos, la infraestructura de recarga y lo más importante, adaptar el precio de venta de los eléctricos para aumentar su competitividad en el mercado.