viernes, 13 diciembre 2024

Zurich y AXA cambian de vehículo para arreglar el pinchazo en autos

El seguro del automóvil no vive su momento más glorioso. Cierto que durante 2018 creció un 1,94% en primas, pasando de los 10.924 millones de euros en 2017 a los 11.135 millones en 2018. Un crecimiento continuado que viene desde 2014 pero que está dando síntomas de fatiga, según los datos de Icea. Cada año, dicho incremento es menor respecto al anterior. Y la estimación de crecimiento para 2019 está entre el 1,3% y el 1,4%, continuando la tendencia.

Muchos son los factores que están desinflando las cifras: cinco meses seguidos de caída en las ventas de vehículos, una legislación que cambia con demasiada frecuencia, los condicionantes de conducción en grandes urbes, más usuarios de la llamada economía colaborativa, coches mejor equipados en sistemas de seguridad que se traduce en menos siniestros… Y, a menor riesgo, menor prima.

Caser, Pelayo y Zurich han visto como durante 2018 ha caído su volumen de primas en autos

Por todos estos motivos, grupos como Caser han visto caer el volumen de primas emitidas en autos un 8,28%, Pelayo un 2,32% y Zurich un 3,71%, según Icea. Esta última, para coger de nuevo velocidad, ha puesto su punto en un mercado que podría estar compuesto por 11 millones de personas según la Fundación Línea Directa.

Se trata de los conocidos como Vehículos de Movilidad Personal (VMP): patinetes eléctricos, monociclos, hoverboards, segways… Klinc, una de las marcas de Zurich, ha lanzado al mercado un seguro, en concreto, para patinete eléctrico con un precio de 32 euros anuales y que incluye responsabilidad civil, protección jurídica y daños accidentales que impidan su funcionamiento.

Como hay que renovarse o morir, AXA, que creció un 1,37% en autos durante 2018, no ha querido dejar pasar de lado este nuevo nicho de mercado. En su caso, el precio tiene un precio de partida de 20 euros al año, y está destinado a particulares propietarios y usuarios de patinetes eléctricos mayores de edad.

En el caso de ser el usuario habitual un menor, deberá figurar como asegurado en la póliza, y como tomador una persona mayor de edad, sus padres o el tutor legal. “Estos dispositivos no son un juguete, sino un vehículo como otro cualquiera que podría herir o causar algún daño durante la circulación, de ahí la importancia de contar con una cobertura de responsabilidad civil”, asegura Kristof Vanooteghem, director de Empresas de AXA.

AXA Y OTRAS FIRMAS SE SUMAN AL CARRO

Junto a Zurich y AXA, otras compañías también se han subido al carro de asegurar este tipo de movilidad. Una de ellas es Catalana Occidente (a partir de 25 euros al año, responsabilidad civil y defensa jurídica) y otra Mapfre que aporta un seguro de responsabilidad civil por el mismo precio.

Sin duda se trata de un mercado al alza ya que, como se ha reseñado anteriormente, casi 11 millones de personas están dispuestos a usar los VMP como medio de transporte habitual. De hecho, y según la Fundación Línea Directa, más de dos millones de españoles aseguran tener previsto adquirir uno de estos vehículos en los próximos meses.

Un dato: en 2018 se produjeron 273 accidentes con VMP que dieron como trágico resultado el fallecimiento de cinco personas. Si no se afronta el problema, dicha fundación calcula que durante 2019 ese número podría triplicarse para llegar a los 17 fallecidos.

Ventajas tienen muchas: no contaminan, son ligeros, económicos, y se puede circular sin permisos ni seguros. Hay excepciones en este último punto ya que, por ejemplo, el ayuntamiento de Madrid sí obliga a las empresas que alquilan estos vehículos tener un seguro de responsabilidad civil. Mundo aparte son los particulares.

Es la falta de experiencia de los usuarios la que puede causar accidentes. De ahí que se apunte a la elaboración de una normativa homogénea. De ahí que el número de personas que consideran un “auténtico riesgo” para la seguridad vial estos VMP sea de tres de cada cuatro españoles. Y un 95% estima que los usuarios no respetan las normas de circulación “y van por donde quieren”. En manos de la DGT, y de los ayuntamientos, está obligar o no a contratar un seguro. De ser la respuesta positiva, Zurich, AXA y el resto de compañías encontrarían una nueva fuente de ingresos con la que compensar el ralentí de autos.


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