El sector automovilístico se encuentra en una etapa de cambios. Una transformación coyuntural a la que o te sumas o desapareces. Titubear sobre cuál es la posición en la que te quieres situar no suele ser del agrado de nadie. Y Mazda parece que no ha sabido elegir su lugar. El fabricante de vehículos japonés no está pasando su mejor momento. Sus beneficios caen de forma desmesurada y los inversores se están empezando a cansar. Una situación insostenible que se está alargando demasiado.
Cuatro años. Ese es el tiempo que Mazda lleva cayendo en bolsa. Cuatro ejercicios que no han contentado a sus inversores. En la actualidad, las acciones de la compañía están en cifras mínimas que no se alcanzaban desde hace más de un lustro. Con algo más de 1.230 yenes (9,60 euros), sus títulos se alejan cada día de los más de 4.000 yenes (31 euros) que costaban en 2006.
El 21 de noviembre Mazda tocó suelo. Ese día alcanzó su mínimo en cinco años. Superando, a la baja, los registros previos que las acciones de la compañía marcaron en 2016 tras el escándalo de los airbags defectuosos de Takata, que obligaron a Mazda a revisar más de un millón y medio de vehículos. En lo que va de año, la compañía ha perdido más de un 20% en los mercados. Además, en la bolsa de Estados Unidos, las participaciones siguen la misma senda.
“Las acciones de Mazda se encuentran en una tendencia bajista desde noviembre de 2014, tanto en la bolsa de Japón como en la de Estados Unidos. En junio de este año, perdió el soporte de los 6,13 euros (en EEUU), lo que aumenta la presión bajista en el valor. Esto le podría llevar a medio plazo a mayores caídas, con el objetivo entorno de los 4 euros por acción”, ha asegurado el analista de IG, Sergio Ávila.
Mazda quiere cambiar. Quiere posicionarse como una marca ‘premium’. Acostumbrada a estar a caballo entre una firma generalista y una insignia superior, ahora lucha por situarse con los mayores de la clase. Sin embargo, a pesar de la mejora de calidad que ha hecho en sus vehículos, alzarse a la altura de Audi o Mercedes-Benz cuesta muchos años de esfuerzo. Y sobre todo de marketing.
MAZDA AL CONTRARIO DEL SECTOR
Pero algunas decisiones de la marca nipona van al contrario del resto del sector. Aunque Mazda ha anunciado que llegará en 2019 al mercado de los coches eléctricos, la firma se ha desmarcado del vehículo autónomo. “Si observamos la industria del automóvil en general, creemos que muchos fabricantes están privando a los conductores de gran parte del placer de la conducción. En Mazda luchamos contra esa tendencia”, ha asegurado el presidente y consejero delegado de la compañía en Europa, Jeff Guyton.
Un estudio presentado por la compañía asegura que el 86% de los españoles disfrutan conduciendo. Además, el 62% de los encuestados preferiría conducir a pesar de poder utilizar un coche autónomo. Este porcentaje asciende al 66% si hablamos del conjunto de Europa.
“Como marca nos encanta conducir y este estudio demuestra con gran nitidez que un enorme número de conductores europeos están con nosotros. Por supuesto, los vehículos autónomos van a tener un papel, pero para nosotros, y al parecer para muchos otros, lo cierto es que no hay nada como el placer físico de conducir”, ha añadido Guyton.
MALOS RESULTADOS
Los malos resultados no ayudan a ninguna compañía a rebotar en bolsa. Menos cuando van acompañados de una reducción de las previsiones. Mazda obtuvo un beneficio neto atribuido de 24.400 millones de yenes (casi 190 millones de euros) en la primera mitad del año fiscal japonés 2018-2019 (que comprende desde abril hasta septiembre). Esta cifra supone un 61,5% menos en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Por su parte, el beneficio operativo de Mazda se situó en 30.900 millones de yenes (240 millones de euros). Casi un 60% menos, lo que tampoco anima a que los inversores apuesten por la marca. Sin embargo, los ingresos de Mazda aumentaron un 4,4%, hasta 1,73 billones de yenes (13.480 millones de euros).
En todo el mundo, Mazda matriculó entre abril y septiembre 796.000 vehículos. Un 1,7% más y récord histórico para la marca. No obstante, no ha permitido que se reflejase en sus beneficios. Entre los grandes mercados, la compañía creció un 1,6% en Norteamérica, con 222.000 unidades. Además, en Europa, Mazda entregó 135.000 automóviles, un 2,4% más. Destacó el caso de España, donde sus ventas crecieron un 17%, hasta 11.000 coches.
BAJAS PREVISIONES PARA FINAL DE AÑO
Y lo peor está por llegar. Porque todavía no se ve la luz al final del túnel. Mazda ha revisado sus previsiones para final de año y ha rebajado sus expectativas. El motivo fue, según ha señalado la compañía, la reducción de su producción debido a la meteorología adversa. El impacto de las lluvias “récord” dio como resultado que las plantas japonesas suspendiesen su actividad.
Este imprevisto supuso la pérdida de ensamblaje de 44.000 vehículos. El impacto negativo en las cuentas de Mazda ascenderá a 28.000 millones de yenes (218 millones de euros). En la actualidad, la marca pronostica que obtendrá un beneficio neto de 50.000 millones de yenes (390 millones de euros), un 55% menos. Esto supone una reducción de sus estimaciones anteriores de casi el 40%.
La facturación de la compañía crecerá un 1,6%, hasta 3,5 billones de yenes (más de 27.500 millones de euros). Pero su beneficio operativo rondará los 70.000 millones de yenes (545 millones de euros), un 52% menos. Este resultado supone una bajada de sus previsiones de ganancia de un 33%. La compañía esperaba cerrar el año fiscal con un beneficio operativo de 820 millones de euros.