Este verano fue de lo más intenso en Telefónica. Más concretamente el final de verano.
La preocupación por el desplome de la acción fue tan intensa esos días que el propio José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, interrumpió sus vacaciones en Menorca para aparecer de imprevisto por Distrito C en busca de soluciones.
El chascarrillo del verano fue el reflejo de una situación que dejó más preocupado, aun si cabe, al presidente. Apenas encontró soluciones por un motivo absurdo: apenas había nadie. Los que no estaban de vacaciones estaban en la Vuelta Ciclista a España. Tal vez fue ese el momento en el que José María Álvarez-Pallete descubrió que la telco tenía un problema de comunicación y ha decidido atajarlo.
Parece que ha pasado un siglo, pero en realidad sólo han sido un par de meses. La sensación que queda viendo los gráficos bursátiles es la de haber vivido un auténtico matchball. Las excelentes noticias que quedan tras ello son la sensación de haberlo salvado. Telefónica llegó a cotizar a 6,5 euros, lo que representa una capitalización de apenas 34.000 millones de euros. Una situación crítica que encendió el radar de todo tipo de especulaciones.
Hoy, Telefónica está en un sorprendente rally alcista que ojalá duré aún. Y digo sorprendente porque nadie apostaba que terminaría así el año. Muchos se temían/nos temíamos, que en septiembre la acción se desplomaba hacia los 6 euros por acción. Y a partir de ahí, el Apocalipsis.
En estos momentos, la telco cotiza a 7,93 euros, lo que supone una capitalización bursátil de 41.000 millones. Sí, en apenas dos meses la valoración de la empresa se ha incrementado en unos 7.000 millones de euros. Más allá de los números, las sensaciones de estas últimas semanas han sido excelentes. Telefónica ha recuperado protagonismo y ha vuelto a “tirar del Ibex”. Es el camino para recuperar en el panorama empresarial español, la posición que le corresponde.
Sin intención alguna de echar las campanas al vuelo, por fundamentales parece lógico pensar a medio plazo en una cotización más cerca a los 10-12 euros por acción, que verla en los apenas 8 actuales.
TELEFÓNICA COMO EMPRESA CLAVE DE LA MARCA ESPAÑA
¿Cuál es esa posición que debe recuperar la compañía? En varias ocasiones José María Álvarez-Pallete habla del ADN de Telefónica, poniendo de ejemplo su capacidad de reinvención en los últimos 100 años. Dentro del Ibex 35 la empresa ya no está llamada a ser la empresa más capitalizada, ni la más internacional, ni la de más proyección del país, pero no debiera tampoco estar llamada a tener un papel secundario como iba asumiéndose. Junto a Inditex y el Banco de Santander es nuestra empresa más internacional y la que debería tirar de la economía española.
Hoy, Telefónica, es por tamaño la cuarta empresa del Ibex 35, tras Inditex, Banco de Santander e Iberdrola. Hace tan sólo unos meses había caído hasta la sexta plaza habiendo sido sobrepasada por BBVA y Amadeus. Tendría lógica pensar que si continua su recuperación acabará siendo en breve la tercera compañía española por capitalización.
A final de la semana pasada se produjo en Madrid una reunión con más de 900 directivos internacionales de la telco. Hoy el mero hecho de que una empresa tenga 900 directivos ya parece preocupante.
La cita, en la Caja Mágica, duró un día y medio, y resulta un evento interesante por varios motivos.
«RECONECTA», EL NUEVO PROGRAMA DE TELEFÓNICA
En primer lugar, por la presentación del nuevo programa, bajo el nombre de “Reconecta”. Bajo este epígrafe se detallan líneas de actuación para el periodo 2019-2020:
– Más relevancia para el cliente, fomentando la experiencia digital con dos ejes fundamentales, la simplicidad y la personalización.
– Mayor retorno a la inversión del capital empleado (ROCE)
– Búsqueda de más ingresos. Conversión en una plataforma de distribución de tecnología abierta a la comercialización de productos de terceros.
Si bien es cierto que lo se conoce hoy no es más que un esbozo teórico de la actuación futura, y por tanto siquiera puede ser valorado, no es menos cierto que el impulso llega en un buen momento.
Desde MERCA2 llevamos meses pidiendo un nuevo plan estratégico (Telefónica necesita un plan de verdad, no uno de “pinta y colorea”). Cómo no todo puede ser perfecto, la elaboración de este programa ha correspondido a McKinzie. Y no será desde luego por el éxito de sus últimos informes estratégicos, pero si por su penetración en la cúpula de la telco española (McKinsey Gobierno en la sombra de Telefónica)
Hace falta un nuevo plan estratégico y una nueva política de marca
El último plan estratégico, “Elegimos todo”, fue desarrollado para el periodo 2015-2020 y lleva muerto casi 2 años. Mckinzie ya está trabajando en uno nuevo que lo sustituya. Gane quien gane, siempre ganan los mismos: McKinzie desarrolla planes para 5 años y si no funcionan y a los dos años están muertos ¡mejor que mejor! Se pide uno nuevo a… ¡el propio McKinzie! Pareciera que es la única consultora de relevancia mundial y ha inventado el concepto de la obsolescencia programada empresarial, como Apple, pero esta vez llevada a los informes y el mundo del business intelligence.
LOS TITULARES QUE NOS DEJA ÁLVAREZ-PALLETE
José María Álvarez Pallete ha hecho hincapié en sus hitos de gestión en estos últimos 3 años. En primer lugar, porque la compañía está creciendo en las principales variables económicas, algo que “no sucedía en los últimos 9 años”.
Telefónica hoy crece en ingresos, flujo de caja, clientes, y a la vez ha reducido en el periodo unos 10.000 millones de su -aun- gigantesca deuda. En los últimos meses algunas desinversiones como la venta de Antares a Catalana Occidente (por 161 millones, gran operación para Telefónica), han ayudado a ello.
Es especialmente significativo el incremento del margen de EBITDA sobre ventas en tres años, habiendo pasado del 30,8% al 32,5%, siendo la envidia del sector. Muy por encima de los principales competidores europeos como BT, Vodafone, Orange o Deutsche Telekom.
¡AL FIN! SE CUESTIONAN LOS MERCADOS DE LA COMPAÑÍA
Este es un asunto de importancia estratégica. Por vez primera se preguntan y/o cuestionan públicamente los mercados en los que se opera. Este es un punto que parecía tabú en los últimos años. Y tiene mucha importancia. Hay mercados que fueron mal seleccionados y a los que no se debería haber acudido (por ejemplo, Venezuela), y otros que siendo mercados interesantes las operaciones han un rotundo fracaso por mala gestión y/o por la competencia de otros operadores locales (por ejemplo, México). Tal vez ha llegado la hora de asumirlo y vender filiales que apenas aportan, y que ayudarían a reducir la deuda de una manera inorgánica, así como el perímetro-compañía innecesario.
Al fin Telefónica hablaba (y así lo he reflejado anteriormente) del ROCE. Y eso es muy relevante, además de una gran noticia ya que era una métrica olvidada. Mercado exterior que no cumpla (pasa en muchos el LATAM para desgracia de Telefónica), debe venderse. Country manager que no haga números positivos, debe salir por la puerta. Esa es la autocritica necesaria de estos años y el cambio relevante que debe producirse a nivel global.
LA DESCONEXIÓN DIGITAL
De relevancia interna para los empleados de la compañía -a fin de cuentas, es un evento interno-, las medidas sobre el derecho de desconexión. Telefónica se posiciona sobre todo ello con sus nuevas normas sobre desconexión digital. Se convierte en una de las primeras grandes empresas en España que se posiciona públicamente y lo refrenda por escrito con UGT y CCOO con objetivo de potenciar el derecho al respeto del tiempo personal de sus empleados.
"Creemos que ha llegado el momento de posicionarnos. Bienvenidos a las normas del grupo Telefónica sobre el derecho a la desconexión digital"@jmalvpal, Presidente ejecutivo de @Telefonica
👉🏼 https://t.co/fxIzhOOAdf👈🏻 pic.twitter.com/GOTRjzg9c3
— Telefónica (@Telefonica) November 27, 2018
Resulta interesante el desafío del reto tecnológico mezclado con valores socialmente aceptables. Se lanza en España y se extenderá a todos los países con presencia del operador. Ahora queda un nuevo reto, que esas normas calen en los mandos directivos e intermedios y se apliquen realmente.
En este evento interno hubo tiempo para la risa y para lanzar al «estrellato» a Mariano de Beer (Director general comercial digital) y Markus Hass (CEO de Telefónica Alemania).
Evitaré hacer mucha sangre y apenas haré comentarios personales. Pero es evidente que pareciera el cierre de un congreso de teleoperadores, que están desorientados sin ver la luz de sol hace días y llevan una somanta de copas encima. Recomiendo ver, no todo pero si al menos unos segundos, el papelón de los directivos:
Hijo, búscate un trabajo serio, decía mi madre. En fin… parece que no todos tuvimos la misma suerte.
LLEGAMOS A LA PREGUNTA DEL MILLÓN
Para el presidente, el único punto negativo es la cotización del valor en bolsa, que, pese a haber repuntado un 20% en dos meses continua sensiblemente por debajo de la cotización cuando accedió, de manos de César Alierta, a la presidencia. Y nada que ver con el valor de hace una década.
Pallete: «No importa si el vaso está medio lleno o medio vacío. Lo que importa es que pueda rellenarse»
Parte de ese mal comportamiento se achaca a las regulaciones de la Unión Europea, que hacen que en Europa haya unos 400 operadores de Telefonía móvil, mientras que en Estados Unidos o China apenas hay 4 o 5. Eso hace que el sector este sufriendo y siendo poco atractivo a ojos de los inversores en el viejo continente. Pero eso no es motivo suficiente.
Sea como fuere, al ser un evento interno para hacer equipo, el ambiente festivo reinante mezclado con el cabreo de algunos inversores enganchados al valor, ha hecho que aparezcan algunos memes con mayor o menor maldad en Internet. Este, maldad sútil tiene una poca:
Para el presidente «no importa si el vaso está medio lleno o medio vacío. Lo que importa es que pueda rellenarse». Me parece correcto, pero igual que puede rellenarse puede caerse y hacerse añicos. 2019 es el año clave para que ese vaso pueda rellenarse. Hasta arriba del todo.
La pregunta del millón entonces está clara: Si todas las métricas de negocio son positivas, ¿por qué no es esa la percepción y por qué no lo refleja el valor de la acción?
Elemental, mi querido Watson; igual que, en mi opinión, es necesario un nuevo plan estratégico, hace falta una nueva política de imagen de marca y comunicación.
2019 debe ser el año de la resurrección de Telefónica, y viejas recetas no traerán sino viejos resultados. Y Álvarez-Pallete lo ha aprendido estos años. Otra cosa no, pero se ve que ha tomado buena nota de todo.