Alarma injustificada sobre el precio de la salud en Madrid por inconsistencia de la Cámara de Cuentas

La aparición del proyecto de informe de fiscalización de las cuentas del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), de los años 2011 a 2015, que está ‘cocinando’ la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid ha disparado todo tipo de alarmas entre los gestores de los hospitales de la red pública. ¿Por qué? Por el elevado número de inexactitudes y deficiencias que acumula, que falsean la realidad de las cuentas de los distintos establecimientos hospitalarios, y que distorsiona su labor como responsables de la dirección de los centros. También puede afectar a la financiación futura de los hospitales que administran.

Son los propios redactores del documento que prepara la Cámara de Cuentas los que señalan que no se dan las condiciones para poder conocer y validar el gasto real incurrido por los centros hospitalarios del SERMAS en ese periodo. Por tanto, resulta imposible disponer de datos asistenciales relevantes homogeneizados que permitan una comparación anual.

Por lo que respecta a los gestores de hospitales de la red pública madrileña, lo que más les molesta es el empeño del informe de comparar cifras y ratios de los diferentes hospitales. ¿Razones? Las diferencias estructurales entre unos y otros, los diferentes modelos de gestión, las características de la población asistida y otras circunstancias singulares lo que hacen es impedir relacionar las cifras de un centro con las de otro.

LA CAMARA DE CUENTAS DE MADRID PONDERA UNOS HOSPITALES FRENTE A OTROS

El informe que prepara la Cámara de Cuentas de Madrid induce a la comparativa y a establecer clasificaciones y a ponderar a unos hospitales frente a otros, lo que resulta completamente irreal, según los gerentes consultados. ¿Cuál es su temor? Esas comparaciones determinan el flujo de los recursos o la implantación de normas, modelos y procedimientos de gestión que no pueden ser homogeneizados.

Las fuentes consultadas, asimismo, señalan que el modelo de contabilidad analítica de que dispone el SERMAS para evaluar la realidad de cada centro de gasto está obsoleto. De hecho, no ha sido actualizado en los últimos años y carece de rigurosidad para determinar la validez de las imputaciones de gasto que se hacen. Además, el seguimiento del modelo analítico ha sido prácticamente abandonado por parte de los hospitales, por lo que es imposible comparar con un mínimo de rigor tanto los costes de servicios finalistas, como los intermedios, los estructurales o el coste de los procesos en cada centro hospitalario.

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Los gestores hospitalarios consultados señalan que el actual modelo de evaluación de costes es irreal, lo que impide conocer lo que cuesta, de verdad, cada proceso sanitario en cada hospital. Y ponen como ejemplo de esta falta de actualización del modelo analítico que en casi todo el informe se utilizan costes de 2012, cuando la realidad muestra unas diferencias bastantes notables de costes en cada año. No es una cuestión baladí, sino más bien grave, ya que de ese coste depende en buena medida el reparto de recursos entre los centros.

Los casos que muestran los gestores de los centros hospitalarios sobre las deficiencias de bulto del informe que prepara la Cámara de Cuentas de Madrid son múltiples. La valoración de indicadores sanitarios esenciales, como el gasto farmacéutico o la estancia media hospitalaria presentan singularidades muy acentuadas en cada centro, lo que hace irreal cualquier comparativa. Como muestra, un botón: la aplicación del protocolo para la hepatitis C ha exigido que algunos hospitales tengan que contratar médicos y farmacéuticos adicionales, mientras que otros han utilizado sus propios recursos.