sábado, 14 diciembre 2024

Tregua para calmar las aguas

La semana pasada Estados Unidos y la Unión Europea establecieron un punto de inflexión en la guerra comercial, por ahora, en la reunión establecieron que no habrá más aranceles a los productos europeos mientras se reúnan periódicamente para analizar los daños actuales.

Aun así, el arancel al sector automovilístico inicialmente no negociable para Trump, lo dejó claro en la declaración previa a la reunión donde comentó la posibilidad de establecer mercado libre entre los dos intervinientes, pero que no aplicará para ese sector en concreto. Esto afectaría a las compras de automóviles en Estados Unidos, donde las marcas han calculado un incremento de los precios en el país en torno al 17,3% afectando directamente al consumidor.

En esa misma reunión establecieron el marco de actuación en materia energética. Centrado principalmente en el gas natural, para que Europa compre más a Estados Unidos en detrimento de su actual socio principal, Rusia, evitando de esta manera la dependencia energética.

En otros ámbitos, los aranceles impuestos por China a los productos agrícolas estadounidenses como la soja, han obligado al país a subvencionar con 12.000 millones de dólares al sector agrícola que recordemos es el principal núcleo de votantes de Trump, para mantener su compromiso de voto. En este sentido, aunque Europa ha aumentado su cuota de compra de soja a Estados Unidos no va a poder igualar a China, ni de lejos, en el consumo de este producto.

Se dedujo por las declaraciones de Trump, que hubo más continente que contenido, la retórica con la que el Presidente de Estados Unidos informó a la prensa del contenido de la reunión sólo muestra la intención de encontrar aliados en un momento en el que debe corregir los futuros desajustes de su balanza comercial, que ya empiezan a aparecer. Por su parte Juncker, siendo políticamente correcto, se limitó a decir que está satisfecho y junto con la Comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malström, ven positivo el pacto de suspender la imposición de nuevos gravámenes, lo que beneficiaría al sector siderúrgico europeo, en compensación al incremento de compras de gas natural y soja.

Darío García, analista de XTB


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