No hay burbuja inmobiliaria en el alquiler que un ‘match’ no pueda explotar. Esto es lo que han debido de pensar el creador de Badi, una aplicación destinada a buscar a el compañero de piso ideal. Con una interfaz gráfica muy intuitiva y un fácil manejo encontrar piso en ciudades como Barcelona o Madrid ya es más fácil.
No es una tarea sencilla y menos en los tiempos que corren. Encontrar un piso o una habitación en alquiler se ha convertido en una empresa muy difícil. Además, la cosa se complica en grandes concentraciones de población como la capital de España o la Ciudad Condal. “Septiembre es un verdadero caos para buscar algo decente y a un precio razonable”, afirma un estudiante universitario.
Tablones de anuncios, webs o tirar de agenda de contactos son algunas de las formas más habituales para encontrar pisos o habitaciones en alquiler. Pero la realidad es que además de tedioso en muchas ocasiones esta labor resulta frustrante. Por este motivo, nace Badi. Una aplicación disponible tanto en Adroid como en iOS, que ahora también se puede encontrar en versión web. A simple vista puede parecer otro Airbnb, pero lo cierto es que el fin de las dos empresas no tiene nada que ver.
Airbnb está enfocada al alquiler de pisos por un corto espacio de tiempo, es decir, para periodos vacacionales. Sin embargo, Badi es más una inmobiliaria online. Lo que busca esta app es facilitar la búsqueda de alojamiento para personas que tienen la necesidad de una estancia larga en la ciudad.
Lo novedoso de esta aplicación es la incorporación del machine learning. Esta técnica permite crear programas capaces de generalizar comportamientos a partir de una información suministrada en forma de ejemplos. Es, por lo tanto, un proceso de inducción del conocimiento. O lo que es lo mismo y hablando en cristiano, Badi estudia a cada candidato para hacer una especie de match, que ponga en contacto a los compañeros de pisos ideales.
El título o mote de ‘Tinder de la vivienda’ no es una casualidad. Los parecidos con la aplicación para encontrar pareja son muchos. Pero lo fundamental es que la idea de Badi surgió directamente de una historia real en Tinder. Un usuario de esta aplicación creó un perfil, aunque no para buscar el amor, sino para encontrar un compañero o compañera de piso. De hecho, además de una foto suya adjunto instantáneas de la habitación que pretendía arrendar. ¿El resultado? En menos de quince días ya tenía inquilino nuevo.
Carlos Pierre, actual CEO de Badi, fue el que tras esta historia creyó que había una oportunidad de mercado. Y tanto que la hubo. Porque Pierre detectó que el perfil de la persona que pretende compartir vivienda es igual o más importante que la situación geográfica del piso, las condiciones de la habitación, los servicios… El éxito desde su creación ha sido rotundo. De hecho, en el año 2015 fue elegida la mejor aplicación española en la sexta edición de estos premios.
El registro en Badi es muy sencillo. Al igual que en Tinder el usuario ha de loguearse a través de Facebook. La app utiliza la API de la red social para comprender nuestros gustos y aficiones. De este modo, se puede publicar una habitación o buscar compañero de piso filtrando por edades, aficiones o todo lo que su Facebook disponga. Pero esto no es lo único, volviendo a la similitud de red social de ligues, también da la opción de hacer un match. Si oferta y demanda se unen se abre la opción automática de tener un chat privado y concertar la cita para la visita del piso. Al final, en las dos app el objetivo es tener una cita, pero con distinto fin o no…
MÁS TRABAJADORES QUE ESTUDIANTES
A contrario de lo que pudiera parecer, los usuarios de Badi no son todos estudiantes. Si es cierto que se calcula que el 30% son jóvenes universitarios que buscan una habitación para el curso. Pero el resto, cerca de un 70% son trabajadores que con el boom del alquiler en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao tienen muy complicado encontrar alojamiento.
La fórmula puede generar desconfianza en el arrendatario, porque al final no deja de ser un perfil con una foto del usuario el que oferta el piso. Pero para ello Badi se ocupa de corroborar que las fotos que se publican corresponden al domicilio que se pretender alquilar. Donde no entran en es el precio. En este sentido se diferencia de otras app de economías colaborativas como Blablacar, que sí tiene un control sobre importe del ‘contrato’.