Los operadores de telefonía están obsesionados en demostrar que dos más dos siempre son cuatro. Aunque el mercado actual de las telecomunicaciones más bien dice lo contrario. Que dos más dos, ahora mismo, puede dar un resultado relativo. Esto significa dos cosas: una, que el 5G no será la madre de todas las innovaciones, por más que se empeñen; y dos, que los servicios fijos de conectividad ahora mismo están secos.
Diversas fuentes del sector lo reconocen: la diferencia entre un operador y otro, en estos momentos, apenas se aprecia. Todos dan muchos datos para navegar por el móvil, máxima velocidad de fibra y canales de televisión para aburrir. Por lo tanto, ¿qué más da gastar 100 euros en unos de color rojo, azul o naranja?
Precisamente, los últimos en avivar este debate han sido los anaranjados. En la presentación de los resultados trimestrales de Orange España, al margen de números, también ha habido tiempo para hablar de servicios. En concreto, sobre cómo gestionar el valor de los mismos para crecer si todos son iguales. ¿Cómo pueden ganar clientes si A, B y C ofertan lo máximo que pueden dar?
Desde Orange asumen que el patrón de consumo de los clientes siempre va a más. Según sus cifras, en el primer trimestre del año hubo un aumento de datos en el móvil del 78% con respecto al mismo periodo del año anterior. “Aspiramos que estos siga creciendo”. El subconsciente puede fallar a los operadores y, curiosamente, hablan de una aspiración.
A lo largo de la historia moderna las necesidades tecnológicas han ido cambiando y en aumento. Esa es la baza que juegan. Esperan que siga abriendo hambre por devorar videos de Youtube. Aunque también desean que la gente los suba, de ahí sus promociones de fibra residencial con megas simétricos. Porque suponen que habrá miles de youtubers que quieran ser famosos y de ahí que se necesite 1 Gb/s de velocidad pagado a precio de oro.
EL MANTRA DEL 5G
Sea como sea, la conclusión de todo esto es: “Además falta la llegada del 5G”. Y en este punto, sumado al “nos dará mayor capacidad de monetización” es cuando se confiere efectos mágicos a esta tecnología.
MERCA2 no se cansa de romper el cántaro de la lechera y su mito. Hace unos días publicó una serie de factores que cuestionan la importancia relativa que tendrá el 5G: disponibilidad de espectro radioeléctrico, la madurez de los servicios cloud, las arquitecturas de redes virtuales y la dinámica del mercado. Todo hace pensar que su impacto económico será menor del esperado.
Sin embargo, al escuchar el entusiasmo en los directivos de las telecos, parece que den por hecho que dos y dos serán cuatro. No asumen que 1 Gb/s de una compañía es igual que el de otra; y las plataformas de series son iguales, da lo mismo el proveedor. Pese a ello, estiman -de manera optimista- que la llegada del 5G revolucionará todo, creará servicios tan novedosos que nadie podrá privarse de ellos. Creen que la historia es cíclica, y que si ha habido negocio en los últimos 20 años, seguirá habiendo.
La realidad en estos momentos, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es que el saldo neto de altas y bajas en el segmento de fibra residencial es nulo. Que los operadores tiran de autocartera para aumentar la rentabilidad de sus clientes. Y que el negocio móvil ya no crece más. No obstante, creen que el 5G será la salvación. Estaremos conectados para contarlo dentro de cinco años.