A punto de concluir 2017, es hora de hacer balance. Los autónomos no son una excepción, y desde ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos), no dudan en calificar el año que se nos va como un periodo con muchas luces y algunas sombras.
En el lado positivo de la balanza, sin duda la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes para el Trabajo Autónomo en el Parlamento. Su puesta de largo conllevará que sea más fácil iniciar o mantener los negocios al eliminar una serie de trabas, también que las mujeres emprendedoras verán impulsada su labor y habrá mayores deducciones.
En la vertiente opuesta, la pérdida de autónomos en más de la mitad de las comunidades autónomas. Salvo en Cataluña, donde el proceso independentista ha menguado su número en 2.587 personas, por la incertidumbre, en el resto ha tenido otro ‘culpable’. “Muchos tienen previsto iniciar una actividad como autónomo en enero para beneficiarse de las nuevas ventajas de la tarifa plana”, afirma Lorenzo Amor, su presidente.
Por la ampliación de esta tarifa plana, más otros aspectos de la nueva ley, desde ATA se muestran optimistas de cara a 2018. Su previsión apunta a que habrá 65.000 autónomos más, a la par que el colectivo creará otros 70.000 empleos asalariados. En suma, 135.000 empleos netos para el próximo año.
Muchas personas tienen previsto iniciar una actividad como autónomo en enero para beneficiarse así de las nuevas ventajas de la tarifa plana
También en el ‘lado oscuro’ está la morosidad, ya sea por parte de las administraciones públicas, ya sea por parte de las grandes empresas. No en vano esta actitud supone el cierre de uno de cada cuatro negocios. “Una de las grandes conquistas de 2018 será el régimen sancionador de la Ley de Morosidad porque penalizará a aquellas empresas que viven a costa de no pagar sus facturas a los autónomos”, señala el presidente de ATA.
ATA y la tarifa plana
La tarifa plana ha logrado que se apuntaran a ella 1,3 millones de autónomos, a la par que ha hecho emerger 450.000 empleos irregulares. “Prevemos que con su ampliación a un año otras 250.000 actividades irregulares afloren en los próximos cuatro años”, indica Lorenzo Amor.
Desde ATA están convencidos de que el acceso al crédito notará una ligera mejora durante el próximo año aunque persiste el escollo por parte de las entidades privadas, lo que frena la demanda por parte de los autónomos.
Asimismo, la asociación ha presentado cuatro propuestas para incrementar los ingresos de los autónomos al sistema. La razón es bien sencilla: de los 3,2 millones de autónomos, apenas un millón tiene unos ingresos constantes. La eliminación de trabas, como la opción de darse de alta y de baja durante tres veces al año, así como la posibilidad de cambiar de base de cotización hasta en cuatro ocasiones son ya una realidad gracias a la ley nombrada al principio.
Pero hay camino por recorrer para que los autónomos sumen al sistema sin que ello suponga un mayor coste para sus bolsillos. Por ejemplo, y para los 382.000 administradores con control de la sociedad, ATA propone crear para ellos un régimen asimilado dentro del RETA (Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos), similar al Régimen General, pero sin cotizar por el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) ni por desempleo. Así ocurría antes en la década de los 80. Eso supondría unos 2.000 millones de euros más para la Seguridad Social, según ATA.
Otro punto sería establecer el cómputo de la pensión en función de lo cotizado durante la vida laboral. Y, un tercero, destopar las bases máximas a partir de los 47 años. Gracias a ello, se podría recaudar 1.100 millones de euros si únicamente una quinta parte de los que se encuentran en esta edad diera el paso de aumentar sus aportaciones con el fin de mejorar sus aportaciones futuras. “Con nuestras propuestas se podrían ingresar más de 4.000 millones de euros lo que supondría cubrir el actual déficit de ingresos que tiene el RETA”, manifiesta Lorenzo Amor.
El presidente de ATA está convencido de que 2018 será el año de “consolidación” para los autónomos. La ley, que acarrea consigo menos recargos fiscales, mayores deducciones, y la extensión de la tarifa plana, será una especie de trampolín. “Aunque aún es necesario incidir en la protección social del autónomo para que pueda disfrutar de mejores prestaciones, elevar voluntariamente sus cuotas si sus ingresos se lo permiten y sin que ello ponga en riesgo sus negocios”, concluye Lorenzo Amor.