Carolynn Look y Alessando Speciale para Bloomberg
Mario Draghi advirtió que el Banco Central Europeo (BCE) se mantendrá cauto incluso cuando ha puesto su programa de estímulo en las vías hacia una salida.
A partir de enero, el BCE dará un paso para poner fin a una de sus herramientas más controvertidas al reducir las compras mensuales de deuda pública y privada a 30.000 millones de euros, lo equivalente a la mitad de su ritmo actual. El cambio de postura se produce seis años después de iniciarse la presidencia de Draghi, una nueva fase después de acciones sin precedentes para evitar la ruptura de la zona euro y evitar la deflación.
La decisión “refleja una creciente confianza en la convergencia gradual de las tasas de inflación hacia nuestro objetivo a causa de una expansión económica cada vez más robusta y amplia”, dijo en una conferencia de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del jueves. “Al mismo tiempo, las presiones sobre los precios siguen siendo moderadas en general, y las perspectivas económicas y la trayectoria de la inflación dependen del apoyo de la política económica”.
Si bien Draghi suavizó su lenguaje, diciendo que la zona euro aún necesita un amplio estímulo, enfatizó en la necesidad de andar con cuidado mientras los precios al consumidor sean débiles. No habrá un final repentino para el programa. El plan actualizado tomará una cantidad total del programa de flexibilización económica en al menos 2,55 billones de euros.
Los inversores leyeron su decisión con pesimismo, enviando al euro y los rendimientos de los bonos a niveles bajos. La moneda bajó 0,9% a 1,17 dólares.
La extensión de nueve meses “sirve para impulsar las expectativas de alzas de tasas muy lejos”, según Holger Sandte, analista jefe en Europa de Nordea en Copenhague. “Uno puede justificar eso por las perspectivas de inflación. La tarea es buscar que la política monetaria sea más normal, cuestión que luego recaerá en el sucesor de Draghi a finales de 2019”.
Algunos funcionarios están preocupados porque queda poco más de 200.000 millones de euros para el programa
El presidente del BCE aclaró que la decisión no fue unánime. Un punto clave de desacuerdo entre algunos legisladores ha sido si establecer o no una fecha de finalización firme para las compras, después de que algunos funcionarios expresaron su preocupación de que queda poco más de 200.000 millones de euros antes de que se vean afectados.
“Me gustaría decir que la discusión va en un amplio consenso sobre algunos temas”, indicó Draghi. La decisión de mantener el programa de compras efectivamente abierto se tomó por amplia mayoría.
Reinvertir la deuda
Draghi hizo hincapié en que la reinversión de los activos vencidos es una parte importante de la política del programa, lo que indica que puede amortiguar algunos de los efectos de la reducción de compras netas. El BCE anunció en un comunicado que publicará montos de reinversión mensualmente.
Incluso con esa fuente de apoyo, el jefe del BCE destacó riesgos adicionales, incluida la fortaleza del euro, que ha subido casi 12% frente al dólar en 2017, lo que podría reducir las presiones sobre los precios y socavar la competitividad de las exportaciones. También reiteró que los gobiernos deben intensificar sus reformas estructurales “de forma sustancial”. Eso podría ser un riesgo a medida que se retira el estímulo monetario.
Durante meses, los inversores han intentado adivinar el próximo movimiento del BCE, con un prolongado proceso de toma de decisiones que destaca las dificultades que enfrentan los responsables políticos para equilibrar una salida del estímulo con la necesidad de devolver a la inflación hacia su objetivo.
Incluso después de convertirse en el primer banco central importante en cobrar a las entidades financieras por los depósitos y embarcarse en un programa de alivio cuantitativo, la inflación permanece lejos de su objetivo por debajo del 2%. Eso refleja en parte un fenómeno de crecimiento de precios mediocre que enfrenta a las economías desarrolladas en todo el mundo, y que la presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Janet Yellen, califica de misterio.
El Bundesbank de Alemania ha sido franco y se colocó en la calle opuesta antes de que iniciara el programa
El BCE comenzó a comprar activos a gran escala en marzo de 2015, más de seis años después de que la FED comenzó su primer programa. El Bundesbank de Alemania ha sido franco contra la medida incluso antes de iniciarla, argumentando que reduce los incentivos para que los gobiernos hagan que sus economías sean más competitivas.
La última reducción es la segunda después de que el programa se desaceleró en abril y se espera que constituya el tramo final del programa de flexibilización económica, dado que la capacidad del BCE para generar más estímulo es cada vez más limitada por las reglas autoimpuestas, que incluyen no comprar más que una cierta participación en la deuda de los países.
Draghi rechazó esa discusión, diciendo que el programa es lo suficientemente flexible. “La pregunta es: “¿quién va a llamar a Draghi para hablar sobre la escasez que ni se atreve a pronunciar?”, cuestionó Richard Barwell, economista de BNP Paribas Investment Partners en Londres.