¡Cuidado! Tu móvil te está volviendo tonto

Un nuevo estudio ha desacreditado el viejo adagio «fuera de la vista, fuera de la mente», mostrando que un móvil todavía puede ser una distracción, incluso cuando está apagado y en tu bolsillo. Los investigadores han descubierto que las personas dieron mejores resultados en una serie de pruebas de atención y cognitivas cuando sus móviles estaban en otra habitación, y que la mera presencia de un teléfono móvil reducía el desempeño cognitivo de una persona independientemente de si el dispositivo estaba en silencio o cerca.

El primer experimento realizado por un equipo de la Escuela de Negocios McCombs de la Universidad de Texas en Austin incluyó a 548 participantes que fueron sometidos a una serie de pruebas diseñadas para evaluar la capacidad de memoria de trabajo y la inteligencia de funcional. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los tres grupos con diferentes condiciones de ubicación del móvil, ya sea boca abajo en el escritorio frente a ellos, en un bolsillo o en una bolsa cercana, o en el vestíbulo, fuera de la sala de pruebas.

Los resultados mostraron que aquellos que fueron instruidos para dejar sus teléfonos en otra habitación se desenvolvió significativamente mejor que aquellos con sus teléfonos en el escritorio, y ligeramente mejor que aquellos con sus teléfonos en un bolsillo o en la bolsa. En una encuesta, después del experimento, la mayoría de los participantes sintieron que la ubicación de sus teléfonos no tenía ningún efecto en su rendimiento, lo que indica cierta discordancia entre los efectos percibidos y los reales.

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«Vemos una tendencia lineal que sugiere que a medida que el móvil se vuelve más visible, la capacidad cognitiva disponible de los participantes disminuye», dice el profesor asistente y autor del estudio, Adrian Ward. «Su mente consciente no está pensando en su móvil, pero ese proceso, el proceso de exigir que no piense en algo, utiliza algunos de sus recursos cognitivos limitados, es una ‘fuga de cerebros’».

Un segundo experimento, en el que participaron 296 indiciduos, examinó la relevancia de una «dependencia hacia los teléfonos inteligentes» constatada en los resultados de las pruebas. Este experimento fue similar al primero, con teléfonos móviles asignados en tres lugares diferentes, pero a algunos participantes también les pidió que apagaran sus teléfonos.

Aquellos que manifestaron ser más dependientes de sus móviles obtuvieron resultados peores en las pruebas, que aquellos que creían que eran menos dependientes, pero curiosamente, solo cuando sus teléfonos estaban en el escritorio o cerca. Cuando sus teléfonos inteligentes se guardaron en otra habitación, todos los participantes se desenvolvieron mejor en las pruebas cognitivas.

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«No es que los participantes estuvieran distraídos porque recibían notificaciones en sus teléfonos», dice Ward. «La mera presencia de su móvil fue suficiente para reducir su capacidad cognitiva«.

Una de las conclusiones más importantes que los investigadores hacen de estos experimentos es que es irrelevante si tu teléfono está encendido, apagado, o simplemente fuera de la vista, al considerar sus efectos en tu capacidad cognitiva. La única solución directa para mitigar esta «fuga de cerebros» es a través de la separación, algo que muchos consideran impensable.

El estudio señala que estos resultados parecen contradecir otros estudios recientes que demostraron que la «ansiedad por separación» del móvil podría reducir el rendimiento cognitivo. Pero se observa que los estudios previos que demostraban los efectos negativos de la «ansiedad por separación» de los teléfonos inteligentes implicaban una separación inesperada o los participantes se veían obligados a oír sonar desde otra habitación y no podían responder.

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Una diferencia clave aquí a la de los estudios previos es la de la expectativa. El estudio señala que cualquier ansiedad por la separación puede ser mitigada a través de las expectativas. En lugar de provocar una separación forzada de un móvil en una persona, si saben que la separación ya está llegando, pueden centrarse mejor en la tarea que están realizando.

Estos resultados podrían tener una variedad de implicaciones en cómo tratamos nuestros teléfonos inteligentes, para ayudar a los estudiantes a concentrarse al desautorizarlos en las aulas de la escuela (aunque estén fuera de la vista dentro de las bolsas) a mantenerlos fuera de la mesa cuando salen a cenar. Así que la próxima vez que tengas problemas para concentrarte en algo, tal vez la solución sea poner tu móvil en otra habitación.