Podemos decir sin miedo a equivocarnos que es una de las noticias de las semanas, incluso del mes. El acto de conmemoración del 40º aniversario de las primeras elecciones democráticas en España quedó el pasado miércoles algo difuminado tras la sospechosa ausencia de una de las piezas fundamentales de la democracia en nuestro país, el rey emérito don Juan Carlos I.
Como en cualquier aspecto que rodea a un asunto público de tal calibre en el que hay una rendija por la que se escapa el aire, siempre tenemos que buscar culpables. Los responsables únicos y últimos de haber excluido al rey Juan Carlos de este importante acontecimiento son el Congreso y el Gobierno. Sin embargo, otras voces apuntan a que la decisión fue de Alfonsín, jefe de Casa Real, cuyo rostro visible en nuestros días son Letizia Ortiz y Felipe VI, en quien abdicó el veterano monarca hace ahora tres años exactos.
9El dardo envenenado del rey a la reina Letizia

Lo cierto es que, tal y como hemos comentado con anterioridad, es vox pópuli que el Rey Emérito no soporta el carácter controlador, obsesivo y posesivo de su nuera Letizia. Ante sus amigos de confianza, don Juan Carlos ha llegado a decir que es “como tener al enemigo en casa”.
Tal y como explicó Andrew Morton, autor de una de las biografías más polémicas de Diana de Gales: “Se cuenta que poco después de que doña Letizia entrada en la familia real, todos ellos, junto con el rey Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía, estaban comentando la situación en Irak, arrasado por la guerra. Había un consenso generalizado en que se trataba de un asunto complicado. Entonces doña Letizia soltó un discurso, que duró aproximadamente 20 minutos, acerca de las cuestiones que enfrentaban a Oriente y el pueblo de Irak. Al cabo de un rato, el rey, que advertía los rostros inexpresivos de los presentes, le dijo a su nuera: «Letizia, ya sabemos que eres la más inteligente de la familia, pero por favor, deja hablar a los demás»”.