Se pensaba que si este atípico matrimonio aguantaría todo tras haber soportado hace dos décadas el famoso escándalo del vídeo sexual. Pero por sorpresa le pilló a Ágatha que Pedro J. Ramírez tras un clásico “tenemos que hablar” le anunciase que dejaba la casa en la que vivían para instalarse junto a la reivindicativa abogada Cruz Sánchez de Lara, que hace unos años reconoció en público que fue maltratada por su primer marido.
Pero Ramírez acordó un divorcio y Ágatha estalló en la prensa: «No hay vuelta atrás. Estoy indignada y desde luego que no intuía que pudiera suceder. Es una putada». Tras treinta años juntos, dos hijos en común y un patrimonio conjunto con varios apartamentos y chalés, Ramírez cambiaba a la diseñadora por su Cruz, que le acompañará en su nueva etapa profesional con ‘El Español’. Si les pareció fuerte lo que la diseñadora dijo en aquel momento, no pierdan detalle de las demoledoras declaraciones que la aristócrata ha hecho para la prestigiosa revista ‘¡HOLA!’
7HONESTIDAD

Dolida en el fondo y no tanto en la forma, Ágatha ha decidido ponerse el mundo por montera. Ha perdido casi veinte kilos y se ha hecho algún que otro (evidente) retoque estético en la cara. Está guapísima, sus hijos la apoyan y aunque en la entrevista no se hace mención alguna, se conoce que la diseñadora vive sus días de amor con una nueva ilusión.
Existe a su alrededor la figura de un apuesto hombre, Juan Coullaut, psiquiatra de profesión, que incluso su hija, Cósima, ha llegado a mencionar en algún evento: «Tampoco diría que necesariamente ha recuperado una sonrisa por este psiquiatra, aunque nos viene bien, es muy oportuno, digamos. La verdad es que está mucho mejor, poco a poco».