Forman parte del núcleo duro de accionistas del Banco Popular; poseen cerca del 3% de las acciones y, sin embargo, hasta el momento no habían dicho esta boca es mía. Unión Europea de Inversiones -la sociedad que agrupa a las familias del Opus en la entidad- ha necesitado 20 días para decidir qué hacer y, sobre todo, qué decir. Y la respuesta ha sido la esperada: habrá demandas a diestro y siniestro para tratar de recuperar la inversión perdida.
Unas actuaciones legales que se ejercitarán al mismo tiempo en el que se liquida la sociedad que, tras la caída de Popular, ha entrada en causa de disolución. La propia sociedad reconoce que «la amortización de las acciones ha situado a ésta de forma sobrevenida ante una situación de imposibilidad manifiesta y permanente de desarrollar el objeto social que es propio de la Sociedad, sin que sea previsible, asimismo y en consideración a la situación financiera y patrimonial actualmente existente, la obtención de beneficios y la consiguiente consecución del fin social de la Sociedad».
La empresa se dejó el año pasado más de 116 millones de euros por la evolución en bolsa del Banco Popular
Una decisión que se va a adoptar en la Junta del próximo 28 de julio en la que se van a nombrar a los liquidadores de la sociedad: José Ignacio Ramírez Ollero, Javier Valverde Ledesma y Francisco Javier Jiménez Juárez. Serán ellos los encargados, también, de capitanear cualquier acción legal que proceda contra el Banco Popular en las próximas semanas.
Unión Europea de Inversiones controla el 2,9% de las acciones del Popular; de hecho la caída en bolsa durante el año pasado del banco hizo que el patrimonio de la sociedad entrara en terreno negativo. En total, 117 millones de euros. Además, en este momento, según los balances de la sociedad, cuenta con varios préstamos por importe de 238 millones de euros vinculado a la sociedad Viviendas y Oficinas (propietaria del Edificio Beatriz, sede emblemática del Popular), que está en la órbita de Unión Europea de Inversiones. De hecho, ese préstamo tiene carácter participativo; por lo que queda automáticamente cancelado, dado que la sociedad va a liquidación y no se puede recuperar.
Los préstamos pendientes
Gracias a estos préstamos la sociedad fue capaz de hacer frente a las deudas contraídas con los bancos para acudir a las últimas ampliaciones de capital. En concreto, a principios de este año se cerraba el último, que permitía amortizar las líneas de crédito abiertas con el propio Banco Popular, pero también con el Sabadell y el Santander. Es decir, más de 152 millones de euros que habían solicitado para poder acudir a la compra de acciones y no perder posiciones en el accionariado de la entidad bancaria.
En concreto, se lograron amortizar 85 millones de euros en préstamos al propio Banco Popular, y otros 46 millones de euros de nominar pendiente, de los préstamos otorgados por el Banco Santander y el Sabadell.
¿El Opus?
Aunque el Opus ha negado en multitud de ocasiones cualquier vinculación con el Banco Popular, es innegable que existen ciertos vínculos que los acercan. Empezando por los nombres que componen Unión Europea de Inversiones. En su accionariado encontramos a la Universidad de Navarra que, a través de la Fundación Universitaria de Navarra, cuenta con el 5,8% del capital social. También encontramos a algunas familias como los Martínez-Echevarría; Montuenga o Revoredo (Prosegur); Domecq o Figuero (El Corte Inglés). Ahora bien, el principal accionista es la Fundación IEISA, que está adscrita a la prelatura del Opus Dei, y que está muy vinculada con la familia Valls Taberner que ocupó la presidencia de Popular durante dos décadas.