Las bacterias se mueven por todas partes y se encuentran en los lugares más inesperados. ¿Quién esperaba encontrar una bacteria terrestre en el espacio? Sinceramente, nadie. Pues bien, ha aparecido una bacteria, desconocida hasta ahora en la Tierra, en un filtro de la Estación Espacial Internacional (ISS).
La bacteria llamada Solibacillus kalamii, que el nombre con el que la NASA ha decidido bautizar a esta bacteria en homenaje al presidente de la India Abdul Kalam, se encontró en un filtro del sistema de limpieza de un laboratorio de la plataforma que se encuentra en órbita. La cuestión es que parece que esta bacteria no es nueva y que ya se conoce todos los encodrijos del espacio ya que lleva a bordo de la ISS 40 meses, desde el mes de enero de 2008 hasta el mes de mayo de 2011.
A pesar de que la bacteria espacial fue descubierta hace algunos años, no había salido a la luz hasta ahora, cuando el científico Kasthuri Venkateswaran ha sacado a la luz el descubrimiento en el Diario Internacional de Microbiología Sistemática y Evolutiva de este año.
¿Cómo llegó ahí la bacteria solibacillus kalamii?
A pesar de que podríamos pensar que se trata de una bacteria extraterrestre que se ha acoplado en la Estación Espacial Internacional, los científicos afirman que es casi imposible que un germen de origen espacial y desconocido se halla instalado en un filtro del sistema de limpieza.
Afirman que la ISS contiene muchos tipos de hongos y bacterias que habitan con los astronautas que viven y trabajan en ese espacio. Por ello la idea del origen extraterrestre de una bacteria queda completamente descartado. La teoría que contemplan es que dicho microbio viajó desde la Tierra a la estación espacial con una de las cargas y que ya allí alojado consiguió mutar. Hay que tener en cuenta que convivió en el espacio con los astronautas más de tres años, por lo que su progresión fue fantástica.
El hecho de que viviesen tantos años en un lugar nuevo resulta muy interesante para los científicos que estudian el caso. Ahora bien, ¿Por qué? Pues la respuesta es muy sencilla. La bacteria no se ha visto afectada ni por las intensas radiaciones ultravioletas ni por las bajas temperaturas que oscilaban entre los -20 y los -40 grados Celsius en el espacio. Esta resistencia podría servir de ejemplo para proteger a los astronautas ante los largos viajes de expedición hasta Marte.
Es cierto que no es la primera bacteria que consigue sobrevivir a las radiaciones cósmicas, pero es ahora cuando los investigadores se han planteado los beneficios que ofrecen este tipo de gérmenes. Algunas algas verdes también han conseguido sobrevivir en el espacio exterior, aunque, en esta ocasión, se encontraban en el exterior de la Estación Espacial Internacional. Resistieron 530 días.
En estos momentos, los científicos que se encuentran inmersos en esta investigación estudian los beneficios que le pueden sacar a esta bacteria llamada Solibacillus kalamii. ¿El resultado? Aún tendremos que esperar algún tiempo para conocer los resultados finales de este experimento.