Los trabajadores demandan atributos que las empresas no les conceden

Empresas y trabajadores hablan lenguajes distintos. Los trabajadores, inconformistas y acostumbrados a tener todo el tiempo libre del mundo en su etapa de estudiantes o porque quieren pasar más horas con sus familias y amigos valoran enormemente el poder conciliar la vida laboral con la personal a la hora de decantarse por una empresa. Las empresas, centradas única y exclusivamente en facturar, facturar y facturar no. Bueno, sí que lo contemplan, pero en octavo lugar. Su principal objetivo está lejos de darles más tiempo libre a sus empleados.

Las características de los empleados, especialmente de las nuevas generaciones, chocan con las de empresas ya consolidadas. Como dice el presidente ejecutivo de Randstad España, Rodrigo Martín, las empresas ofrecen unas “seguridades a largo plazo” que no llaman la atención a los trabajadores. Estos últimos tienen un carácter distinto que les lleva a seguir al pie de la letra el ‘carpe diem’, viven el hoy sin importarles el mañana.

Es decir, las empresas intentan atraer el talento con aspectos como la seguridad financiera de la compañía cuando los otros piden conciliación, un buen ambiente de trabajo y estabilidad laboral. Esta última es la que más posturas acerca entre empresarios y trabajadores. Para los primeros es el quinto punto con el que intentan atraer el talento, para los trabajadores es el tercero a tener en cuenta.

empleados empresas Merca2.es
Informe Randstad Employer Brand Research 2017

Pensémoslo seriamente. La mayoría de las empresas son sociedades adultas que llevan años en el mercado laboral y están acostumbradas a jugar en otra ley de la oferta y la demanda en lo que a puestos de trabajo se refiere.

Las nuevas generaciones, los principales demandantes de empleo, tienen inquietudes diferentes a las de sus padres o abuelos, costumbres a las que estas empresas adultas todavía no se han adaptado. Muestra de ello es que, además de la conciliación y la estabilidad laboral, los trabajadores valoran el buen ambiente de trabajo, un aspecto que los empresarios no tienen muy en cuenta porque es el sexto aspecto con el que intentan atraer el talento.

Y es que lo que unos más demandan es aquello en lo que el bando contrario menos tienen en cuenta. Las características que ofrecen las empresas son, paradójicamente también, lo que los empleados menos demandan. El Top Three de los atributos que las empresas ponen a disposición para conquistar a los trabajadores son una buena situación financiera, emplear las últimas tecnologías y una buena reputación, aspectos que los empleados valoran en sexto, noveno y octavo puesto respectivamente.

La consecuencia de esta diversidad de preferencias es que las empresas “no consiguen encontrar las personas que buscan”, afirma Martín. Y es que el panorama laboral actual es complicado de analizar. Las empresas cuentan en su plantilla con trabajadores de hasta cuatro generaciones diferentes a los cuales deben atender correctamente y satisfacer sus peticiones.

Un millenial con cabeza podría jubilarse con un millón de euros en su bolsillo

Este es un tema al que pone énfasis el informe Tendencias Mundiales en el Lugar de Trabajo 2017 y el cual dice que “a medida que las personas continúen viviendo y trabajando por más tiempo, los empleados están forzando a las compañías a replantearse el aprendizaje jerárquico y tradicional”.

El futuro de las empresas

Obviar las peticiones de las nuevas generaciones, de los millenials, es un gran error que no se debería cometer. Estamos hablando del futuro laboral, de los empleados que hoy nos muestran como será el trabajo en unos años.

No es de extrañar por lo tanto que estos jóvenes sueñen con trabajar en las empresas que les brinden las oportunidades que desean para estar contentos laboralmente y poder seguir formándose. Son las que han nacido con ellos, son las compañías jóvenes, con ganas de comerse el mundo. Como los millennials. Alphabet, Amazon y Facebook encabezan la lista LinkedIn Top Companies 2017.

Renovarse o morir

Atraer el talento es vital para mejorar. Es el renovarse o morir traducido al mundo empresarial. Esta renovación tiene que producirse tanto en las empresas como en los trabajadores que llevan más años en el mundo laboral. Lo bueno es que estos últimos están dispuestos a hacerlo. El informe Employer Brand 2017 de Randstad destaca que el 57% de los trabajadores estarían dispuestos a transformarse si la empresa a la que pertenecen les pagase lo mismo o incluso más.

El 63% de los trabajadores consideran el sueldo el factor más importante

Precisamente el sueldo no entiende de edades ni generaciones. La inmensa mayoría – el 63% – de los trabajadores siguen valorándolo como el factor más importante para decantarse por una empresa u otra.

Trabajadores dispuestos, sí, pero la renovación tiene que comenzar desde arriba si no se quiere quedar a la cola o, lo que es peor, caer en bancarrota. Hay compañías a las que le ha ocurrido. Aunque siempre fueron líderes del mercado en un momento determinado no supieron adaptarse a las nuevas tendencias. Es el ejemplo de Kodak, cuya falta de visión e interés en renovarse en la era digital le provocó la ruina hace unos años.

Los jóvenes de hoy son el futuro del mañana, los que llevarán las riendas del mundo. Llegan fuertes al mundo laboral y con las ideas claras. Tienen perspectivas diferentes a las de generaciones anteriores y aunque es mejor malo conocido que bueno por conocer, en el mundo laboral esta es la excepción que confirma la regla. Las empresas deben abogar por renovarse o morir, adaptarse a las nuevas tendencias, a las nuevas demandas porque así sobrevivirán a un futuro que todavía no está escrito.