Durante las últimas semanas, hemos escuchado la importancia que pueda tener los datos de la inflación en la economía de los países, y, sobre todo, en las medidas a adoptar por los distinto Bancos Centrales en el medio plazo, al ser junto con el PIB, y los datos de empleo una de las variables más relevantes y con mayor impacto sobre la economía.
Hay dos tipos de inflación que se debe de analizar cada mes. Por un lado, el IPC subyacente que excluye alimentos y energía, evitando los ruidos que generan las variaciones de ambos componentes, y el IPC general, que incluye los dos variables comentadas.
La situación más preocupante está en Estados Unidos, donde los datos son difíciles de mejorar
Pero principalmente nos centraremos a estudiar su importancia a nivel más general, destacando su relevancia en las políticas económicas de las tres economías más desarrolladas del mundo: EEUU, Europa y Japón. A la hora de decidir sobre las políticas económicas, los Bancos Centrales se han puesto como objetivo, alcanzar un nivel de inflación cercano al 2% .
El Banco de Japón, es, a día de hoy, el candidato más firme a mantener su programa de estímulo monetario, ya que la evolución de las magnitudes macroeconómicas, dista mucho de los objetivos previamente marcados, con la inflación general y subyacente del país nipón muy cerca al 0%.
Draghi se piensa que Europa es el Estados Unidos de la posguerra
En Europa, aunque la inflación general ronde el objetivo predefinido, la subyacente queda muy descolgada, principalmente debido al incremento respecto al año anterior que ha tenido el petróleo. Así, por tanto, hasta los últimos meses del año lo único que deberíamos plantearnos por parte del BCE es la retirada de estímulo monetario “tappering”, retrasando una posible subida de tipos al año 2018.
Sin embargo, en otra situación económica y mucho más favorable se encuentra la economía americana. Da la sensación que desde el punto de vista del empleo es difícil seguir mejorando, alcanzándose prácticamente el pleno empleo, sumado a que el PIB crece a un ritmo constante y sostenido, toda la atención se centra en los datos de inflación, que actualmente se encuentran tanto la general como la subyacente por encima del 2%, pero que si sube demasiado puede provocar una crisis de confianza.
A pesar de no contar con grandes probabilidades, a día de hoy, parece que una subida de tipos en el mes de marzo, debería ser el movimiento más acertado por parte de la FED, lo que ofrecería una importante apreciación del dólar respecto al resto de divisas, perjudicando el comercio exterior americano, los resultados empresariales de los próximos trimestres, la deuda de los países emergentes y presionando a la baja las materia primas, beneficiando a las compañías extranjeras con mayores intereses y beneficios en dólares, como pueda ocurrir en España con Grifols, ACS o Acerinox.