Ryanair se cansa de que los viajeros le tomen el pelo con el equipaje y retrasen sus aviones

Lo que hasta ahora había sido una advertencia verbal, ahora se ha convertido en algo más formal. Ryanair se está replanteando permitir las dos bolsas de mano a bordo de sus aviones. Así lo dice la compañía en los resultados trimestrales, en donde explica que la puntualidad ha caído por debajo del 90%. Parte de la responsabilidad radica en las condiciones climatológicas en algunos países, las huelgas de personal de cabina en aeropuertos europeos que han provocado retrasos generalizados. Pero también por «las dos bolsas de mano gratuitas, que son la causa de los retrasos en las puertas de embarque», sentencia. 

Y es que la empresa, según confirman a Merca2 fuentes de Ryanair, ha detectado -como se ve en la fotografía- que los pasajeros se aprovechan de la norma. Así, en lugar de llevar un bolso y una maleta de mano, introducen grandes bolsas de viaje junto a mochilas más pequeñas. Esto genera un problema de espacio en el interior de los aviones, obligando a llevar parte de esos bultos a las bodegas de forma manual, con el consiguiente desajuste horario.

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Imagen de Ryanair en la que explica el tipo de equipaje de mano que puede y no puede llevarse en sus aviones.

Así que la empresa reconoce que se plantea «revisar la política de servicio» en este sentido. Por ahora desde Ryanair no explican si prohibiéndolo o cobrando, pero asumen que algo hay que hacer. Una noticia que llega pocos días después de que en Madrid, el director de Marketing, Kenny Jacobs, lanzara una advertencia verbal a los usuarios para que se corten, y no abusen de los dos bultos a bordo. Una de las medidas más aplaudidas por los usuarios de la aerolínea cuando se adoptó hace ahora casi cuatro años.

 

Están preocupados por esa caída de la puntualidad en Ryanair, que se sitúa en el 88%, tres puntos por debajo de un año antes. Una de las máximas que explota la aerolínea desde hace años. Y es que los resultados no terminan de acompañar y toca remontar. Las cuentas dicen que en el tercer trimestre de su año fiscal 2017, el beneficio cae un 8% hasta los 94,7 millones de euros. Y eso que ha aumentado el número de pasajeros un 16% hasta los casi 29 millones de personas; la ocupación es del 95% y los ingresos se han incrementado un 1% hasta los 1.300 millones de euros.

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Se ven mejora en todas las líneas, pero no así en la rentabilidad. La caída de la puntualidad y el aumento de la competencia debido a los bajos precios del combustible pasan factura a la aerolínea. De hecho, para mantener las cuotas de mercado la empresa ha tenido que reducir sus precios hasta un 17%. El precio medio del billete se sitúa en los 33 euros.

Ryanair se muestra muy preocupada por la evolución que pueda tener el Brexit en sus cuentas. «Supondrá un reto para nuestro negocio en los dos próximos ejercicios, ya que podemos ver un proceso de desaceleración económica en Reino Unido y Europa», destaca. Así que ya avisa de que su crecimiento en Reino Unido será «más lento». De hecho, calcula que el beneficio en el cuarto trimestre de 2017 caiga un 15%, y mantiene la horquilla de beneficios entre los 1.300 y 1.350 millones de euros, aunque todo dependerá de cómo evolucione el panorama macroeconómico.

De cara a 2018, Ryanair asume que las cosas no van a ser sencillas. Está convencida de que los precios van a seguir bajando, lo que es una buena noticia para los clientes, pero no está muy claro si tan positivo para las cuentas de la aerolínea de Michael O’Leary.