Trump, los posibles aranceles del sur, y la situación de México

Donald Trump ha vuelto a destapar la caja de Pandora, aunque él mismo considere que intenta cerrarla. Y es que, este empresario neoyorquino -reconvertido en político- parte de la idea de que la mayor parte de los males que asolan Estados Unidos en estos días provienen del extranjero.

Por ello, ya ha dado la orden ejecutiva para comenzar a construir un muro en la frontera sur del país norteamericano, la que colinda con México, o prohibir la entrada de aquellos ciudadanos musulmanes, a los que no ve más que como una serie de potenciales terroristas entrando a suelo estadounidense. Lo cierto es que nadie puede acusarle de no cumplir sus promesas. Su primera semana al frente del puesto no ha podido dar más de si.

En cualquier caso, dejando la cuestión islamista a un lado, Trump lleva asegurando desde los primeros compases de su campaña electoral que esta especie de muralla contemporánea en el flanco meridional de sus dominios se iba a sufragar con divisas mexicanas. Lo que el presidente del país de tradición hispánica, Peña Nieto, se ha apresurado a negar. 

Valla-Mexico-Estados-UnidosEra de esperar, nadie en su sano juicio esperaría que México aceptara las condiciones de Trump para financiar directamente esta llamativa construcción. Sin embargo, la corporación del multimillonario guardaba un as bajo la manga: Los productos importados desde las tierras del sur se gravaría con un 20% en cuestión de aranceles.

El encargado de anunciar esta posible medida fue el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer. Lo sé, lo sé; aranceles, grandes muros, guerra de religión contra el islamismo -al más puro estilo cruzado-… pareciera un señor medieval guardando sus tierras.

Trump, una amenaza para las empresas españolas

Antes de nada, cabe recordar, que ya existe una valla fronteriza -como en la ciudad de Melilla en España, vaya– en estas zonas y, donde no las hay, se organizan patrullas locales que vigilan esta zona para que los extranjeros ilegales no entren en sus tierras; o peor aún, ecosistemas naturales que hacen difícil el paso por esas regiones.

De todos modos, Trump, no es el primero en preocuparse por el tema de la inmigración, esta misma semana fuentes del gobierno argentino aseguraban que se tomarán medidas contra todos aquellos extranjeros que cuenten con antecedentes delictivos en su historial, y quieran entrar en el país.

La UE ha expresado sus quejas por los aranceles que quiere imponer Trump

Pero volvamos al tema de los aranceles. La Organización Mundial del Comercio los define como «los derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías se denominan aranceles. Los mismos proporcionan a las mercancías producidas en el país una ventaja en materia de precios con respecto a las mercancías similares importadas, y constituyen una fuente de ingresos para los gobiernos».

Es decir, la ecuación es sencilla; si los aranceles suben, el precio de los productos importados también lo hacen y los locales se mantienen a un precio más competitivo dentro de las fronteras de esta nación. ¿En qué se traduce todo esto? en que México se mueve en una complicada situación y saldría en cualquier caso perjudicada, ya que gran parte de sus exportaciones -rozan el 80%- van a parar a Estados Unidos, el que a día de hoy se ha convertido en esa especie de enemigo donde antes hubo un aliado comercial.

Esta misma estrategia se utilizaba en España hace siglos, durante las dos primeras revoluciones industriales, para proteger al sector textil catalán frente a los productos foráneos e incentivar el consumo de los artículos patrios dentro de nuestras fronteras. 

Al final, de llevarse a cabo esta medida, el ejecutivo mexicano se encontraría ante una complicada tesitura. Es cierto que sufragar los gastos de la nueva construcción dejaría la popularidad del presidente Peña Nieto por los suelos; además de lanzar un mensaje de sumisión del país hacia Estados Unidos. Por ello, el máximo mandatario de los Estados Unidos Mexicanos mantiene una postura rígida ante los últimos acontecimientos.

Sin embargo, no pagar, podría ser perjudicial ya que los artículos y productos mexicanos dispararían sus precios en territorio norteamericano, lo cual reduciría la competitividad de los mismos en el país vecino, teniendo en cuenta además que es uno de los países que más depende del comercio con su vecino.

Quejas por los aranceles de la Unión Europea 

Desde España en particular y la Unión Europea como entidad supranacional han llegado quejas en los últimos días a la posible medida de la administración de Trump. Sin embargo, también es cierto que en los últimos años se han manifestado algunas quejas de ciertos sectores a la política arancelaria comunitaria. Tal vez, en este sentido, el discurso vaya alejado de ciertas realidades.

La revista Informe Industria se hacia eco de un estudio presentado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto del país sureño. Del mismo se desprendía que el proteccionismo comunitario llevaba a a gravar de manera excesiva ciertos productos a la hora de entrar en el Viejo Continente. 

Según se desprende de la misma información,  los impuestos aduaneros alcanzan exagerados niveles, de entre el 71% y 151% para determinados productos; como la manteca, el arroz, la carne bovina, los ajos, el queso fresco, el  centeno o los jugos de frutas y hortalizas, entre otros tantos.