Pros y contras del tarifazo de Movistar Fusión

Movistar ha decidido anunciar a muchos sus abonados su enésima subida de tarifas en plena Navidad. La multinacional española ha anunciado que incrementará en alrededor de cinco euros las facturas de los abonados de Movistar Fusión+2 y Fusión+4 (con paquetes de telefonía fija, varias líneas de móvil, servicios de internet y televisión), que suman en total algo más de 700.000 líneas. La excusa es sencilla: proveer con muchos más datos a sus clientes de móvil.

Esta situación podría conllevar un hartazgo en sus fieles, que sufren la cuarta subida en apenas dos años, algunos de ellos viendo como sus pagos se elevan en alrededor de 18 euros mensuales en tan solo veinticuatro meses. Pero esto no le ha salido gratis a la compañía, a la que la Junta de Andalucía ha impuesto una multa de 6,23 millones de euros por publicidad engañosa, cláusulas abusivas y cobrar ilícitamente en la primera subida de marzo de 2015. Por su parte la Comunidad de Madrid ha impuesto una «sanción pecunaria» de 30.000 euros tras una denuncia de Facua y la Asociación de Internautas. Telefónica recurrirá ambas sanciones.

La Junta de Andalucía ha sancionado a Telefónica con 6,23 millones

Es cierto que la teleco busca mejorar sus ingresos por cliente, siendo consciente de la ligera caída que se le avecina por la conclusión de ofertas relacionadas con los derechos deportivos en televisión. Pero en la compañía hacen números después de haber mejorado hasta marzo de 2016 un millón y medio de abonados interanuales, milagro precedido de una agresiva campaña comercial en la que se ofertaban diversos servicios en pack tras la integración definitiva de los abonados clásicos de Canal Plus (a cambio de un desembolso a las ajadas cuentas de Prisa de más de 700 millones de euros).

Con ambas operaciones mejoró al fin la penetración de la televisión de pago en nuestro país, que se encontraba a años luz de los porcentajes de sus vecinos europeos. Movistar acapara hasta el primer trimestre de 2016 ni más ni menos que 3,7 de los 5,7 millones de abonados a la televisión de pago según datos de la CNMC, en parte debido a la oferta básica de Fusión Contigo. Pero radiografiando esos datos comprobamos que Movistar frena su espectacular crecimiento tras perder 44.000 usuarios respecto al trimestre anterior.

Movistar ganó en apenas un año millón y medio de abonados en televisión de pago

Y no era raro de ver la razón: en mayo de 2015 la compañía subió cinco euros las tarifas generales. En febrero de 2016 elevó tres euros las facturas, mientras que tres meses después el paquete de series creció dos euros por uno el del cine. Mientras que desde el verano pasado los abonados desembolsan entre dos y cinco euros extra por incluir el fútbol, género que todavía las telecos no son capaces de rentabilizar, siendo incapaces de tirarse del tren y dejar de participar en subastas suicidas por el temor a una caída brutal de abonados y a la creación de un caldo de cultivo propicio para el crecimiento de la competencia.

En 2017 Movistar tiene varias tareas pendientes en su agenda: por un lado mejorar los números de #0, canal que, pese a contar con un presupuesto anual en torno a treinta millones de euros, apenas ha armado ruido en la televisión. Es inofensivo para las generalistas pese a su ambiciosa oferta alternativa. Ni por esas el canal se coló entre los diez más vistos de la televisión de pago el mes pasado, encabezando este ránking Fox.

Otra de las tareas será, sin duda, el intentar rentabilizar el elevado número de proyectos de Movistar Series, que prepara veinte ficciones nacionales de producción propia en fase de desarrollo, siendo La Peste del director andaluz Alberto Rodríguez el primer estreno preparado.

Netflix, HBO y amazon le han cerrado el grifo a la multinacional española

Tampoco les ayuda la mayor competencia con las nuevas plataformas de streaming a la hora de pujar por derechos. Porque antes Movistar tenía pista libre con HBO, Netflix y Amazon, cuyos contenidos revendía, y ahora sigue haciéndolo pero sólo mientras duren series muy populares. Mantiene las exclusivas de House of Cards, Orange is the new Black, Transparent o Mozart in the Jungle, comparte las de Juego de Tronos y otras series de HBO y pierde la opción de volver a comprar grandes éxitos como Narcos, Westworld, Divorce, Daredevil, Jessica Jones y un largo etc.

Otros de los retos de la compañía son mantener su dominio en el campo de las pymes, ya que Orange y MásMóvil preparan ofertas atractivas para menguar el liderazgo de Telefónica, elevar su porcentaje interno de abonados que utiliza 4G, campo en el que Vodafone le aventaja en casi diez puntos, y no tirar la casa por la ventana con los patrocinios deportivos (en 2017 se convierten en sponsor de la Vuelta Ciclista a España).

vENTAJAS DE LAS SUBIDAS

En todo caso, Movistar ha sido bastante cuidadosa a la hora de gestionar las subidas de precios, asegurándose de incluir mejoras en los servicios prestados, por más que la regulación no le permita ligar dichas mejoras a los anuncios propiamente dichos.

A principios de 2015 subió 5 euros a cambio de triplicar la velocidad -entonces la velocidad de los clientes era de 100 Mbps y la elevó hasta 300 Mbps, pero sólo de bajada. En diciembre del mismo año anunció otra subida que tendría efecto en febrero de este año. Por 3 euros, ofrecía simetría: 300Mbps también de subida.

Pero unos meses después tocó colocar el fútbol a todos los clientes para mutualizar el gasto, y decidió incluir de serie en Fusión 8 de los 10 partidos de Liga de cada semana por 2 euros y cobrar 5 euros a quienes además pudieran ver las competiciones europeas.

¿Qué pasaría si los clientes de Movistar hubiesen mantenido sus condiciones iniciales y se hubieran ceñido al cebo publicitario de precios «para siempre», como pedía Facua? Tendrían servicios peores.

Pero ése es quizá el dilema de Telefónica, empeñada en forzar ofertas lo más premium que puede a sus clientes en lugar de segmentar más, y obligada por su situación económica a sacar el máximo partido a su abultado número de clientes para conseguir cuadrar las cuentas.

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