Las 10 frases prohibidas de un líder a su equipo

Un buen líder se diferencia de alguien que es solo un jefe en su forma de gestionar la comunicación con su equipo.

El líder muchas veces se convierte en una gran fuente de inspiración gracias a sus habilidades de comunicación y a la confianza que transmite y con la que trata a todas las personas que le rodean y que, directa o indirectamente, trabajan con él.

Por ello, la importancia de ser un buen cabeza de equipo queda reflejada en la fuerza de las palabras. Un mal manejo de esto puede provocar desmotivación en el grupo y conseguir justo lo contrario de lo que se pretende. ¿Qué frases tiene prohibidas un buen líder?

«No estoy de acuerdo con usted. Me encargaré de ello de forma personal»

jefe autoritario

Muchos jefes creen que poseen la verdad absoluta. Y nada más lejos de la realidad. Cuando se presenta ante el equipo de forma autoritaria, es mucho más probable que lo dejen de respetar.

Un buen líder no hacer falta que diga que lo es. Basta con que lo demuestre en el día a día. Sin embargo, esta es una de las frases que menos extrañan a los empleados, pues la han tenido que escuchar cientos de veces a lo largo de su trayectoria profesional.

Los profesionales así piensan que nadie va a enseñarles nada. Justo todo lo contrario. No confían en el equipo ya que, si no hacen las cosas ellos mismos, piensan que estas no saldrán o lo harán de peor forma. Un rasgo que destaca es el no escuchar la opinión de los demás. Por tanto, tampoco pueden conocer las inquietudes de los trabajadores.

¿Es que creen que todos pueden hacer las cosas mejor que yo?

hacer las cosas mejor

Al hilo con lo anterior, destaca la importancia de saber escuchar a los colaboradores para compartir opiniones y conocer sus inquietudes y formas de trabajar.

Un buen líder lo hará y, uno que no lo sea demasiado, tan solo querrá atacar. El jefe que quiere ir por el buen camino brindará a los empleados la opción de opinar en todo momento del proyecto para conocer diferentes puntos de vista con los que nutrir el trabajo.

Por tanto, no tomará los comentarios que se puedan verter en una reunión sobre el trabajo o proyecto de forma personal. La diferencia entre un buen cabeza de equipo y uno malo es que este primero hará todo lo posible por crear un ambiente de confianza donde los empleados se sientan en total libertad de expresar sus deseos y opiniones.

¿Por qué haces esto ahora? ¡Necesito que termines antes esto otro!

mal liderazgo

El buen líder no destaca por la imposición de su autoridad. Si el jefe quiere hacerte pensar que cualquier tarea es más urgente que la que estás realizando significa que para él todas son igual de urgentes y, por tanto, no es un buen líder.

Sus prioridades, seguramente, cambien muchas veces a lo largo de un solo día. Esto causa un estrés innecesario en los trabajadores, que no sabrán por donde empezar ya que sentirán que cualquier cosa que hagan estará mal.

La confusión que esto genera dentro del equipo tan solo traerá problemas a medio y corto plazo. De hecho, los empleados incluso estarán en todo su derecho de pensar que el jefe carece de pensamiento estratégico y analítico.

No me interrumpan a no ser que sea algo de vital importancia

llave

Como buen líder, nunca se debería decir esta frase a ninguno de los trabajadores. Normalmente, los empleados asocian hablar con el jefe con malas experiencias y es por ello que no quieren hacerlo.

En todo momento, debe mostrar el campo abierto tanto a escuchar en público las opiniones como recalcando que la puerta del despacho está abierta para aquel que necesite hablar en privado. Esto reforzará los lazos de confianza en el equipo y generará una buena relación entre el superior y los demás miembros.

Esto no significa que siempre que algún empleado quiera reunirse con el jefe tendrá prioridad. Pero sí es bueno que en todo momento sepan que pueden hacerlo. Se puede, por ejemplo, marcar un día o una hora específicas para atajar estas cuestiones.

¿Estás cuestionándome?

cuestionar líder

Reconocerás un mal líder porque no reaccionará de forma positiva a las cuestiones o preguntas de sus empleados.

Que estos tengan cuestiones que resolver, dudas, etc. no significa que siempre sean un ataque hacia la gestión del jefe, pero uno que no está acostumbrado a ello no aceptará las críticas de forma tranquila y apacible. Siempre las relacionarán con un ataque directo e incluso como un cuestionamiento de su autoridad.

Un buen líder sabe que es muy importante compartir conocimientos entre todos para generar confianza y fortalecer el equipo. Se toma las críticas de forma constructiva y trabaja junto al resto para sacar adelante los proyectos.

Es que el anterior director…

dirección

Si el líder es nuevo, no es bueno que todo lo justifique apoyándose en las decisiones del anterior que ocupaba su puesto.

No se debe culpar en ningún caso al antiguo jefe de los errores que puedan cometer los colaboradores. De hecho, si es una persona nueva que ha llegado desde fuera a coordinar el grupo, aunque sea complicado, es bueno integrarse y preguntar para conocer cuanto antes la forma de hacer las cosas.

Un buen líder ignorará la gestión anterior y no hará ningún comentario sobre ella. Sino que se dedicará a trabajar para mejorarla apoyándose en el equipo.

Si yo hiciera eso, el resultado sería de 10

éxito

Los buenos líderes evitan compararse con los empleados. Así como no lo hacen con los antiguos jefes, tampoco echarán nunca por tierra el trabajo asumiendo que ellos mismos lo harían de mejor forma.

No es positivo alardear sobre los propios éxitos pasados, pues los empleados se verán sometidos a una presión innecesaria por agradar al jefe de forma constante.

Hay que tener en cuenta que cada individuo hace las cosas de una manera, y eso no quiere decir que sea peor o mejor, solo diferente. Por ello, lo ideal es interesarse y conocer de qué forma actúa y trabaja cada uno de los miembros.

¡Deja que te enseñe cómo hacerlo!

líder enseñado

Esta es una de las frases que un jefe debe evitar a toda costa. No tiene sentido que el líder sea siempre el que lleve la razón en todo lo que hace.

Lo más importante son los resultados, por ello, lo bueno es dejar a los empleados trabajar a su aire, sin presión y ver qué resultados obtienen.

Aunque hayan llegado a través de otros métodos, esto no quiere decir que sena menos válidos que los que el jefe hubiera empleado en un primer momento.

Eso no es mi culpa

culpa líder

En ningún momento un buen líder decide «escurrir el bulto» y eludir sus responsabilidades. Como persona al frente de un equipo, es la cabeza responsable de lo que ocurre dentro del mismo.

Aunque a nadie le gusta sentirse culpable, un buen jefe asumirá las consecuencias de los actos y aceptará las meteduras de pata.

Eso sí, en ningún momento rindiéndose, sino atajando el problema y dotándolo de una solución rápida que satisfaga al mayor número de personas posible.

Fracasar no es una opción aquí

error

Al contrario de lo que muchos puedan pensar, trabajar bajo una alta presión no es para nada aconsejable, sino todo lo contrario.

Del fracaso se aprende y, por tanto, no es ningún delito cometer errores porque de todos ellos se sacarán conclusiones y aprendizajes diferentes. El buen líder aprende de los contratiempos y esto es lo que les transmite al resto de sus compañeros de equipo.

Si algo no sale como se esperaba, es el momento de demostrar por qué se ocupa ese puesto de liderazgo.