Tubos Reunidos: el ruinoso cupo vasco de BBVA bajo el yugo de Trump

BBVA entró en el capital de Tubos Reunidos en junio de 2013. Seis años después, ya como primer accionista de la compañía, ha visto cómo las acciones del fabricante vasco han perdido un 85% de su valor en este periodo.

El grupo con sede en Amurrio (Álava) ha visto reducir sus beneficios y aumentar su deuda en los últimos ejercicios. En 2017 registró unas pérdidas de 32,4 millones de euros. Cerró 2018 con un signo negativo en su balance de 34,4 millones de euros. La merma ascendió a 13,3 millones de euros en el primer trimestre de 2019. Lejos quedan los beneficios netos de 60 millones de euros en 2006, los 85 millones de euros en 2007 o los 81,8 millones en 2008.

Como consecuencia, la cotización de sus acciones ha caído en picado desde 2017. El analista de Self Bank, Felipe López-Gálvez, declara a MERCA2 que “se trata de una empresa que no es rentable y está altamente endeudada, por lo que es normal que los inversores hayan decidido huir del valor”. “Previsiblemente sufrirá de ataques especulativos por inversores técnicos y cortoplacistas, por lo que no descartamos que el precio sufra fuertes variaciones en el corto plazo”.

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De fondo, dos grandes problemas que afectan al productor global de productos tubos de acero sin soldadura: los gastos energéticos (luz y gas) y las decisiones proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El grupo tan solo apunta que «como cualquier compañía, afronta todos los retos que conlleva el incremento de los costes y la fuerte competencia por un mercado globalizado».

En primer lugar, la compañía vasca se resiente de la subida de precios del gas y la luz. En España, la industria supone el 62% del consumo nacional total de gas. La factura se eleva cada año hasta los 4.700 millones de euros. Desde hace ocho años, la competitividad del gas español ha empeorado progresivamente para todo tipo de consumidores industriales, llegando a precios entre un 20 y un 25% más alto que el de sus competidores europeos, tal y como ha denunciado la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid). Del mismo modo, la evolución de los precios mayoristas de electricidad está castigando a toda la industria española (pregunten a Alcoa). Además, con el petróleo barato se reduce la actividad de los pozos de extracción en todo el mundo (uno de sus principales clientes).

En segundo lugar, la cruzada del presidente de Estados Unidos en su política exterior. Donald Trump ha impuesto aranceles sobre acero (25%) y aluminio (10%) a las importaciones de estos materiales procedente de la Unión Europea. La medida entró en vigor en marzo del año pasado. La propia compañía confirma a MERCA2 que “los aranceles puestos en marcha por la administración de Trump están siendo sin duda un reto al que debemos hacer frente”. No obstante, ha querido indicar que “confiamos en poder superar también estas dificultades”.

Las exportaciones españolas de productos siderúrgicos a EE.UU ascendieron en 2017 a 337.000 toneladas, con un importe de unos 326 millones de euros, mientras que las importaciones fueron de 21.000 toneladas, por valor de 53 millones de euros, según datos de Unesid. En el conjunto de la Unión Europea, en ese mismo año, se exportaron a Estados Unidos cinco millones de toneladas y se importaron 340.000 toneladas (valor respectivo de 5.998 millones y 1.188 millones de euros).

La consultora del área de mercados en Afi, Nereida González, indica a MERCA2 que “no está previsto que se eliminen (podrían quitarse si llega a haber un acuerdo comercial entre EEUU y la Unión Europea, aunque tampoco es seguro)”. De hecho, Nerieda González explica que “Tubos Reunidos es la empresa más afectada en la medida que EEUU es su mayor mercado y exporta en torno al 40% de sus ventas a este país sin producción local”. El 49% entre Estados Unidos y Canadá, confirma la compañía. Además, ha provocado otro efecto secundario negativo: el riesgo de que se produzca una avalancha de importaciones procedentes de terceros países como consecuencia del cierre del mercado norteamericano, tal y como ha alertado Unesid.

Para el banco presidido por Ángel Torres, su participación del 14,87% (máximo accionista) en Tubos Reunidos se trata de un tema «confidencial»

Felipe López-Gálvez recuerda al respecto que “solo un 25% de sus ingresos se generan en la Unión Europea, por lo que las expectativas de poder retomar el vuelo no son halagadoras”. Además, añade, “la posible ralentización económica a la que parece que nos abocamos presumiblemente no vendría bien a sus cuentas, ya que la demanda de tubos metálicos podría virar a la baja”.

TUBOS REUNIDOS REFINANCIA SU DEUDA

No todo son malas noticias para el grupo en el que trabajan 1.400 empleados. Un hecho relevante de la compañía vasca el martes por la mañana confirmaba un principio de acuerdo sobre los términos y condiciones de la refinanciación de la deuda financiera de la sociedad y sus filiales que asciende a 351 millones de euros a 30 de abril de 2019. La firma provocó que el valor se disparase en bolsa.

Sin embargo, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, esgrime que “no creemos que le aporte valor a la acción, ya que la empresa se sigue encontrando altamente endeudada y la demanda de sus productos se encuentra a medio camino de lo que se esperaba”. “La refinanciación de la deuda solo le ofrece una bocanada de aire, pero el negocio en sí continúa amenazado”, señala a MERCA2.

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El grupo Tubos Reunidos señaló que, como resultado de este acuerdo, consigue racionalizar su deuda y contar con «mayor flexibilidad» en sus compromisos financieros, lo que «contribuirá a alcanzar los objetivos de su plan de negocio dentro de las actuales necesidades del mercado». Habrá que espera a la próxima junta general, que se celebrará el 27 de junio, para conocer públicamente las líneas maestras.

La empresa destacó que el acuerdo facilitaba la «viabilidad y estabilidad» del grupo en el corto y medio plazo dentro de «un incierto escenario de mercado», derivado de la aplicación de medidas arancelarias a las importaciones europeas de productos de acero en Estados Unidos. Del mismo modo, afirmó que es un «acuerdo fundamental» para contribuir al «desarrollo futuro» del grupo, que, según manifestó en el HR, ha conseguido el respaldo de las principales entidades financieras acreedoras de Tubos Reunidos, lo que «coadyuva a la ejecución de su plan de negocio y, en consecuencia, a superar las difíciles condiciones actuales del mercado».

¿POR QUÉ SIGUE BBVA EN TUBOS REUNIDOS?

Ante este panorama, ¿por qué permanece BBVA en Tubos Reunidos? En la actualidad, la entidad posee 25,9 millones de acciones de la compañía. Esta cifra le sitúa como el mayor accionista con un 14,87% del capital, según los datos que ofrece Bloomberg.

El analista de Self Bank insiste en que “cotiza prácticamente en mínimos históricos, pero tiene razones para hacerlo, por lo no creemos que el nivel de precio sea una señal de compra del valor”. Por tanto, “es difícil saber si el equipo gestor será capaz de reconducir el negocio de la empresa, pero está claro que necesita una seria remodelación del negocio, que a día de hoy no es rentable ni se espera que lo sea”.

Preguntado directamente BBVA por su participación en Tubos Reunidos, la entidad lo único que responde es que se trata de un tema “confidencial”. Por su parte, la compañía indica que “BBVA no tiene ningún papel ejecutivo; es un accionista y, por tanto, miembro del consejo de administración de la compañía”.

Sin embargo, un apellido de abolengo en la historia del banco es clave en el capital de Tubos Reunidos. El que fuera presidente del Banco Bilbao Vizcaya entre 1990 y 2001 (ya BBVA), Emilio Ybarra y Churruca, y su hermano Santiago poseen algo más del 7% del productor de tubos.