Realidad o ficción: transporte gratuito en periodos de alta contaminación

La contaminación es uno de los principales retos del siglo XXI. Disminuir las emisiones de gases se ha convertido no solo en un objetivo, sino en una obligación. Desde la Unión Europea (UE) no dejan de surgir nuevas legislaciones en este sentido. Muchas ciudades se han convertido en territorios donde respirar perjudica el bienestar del ser humano. Desde las instituciones señalan al transporte público como una solución a todos estos males. Pero, ¿podría ser gratuito en periodos de alta contaminación?

El transporte gratis es un gran reclamo. De eso no hay duda. Muchos ciudadanos dejarían su vehículo en casa si no tuviesen que pagar por montarse en un autobús o un tren. Las restricciones por alta contaminación que se dan en algunas ciudades españolas hacen que muchos se vean obligados a utilizar el transporte público. Y pagar por ello. No por conciencia medioambiental, sino porque tienen prohibido utilizar su coche por sus altas emisiones. Sin embargo, aquellos que sí pueden entrar en el entorno urbano con su propio automóvil, aunque sea de combustión, lo siguen haciendo. Quizá esto no pasaría si no tuviesen que gastar por desplazarse.

España se sitúa como uno de los nueve países europeos instalados en el incumplimiento sistemático de la normativa contra la contaminación del aire, según señala la Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Colectivos Urbanos (ATUC). Si hablamos de cifras, esto provoca cada año unas 25.000 muertes en nuestro país. En torno a 400.000 en toda Europa.

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Pero parece que los sueños no se cumplen. El transporte público gratuito está lejos de convertirse en realidad. Desde ATUC han expresado que esta medida no se debería llevar a cabo, a pesar de que en ocasiones surgen propuestas “arbitrarias” desde el ámbito político o de la opinión pública que “desvirtúan la esencia del sistema”. La asociación explica que el precio no es un factor decisivo para aquellos que optan por ir en coche, ya que, en ocasiones, los costes de desplazarse en vehículo privado pueden llegar a cuadruplicar a los traslados en transporte público.

“Se perdería la percepción de valor que tiene el sistema. Por no hablar de que la gratuidad no existe. Toda financiación que no pueda conseguirse por medio del pago de tarifas tendría que ser asumida por las administraciones. En consecuencia, por los impuestos de todos los ciudadanos”, ha apuntado el secretario general de ATUC, Jesús Herrero.

Asimismo, la gratuidad transmite, según ATUC, la ida de que se regala el transporte al que causa el problema. “No se puede premiar a quienes al día siguiente a una jornada de restricciones al tráfico volverán a coger sus coches”. Por otra parte, cabría la posibilidad de que se llegase a superar la capacidad máxima del transporte público. Aunque el sistema puede absorber aumentos puntuales de la demanda, podría verse desbordado por la utilización masiva de quienes, por ejemplo, habitualmente se desplazan a pie en los trayectos cortos.

1,8 EUROS DIARIOS COMO ALTERNATIVA A LA CONTAMINACIÓN

Existen varias alternativas para tratar que la gente apueste por el transporte público. Sin embargo, a tres días de la entrada en vigor del nuevo protocolo de medidas para combatir los episodios de alta contaminación en Madrid, la asociación del transporte público ha propuesto el “billete gris”.

Este título se convertiría en una opción específica que permitiría a los usuarios que hagan un uso extraordinario del metro y de los autobuses, como ocurre a los conductores en episodios de alta contaminación, pagar un importe proporcionalmente directo al que abonan los viajeros habituales. En Madrid, un abono mensual zona A cuesta casi 55 euros. Ese billete diario costaría 1,8 euros. Es decir, el coste diario del abono.

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De esta manera, se contribuiría a lograr que cada vez más gente se decidiera a aparcar sus vehículos para subirse al transporte público. Esto reduciría “drásticamente” los niveles de contaminación. Según datos de ATUC, si el tráfico causa la mitad de las emisiones registradas en los centros urbanos, más del 90% corresponden al tránsito de coches y motos.

NUEVOS PROTOCOLOS DE CONTAMINACIÓN EN MADRID

A partir del lunes 8 de octubre, estará vigente en Madrid el nuevo protocolo de episodios de alta contaminación. De esta manera, se establecerán diferentes escenarios en función de la situación del aire en la ciudad. Para ello se han establecido nuevos niveles de acción: preaviso, aviso y alerta. Dependiendo de la alarma, habrá más o menos restricciones.

El Escenario 1 se llevará a cabo cuando se alcance el nivel de preaviso. Las medidas que se adoptarán serán las de informar a los ciudadanos y la recomendación y promoción del transporte público. Asimismo, se reducirá la velocidad máxima a 70 kilómetros por hora en la M-30 y en los accesos a Madrid.

Si la situación continúa, se pondrá en marcha el Escenario 2. Este conlleva la prohibición de la circulación en el interior de la M-30 y en esta circunvalación a los vehículos a motor que no tengan clasificación ambiental ‘Cero Emisiones’, ‘ECO, ‘C’ o ‘B’ en el Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Además, solo podrán estacionar en las plazas y horario del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) los modelos ‘Cero Emisiones’ y ‘ECO’.

LOS ESCENARIOS MÁS RESTRICTIVOS

El Escenario 3 impide la circulación en todo el término municipal a los vehículos a motor que no tengan alguna clasificación ambiental de la DGT. Además, recomienda la no circulación de taxis libres, excepto Eurotaxis y vehículos ‘Cero Emisiones’ o ‘ECO’.

Tras cuatro días consecutivos con superación del nivel de aviso se activará el Escenario 4. Este ya no permite a los vehículos con distintivo ‘B’ circular dentro de la M-30. Con el quinto y último escenario de alerta no podrán acceder a todo el término municipal ningún coche que no tenga distintivo ‘Cero Emisiones’ o ‘ECO’. Además, solo podrán aparcar en la zona SER los modelos ‘Cero Emisiones’. Por su parte, en este caso estaría prohibido la circulación de taxis libres excepto Eurotaxis y vehículos que tengan la clasificación ambiental de ‘Cero Emisiones’ o ‘ECO’.