Smart Mobility exige una regulación en movilidad justa para el sector

Smart Mobilit es la nueva plataforma que se ha presentado en Madrid. Siete operadores del sector de moto y bicicleta se unen en el marco de ADigital (Asociación Española de Economía Digital) como colectivo para promover movilidad  inteligente, compartida y sostenible. El objetivo de dicha unión trata de estructurar la movilidad para hacer de las ciudades que cuentan con el servicio un lugar ecofriendly. 

“Hace meses vimos la necesidad de hacer sector y juntarnos”, declara el director de Digital, José Luis Zimmermann. La movilidad en las grandes ciudades está explorando nuevas modalidades, como son los patinetes eléctricos o el carsharing, pero también el bicisharing y motosharing. Precisamente, este nuevo escenario de movilidad ciudadana obliga a la creación de alianzas como Smart Mobility. 

Sin embargo, la regulación no está de su parte. Desde Smart Mobility asumen que es un sector que todavía no está maduro. Además de estar formado por pequeñas empresas privadas, “pedimos a los ayuntamientos que nos dejen crecer”, solicita la portavoz de la plataforma, Anna Merino. 

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“Queremos smart regulation”, continua la portavoz del colectivo, puesto que la ausencia de regulación sobre estas nuevas formas de transporte frena el desarrollo de las empresas del sector y retrasa la conversión de las ciudades en los espacios sostenibles en los que tanto insisten los gobiernos. Desde la plataforma piden que este nuevo modelo se tenga en cuenta en los planes de movilidad urbana de cada territorio.

El “Manifiesto por una movilidad inteligente y sostenible” firmado por las siete empresas pretende convertirse en una referencia en movilidad digital, responder a las necesidades de las ciudades, accesible, compartida, abierta y sobre todo, sostenible. Scoot, eCooltra, Mobike, Donkey Republic, Yego, Coup y Movo son las operadoras integradas en la nueva plataforma. 

Por el momento, son Madrid y Barcelona los platos fuertes de Smart Mobility, pero no los únicos. La ciudad condal cuenta con un servicio de 1.500 motos y 2.000 motos; mientras que la capital cuenta con 2.500 motos frente a 600 bicicletas. Zaragoza, Málaga, Valencia, Palma de Mallorca y Hospitales de Llobregat son otras localidades españolas con el servicio disponible. 

UNA REGULACIÓN IGUAL PARA TODA EUROPA 

La mayoría de ciudades están atentas al fenómeno, pero ninguna de ellas lo bloquea ni lo prohíbe y por ahora se regula poco. Esta es la principal conclusión que revela el estudio que compara la regulación de la movilidad en las principales ciudades europeas. Las motos compartidas son las peor paradas, ya que carecen de regulación especifica; mientras que las bicicletas están reguladas en ciertos sentidos.

Madrid, en medidas de regulación incluye en su Ordenanza de Movilidad Sostenible la  obligación de dejar las bicicletas en estacionamiento específico y no ocupar más del 50% del espacio disponible para cada uno de ellos. Barcelona tiene limitado el número de licencias y en el ayuntamiento barcelonés se ha aprobado una tasa por el uso de espacio público, que afecta tanto a motos como bicis compartidas.

Viena es un ejemplo en cuanto a bicicletas, ya que cuenta con licencias para bicicletas y prohíbe estacionarlas frente a lugares simbólicos de la ciudad. Berlín obliga a las empresas a redistribuir las bicicletas en menos de 24 horas si se acumulan más de cuatro en la misma acera. Dublin y Toulouse son las únicas que cuentan con estos servicios y no imponen tasas recaudatorias por uso del espacio público como ocurría en Barcelona.