Santalucía y Mutua afrontan el reto de perder su identidad

Los resultados acompañan. Grupo Santalucía consiguió unos ingresos consolidados de 3.314,7 millones de euros en 2018. Y los activos totales alcanzaron los 12.097,9 millones. Grupo Mutua Madrileña, por su parte, consiguió un beneficio neto de 267 millones y unos ingresos por primas de 5.270 millones. Los números acompañan.

“Al no tener que repartir beneficios para remunerar al capital, sus resultados van destinados al incremento de sus fondos propios y, por tanto, a reforzar los ratios de solvencia exigidos por la normativa que fija la Directiva de Solvencia II”, apuntó Enrique Sanz Fernández-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía durante el III Encuentro Económico-Asegurador. Fondos que, por ejemplo, Mutua utilizó para adquirir el 50% de SegurCaixa Adeslas. Fondos que Caser puede usar para adquirir Caser.

La gran cantidad de información disponible que proporciona el big data puede ‘desmutualizar’ el trabajo habitual de estas compañías

Junto a la ausencia de ánimo de lucro, otras señas de identidad de las mutuas son que se trata de sociedades personalistas versus capitalistas, tienen importantes vínculos de solidaridad, y se definen por la participación democrática de los mutualistas en su gobernanza. Por tanto, mutualismo y economía social son sus pilares. ¿Hasta cuándo?

“Existe el riesgo de una desmutualización del seguro como consecuencia de la tendencia actual a la especialización y personalización de la oferta, en base a la gran cantidad de información disponible que proporciona el big data”, alertó Enrique Sanz Fernández-Lomana. Si el seguro perdiera su carácter mutual, “generaría graves situaciones de exclusión social y sería muy dañino para el sector”, añadió.

SANTALUCÍA Y LAS COTIZADAS

Son 2,6 millones de personas las que tienen algún tipo de vínculo con las 280 mutualidades existentes. ¿Traducido a euros? Su volumen de activos gestionados supera los 45.000 millones de euros a finales de 2018. Y hay auténticos transatlánticos como Santalucía y Mutua, y otras ‘embarcaciones’ de menor calado.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»205591″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Todas ellas se enfrentan, por ejemplo, al reto de un entorno socioeconómico con sostenidos bajos tipos de interés y el aumento exponencial de la esperanza de vida. De ahí que busquen otros ‘mares’ donde navegar. Por ejemplo, Santalucía durante los últimos cinco años firmó alianzas con Sanitas o con EVO, a la par que adquirió Aviva y el 50% de Pelayo Vida. Mutua, por su parte, se hizo con el 50% de SegurCaixa Adeslas, o el mismo porcentaje de Alantra Wealth Management, entidad especializada en banca privada. Diversificación y transformación, en dos palabras. ¿A cambio de perder sus señas de identidad?

Como dijo el director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez, durante el citado encuentro, “hay mutuas con sistemas de gobierno comparables a las cotizadas”. Santalucía y Mutua son dos buenos ejemplos. Pero también les quedan deberes por hacer, como a las cotizadas. “Quedan por hace reformas en los consejos de administración. Es importante que se incorporen consejeros externos que amplíen las perspectivas de análisis”, añadió el director general de Seguros y Fondos de Pensiones. Respecto a las mutuas de menor tamaño, Sergio Álvarez no dudó en señalar que “a las medianas y pequeñas les queda mucho por hacer”.