Roberto Gómez como símbolo de un periodismo deportivo en extinción

José María García reinventó la radio deportiva, oxígeno al siniestro deporte español y se convirtió en el rey del mambo durante dos décadas hasta que adquirió los vicios que denunciaba y fue tumbado por la banda emergente con toques juveniles que comandaba José Ramón de la Morena ante los aplausos de los groupies universitarios.

‘SuperGarcía’, antes de ahorcarse profesionalmente con la cuerda que le sirvió la dupla Aznar/Villalonga con el dinero de la recién privatizada Telefónica, se lamentaba porque a un lado de la orilla se encontraba un ordenado «Imperio del monopolio», la PRISA de Polanco, y él intentaba hacer ruido desde la lejanía «con el ejército de Pancho Villa».

Solo en un «ejército de Pancho Villa» podrían haber convivido una heterogénea colección de periodistas que van desde la genialidad excéntrica de Montes a la pasión de Gaspar Rosety pasando por un disc-jockey reconvertido en periodista porque sabía jugar bien al fútbol sala, Pipi Estrada, o por un reportero cuyo crédito estaba más que consumido, el simpar Roberto Gómez.

Roberto Gómez ahora se lamenta en la web de Marca al echar la vista atrás y ver que el tiempo en el que ejerció de reportero deportivo se extingue. Lejos quedan los tiempos de guerras del fútbol, de insultos de medianoche entre De la Morena y García, y de peleas por la primicia en vez de por contar mejor las cosas que el competidor.

ROBERTO GÓMEZ, SECUNDARIO DEL FILM DE GARCÍA

Personajes del neorrealismo como Pipi Estrada o Roberto Gómez podrían haber ejercido como estupendos secundarios en un drama de Vittorio de Sica en la Roma de los cuarenta o en una comedia lazarillesca de Pedro Lazaga en el Madrid de los cincuenta.

Roberto Gómez
Gómez se ha puesto a las órdenes de De la Morena.

Estrada, carne de vendedor de coches, y Gómez, que tenía todo el talento del mundo para haber ejercido de apoderado de algún novillero de provincias, se integraron a las mil maravillas en aquel ejército liderado por el Butano.

Ambos periodistas han visto que aquellos tiempos se agotan y que García gasta el disco con los repetitivos monólogos que exhibe en cada entrevista. Es por ello que Estrada coloca la guinda exótica en ‘El Chiringuito de Jugones’ y que Roberto Gómez divierte a La Libreta de Van Gaal y al Grupo Risa desde las tertulias de Radio Marca o Teledeporte.

ABRAZOS Y ZANCADILLAS: LOS PALOS DE BOBBY

Roberto Gómez asegura que fue el primero en hacer el inalámbrico en un partido del Bernabéu, sostiene que De la Morena fue becario suyo y afirma que José María García le enseñó «orden, trabajo, respeto y valores».

No recordaba ‘Bobby’ la anécdota que contó otro de sus aprendices: Paco González. El asturiano llega a Gran Vía en pleno verano ochentero, Gómez lo mira y le hace un encargo: le da cien pesetas y le pide que le compre un determinado polo para refrescarse. El helado, González aprendió pronto cómo funcionaba el periodismo deportivo entonces, costaba ciento cincuenta.

El reportero sí que recordó cómo empezó el que hoy es su jefe, De la Morena: «Es el mejor radiofonista de la historia. Sus entrevistas, sus silencios, sus pausas son perfectos. No hay nadie que lo haga como él. Le desbancó porque la maquinaria Prisa era muy potente y José Ramón supo conectar con la gente joven con su lenguaje y forma de ser».

También recuerda su paso de la SER a la COPE tras perder el inalámbrico en favor de Jesús Gallego: «García me mandó secuestrar a Maradona el primer día que debuto en la COPE. Voy a Zurich y cojo el avión a Sevilla para llevarle con Rafael Almansa a los estudios de la calle Rioja en la COPE. Según llego a la escalerilla del avión, veo a José Ramón de la Morena, dos días después de que yo dejara la SER. Le dejé que hablara con Maradona y García me montó un bronca brutal«.

FALTA CALLE

Roberto Gómez dice que al nuevo periodismo le falta calle, cierto es; asegura que no entiende cómo se llevan tan bien García y De la Morena (al que el éxodo de González y medio centenar de compañeros le bajaron los humos); y recuerda que Pedrerol copia un invento que creó Alfonso Arús.

Roberto Gómez
Juanma Castaño se ha colocado como líder en COPE.

‘Bobby’, que tiene el gusto de no aplaudir al Ser Superior, también se lamenta porque COPE no se acordó de él: «Se equivocó la COPE no fichándome y me decepcionó que ni Lama ni Paco González ni Xuancar me llamaran para ir, pero me había llamado ya De la Morena y en 15 segundos lo solucionamos. Se equivocaron y se van a arrepentir. Les hubiera ido bastante mejor conmigo». No deja de tener su gracia: COPE es líder nocturno… a pesar de no poder contar con Gómez.