Repsol da un gran paso con su reto ‘cero emisiones netas’ en 2050

Repsol se refuerza como líder de su sector en la lucha contra el cambio climático. El pasado 2 de diciembre anunció que orientará su estrategia para ser una compañía con cero emisiones netas en el año 2050 y avanzó el escenario que servirá de base para su Plan Estratégico 2021-2025, que presentará en la primera mitad de 2020.

El compromiso de Repsol con la sostenibilidad ya había sido reconocido recientemente por analistas e inversores. Según informes del referente en temas energéticos Wood Mackenzie y los analistas e inversores Goldman Sachs y Redburn, Repsol es la compañía de su sector en todo el mundo que, proporcionalmente, más va a invertir en los próximos años en fomentar la transición energética y en energías bajas en carbono. Asimismo, un último informe de Transition Pathway Initiative (TPI), que reúne a 50 de los mayores inversores que gestionan una cartera de activos de más de 15 billones de dólares, sitúa a Repsol como líder entre 135 compañías del sector en el cumplimiento de los puntos del Acuerdo de París.

Ahora, la compañía ha dado un paso más al avanzar en su compromiso de liderar la transición energética con un ambicioso plan con nuevas metas de reducción de su indicador de intensidad de carbono para alcanzar las cero emisiones  netas de CO2 en 2050.

Esta iniciativa, la más ambiciosa de su sector en cuanto a la consecución de los objetivos del Acuerdo de París para limitar la subida de temperatura del planeta a menos de dos grados centígrados, significará un replanteamiento de todas las actividades e inversiones de Repsol.

Esta nueva meta ha sido valorada, entre otros, por la agencia de calificación Moody’s, que estima que el compromiso de Repsol para reducir su huella de carbono es “una consideración de calidad crediticia cada vez más importante”. Asimismo, inversores socialmente responsables como Institutional Investors Group on Climate Change han elogiado el paso dado por Repsol, mientras que el think tank financiero Carbon Tracker, cree que la compañía “es el líder actual de la industria en el tema de la transición energética”.

“Estamos convencidos de que debemos fijarnos objetivos más ambiciosos en la lucha contra el cambio climático. Creemos que el momento para Repsol es ahora”.

Consejero Delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.

Hace poco más de un año, en noviembre de 2018, Repsol incorporó  los negocios no regulados de generación  de electricidad de bajas emisiones de Viesgo y su comercializadora. Su intención era la de consolidar el papel de la compañía como actor relevante del mercado eléctrico español y reforzarse como proveedor multienergía, al explotar casi todas las fuentes, menos el carbón y la nuclear, y tener una presencia en el 70% de la matriz primaria de energía.

La compañía dio un nuevo paso tras anunciar, en julio pasado, la construcción de  tres nuevas instalaciones de energías limpias: dos proyectos eólicos en Aragón y en Castilla y León, y un centro fotovoltaico en Andalucía.

La filial Repsol Electricidad y Gas será la encargada de gestionar la construcción de estas nuevas instalaciones, que cuando comiencen a operar, ayudarán a la compañía a generar los 7.500 MW de electricidad obtenida por procesos bajos en emisiones que Repsol se ha comprometido a producir para el año 2025.

Estos tres proyectos de la energética incorporados a su cartera de activos producirán 800 MW. Los dos parques eólicos se ubicarán, uno de ellos entre Zaragoza y Teruel, que producirá 355 MW, y el otro entre Palencia y Valladolid, que generará 255 MW. El fotovoltaico será construido en Cádiz y producirá 204 MW. Estos centros serán capaces de suministrar electricidad a 650.000 hogares al año.

5.600 MW DE CARTERA DE GENERACIÓN BAJA EN CARBONO

Para elegir los lugares de construcción, Repsol se ha basado en las condiciones más favorables que presenta cada sitio para los distintos tipos de tecnología, y cuando entren en funcionamiento, reducirán las emisiones derivadas de la producción eléctrica con carbón en aproximadamente 2,3 millones de toneladas de CO2.

La energía que generen servirá para abastecer tanto las necesidades de la compañía como a la cartera de clientes de Repsol, que en la actualidad supera el millón de clientes de luz y gas.

A estas tres futuras instalaciones  se suman el proyecto fotovoltaico Valdesolar (Badajoz), con capacidad de 264 MW y que se encuentra en la última fase de su tramitación administrativa; y el eólico flotante  Windfloat, en la costa norte de Portugal. Este será uno de los parques eólicos flotantes más grandes del mundo, con una producción estimada de 25 MW.

Asimismo, el pasado 2 de diciembre la compañía anunció inversiones para incorporar y construir nuevos proyectos solares y eólicos por un total de 1.600 MW. Con todo ello, la cartera de generación baja en carbono  de Repsol alcanza los 5.600 MW.

Repsol ha lanzado también Solify, una solución integral de autogeneración de energía fotovoltaica para viviendas unifamiliares y pequeñas empresas que ofrece energía 100% renovable.

REPSOL IMPULSA ALTERNATIVAS

Con especial atención a su negocio de refino, Repsol reducirá de forma adicional sus emisiones a 2025 un 25%. La compañía hará más sostenibles estas operaciones de refino mediante hidrógeno verde y el uso de electricidad de origen renovable. Además, propulsará la producción de biocombustibles hasta las 600.000 toneladas al año en 2030.

En cuanto al negocio químico, la compañía se prepara para responder con eficiencia ecológica a una demanda mundial creciente de productos petroquímicos, que se prevé que aumente un 30% hasta 2030 y un 40% hasta 2050. Para ello, esta línea se reestructurará hacia la economía circular y la utilización de un 20% de contenido reciclado en el total de sus poliolefinas para el año 2030.

Sobre los puntos de recarga de Repsol para vehículos eléctricos en carreteras, la compañía piensa seguir extendiendo su red. Con estos objetivos, unidos a una modificación a la alza de los precios internos de CO2 que fomentarán decisiones de inversión más sostenibles, Repsol avanza en el camino de la descarbonización. Estos precios, que partían de 25 dólares/tonelada en 2018, subirán hasta los 40 dólares/tonelada en 2025, para llegar a los 70 dólares/tonelada en 2040.

Repsol trabajará para que todas aquellas asociaciones e iniciativas en las que participe estén alineadas con el cumplimiento de los objetivos derivados del Acuerdo de París. La compañía planea haber terminado su autoanálisis en 2020, dándose de baja de todas aquellas que antes de la fecha de su publicación no hayan cesado en acciones o mensajes incompatibles con la lucha contra el cambio climático.