Brufau renueva su mandato con Repsol a la cola de la revolución energética

Con cerca de dos décadas y media en Repsol, Antonio Brufau (que espera ser reelegido como presidente este viernes en la Junta de Accionistas), se enfrenta a su mayor reto en la petrolera. La compañía está inmersa en una profunda transformación de su negocio de cara a posicionarse en el mercado eléctrico a través de las denominadas energías verdes, o eso al menos intenta vender, ya que en la actualidad su desarrollo es más bien escaso si se compara con sus pares europeos.

Cuando Brufau llegó a Repsol, allá por 1996, la firma libraba una carrera por encontrar petróleo, cuanto más mejor, de cara a posicionarse en el sector. Ahora, la pugna que debe abanderar el presidente es otra distinta, la de captar nuevos activos renovables (no regulados y desarrollados desde la base), aunque en el fondo la meta sigue siendo la misma que no es otra que llegar, posicionarse, antes que sus competidores.

El gran problema al que se debe enfrentar Repsol en la consecución de su meta, la de liderar el siguiente gran cambio del sector, es que sus competidores le llevan varios cuerpos de ventaja. Tanto Shell (que es la petrolera que lleva la delantera en el sector en cuanto a desarrollo verde), Equinor, BP, Total o Eni tienen sus planes de desarrollo de energías renovables más avanzados que la firma española, cuyo único movimiento se circunscribe a la compra de los activos de Viesgo por 733 millones de euros.

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El único movimiento de Repsol, que paró recientemente la adquisición de X-Elio, contrasta, por ejemplo, con los del gigante Royal Dutch Shell que tiene presupuestado un gasto de unos 2.000 millones anuales para crecer inorgánicamente (esto es a través de adquisiciones) en el sector renovable. La holandesa que ya incorporó a su cartera los activos renovables de Neoen, tiene previsto llevar a cabo el mayor movimiento del año con la adquisición de la empresa pública Eneco por un montante que varía entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros. Además, la petrolera ha desarrollado recientemente inversiones en el sector eléctrico junto a la portuguesa EDP.

Las colaboraciones entre petroleras y eléctricas no solo se circunscribe a Shell, sino que también las ha llevado a cabo SSE y Equinor. La petrolera estatal noruega es también una de las que más se han movida dentro del sector, hasta el punto de que para 2025 espera tener una capacidad instalada entre 5 y 10 GW, una cifra similar, por ejemplo, a la capacidad que mantiene Iberdrola en energías renovables en España. Por su parte, otros grandes nombres del sector como Total o BP también siguen moviéndose, aunque por detrás de las dos anteriores, y tienen en el radar (según los analistas de Bloomberg) a Voltalia y Scatec Solar, respectivamente. 

LAS PETROLERAS, MUCHO MENOS REPSOL, SON TODAVÍA UNA AMENAZA

La cadena de importancia a la hora de ser un actor importante en el nuevo entramado eléctrico que está por llegar es todavía más cruel para Repsol, ya que si bien la firma está lejos de sus pares, ellos están todavía más lejos de ser una amenaza para las firmas de distribución de electricidad. «Muchas empresas de distribución de redes de electricidad y gas no ven a las grandes petroleras como una amenaza importante», explican desde distintos informes internos de Bloomberg.

La cadena de importancia en el nuevo entramado eléctrico es cruel para Repsol, ya que si bien la firma está lejos de sus pares, estos están todavía más lejos de ser una amenaza para las firmas de distribución

En el mercado nacional, la rápida expansión que está acometiendo Repsol en el mercado eléctrico, tras la compra de los activos de viesgo, que cuenta ya con más de 810.000 clientes, apenas supone una mera anécdota para el sector. Así, fuentes internas de una de las grandes eléctricas del país ha explicado a Merca2 que «en cuota de clientes finales y de generación, de momento, nadie se fija en otra compañía que no sean las tres grandes: Iberdrola, Endesa (Enel) y Naturgy».

REPSOL SE COMPARARÁ CON IBERDROLA O ENDESA PARA SUS BONUS

El cambio que está acometiendo la petrolera española quizás se entiende mejor si se aprecia en profundidad la nueva política de retribución para los altos directivos, que incluye al consejero delegado y el secretario general, que se aprobará este viernes en la Junta de Accionistas. La denominada retribución variable a largo plazo incluye importantes cambios en dos pilares que, ahora, supondrán la mitad de dicho concepto, en concreto son: el de ‘Creación de Valor’ (que supondrá un 35%) y el de Sostenibilidad (con un peso del 15%).

Repsol medirá el retorno a sus accionistas por primera vez frente a las tres grandes eléctricas para sufragar hasta un 25% de los bonus de los directivos

Cada uno tiene sus peculiaridades, así el primero valorará el denominado Retorno Total del Accionista (TSR), que se basa en las ganancias de capital y los dividendos generado por una acción, respecto del total de las petroleras y, también, frente a las tres grandes eléctricas española (Iberdrola, Endesa y Naturgy). El anterior apartado representará un 25% del total del variable a largo plazo. Anteriormente, dicho apartado contenía apartados como el resultado neto, el flujo de caja (que se mantiene) o las sinergias generadas.

Por otro lado, en cuanto al apartado de sostenibilidad, su peso crece hasta el 15%, desde el 10%, debido sobre todo a que la reducción de emisiones pasa del 5% al 10%. De esta manera, la rebaja en el lanzamiento de gases de CO2 se cuela entre las partidas que tendrán más importancia en el pago de los bonus de los directivos de Repsol, siendo el doble, por ejemplo, que aquellos de puro rendimiento financiero como mantener el rating o el flujo de caja de la compañía.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2