El paripé de las renovables tiene consecuencias: se disparan las emisiones

Cuando los países hablan de contaminación conceptualizan todo en base a objetivos. Éstos pueden ser más o menos ambiciosos. Ahí se queda todo. Esta misma semana, la ministra de Transición Energética española, Teresa Ribera, ha defendido en el Consejo de Energía de la Unión Europea ser más ambiciosos en materia renovable. Pero el debate sobre el desarrollo de este tipo de energía parece más teórico y legal que otra cosa.

Dos años después de que 200 países forjaran un nuevo acuerdo de las Naciones Unidas para proteger el clima, la producción de los gases atribuidos al calentamiento global han aumentado a un nivel récord. El problema es que todos miran hacia arriba, silban y proponen ser más ambiciosos. La realidad es que dos años después de París la situación no está mejor.

En concreto, las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso de energía aumentaron un 1,6% en 2017, y tanto las economías emergentes como las desarrolladas contribuyeron a este aumento, según datos de la energética BP. Y, lo más curioso, es que uno de los países más criticados por su amenaza de salirse de los diversos acuerdos internacionales, Estados Unidos, ha tenido un retroceso en la producción de gases de efecto invernadero.

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A medida que se acelera el crecimiento de las economías de los países emergentes, los distintos estados siguen divididos acerca de quién debería financiar proyectos para limitar la contaminación y cómo deberían ser los distintos compromisos nacionales, todo sin que el reloj se detenga y, lo peor, sin que nadie parezca poner remedio.

EMISIONES DESENFRENADAS

Los mayores avances en emisiones se produjeron en las naciones emergentes, con un aumento del 4,4% en India y del 1,6% en China. La producción de dióxido de carbono también aumentó en Brasil, Qatar y Rusia, mientras que la de Turquía aumentó 13%. Nadie parece tomarse en serio lo firmado. O, peor aún, no saben cómo solucionarlo.

En cuanto a la Unión Europea, donde hay uno de los mayores mercados de carbono, las emisiones producto del uso de energía crecieron 1,5%. Asimismo, la producción de gases de efecto invernadero también aumentó en Canadá.

Estos datos de BP se encuentran entre los primeros que brindan una estimación de la producción nacional de emisiones del año. Los datos oficiales se publicarán más adelante y cubren un rango más amplio de los gases de efecto invernadero.

QUÉ PASA CON LAS RENOVABLES

El uso de energías renovables se ha disparado, pero el problema es que todavía no ha desplazado al carbón, el más sucio de los combustibles fósiles. La participación del carbón en la generación de energía a nivel mundial ha cambiado poco en las últimas tres décadas, según muestran los datos de BP.

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Los programas que ponen precio al carbono cubrirán solo alrededor del 20% de las emisiones mundiales para 2020, según el informe State & Trends of Carbon Pricing 2018 del Banco Mundial. Los precios en los programas que existen no son lo suficientemente altos para evitar que las temperaturas suban más de 2º, la meta principal mencionada en el acuerdo de París 2015.

QUÉ SE HACE DESDE ESPAÑA

Con estos datos, haga lo que se haga desde cada país, parece mera palabrería. En todo caso, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido esta semana que cumplir con el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático exige objetivos más ambiciosos en renovables y eficiencia energética para 2030.

La ministra ha reconocido que se ha incorporado a las negociaciones del paquete de energía de la UE cuando ya están en el tramo final, pero ha insistido en que “aún hay tiempo de mejorar” la propuesta legislativa para la planificación energética de la próxima década.

“Ha sido un Consejo extraordinariamente importante y España ha venido a mostrar que dejamos de arrastrar los pies en esta materia y nos alineamos con los objetivos más ambiciosos en renovables y eficiencia porque es la única manera de hacer viable el Acuerdo de París”, ha asegurado Ribera.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.