Durante años, Meta ha mantenido un libro abierto con mensajes políticos que permiten a los periodistas, investigadores y ciudadanos rastrear el camino de las campañas en línea. Pero todo cambia ahora: por primera vez desde su lanzamiento en 2018, Meta ha comenzado a eliminar viejos anuncios políticos en los Estados Unidos.
Este es un gran cambio, que significa un antes y después en la apertura política en las plataformas sociales y lo más probable es que otras grandes plataformas sociales vayan a seguir su ejemplo, cosa que, por demás, está muy bien, porque ser políticas no es una característica inherente al nacimiento de las plataformas sociales.
¿Qué está pasando exactamente? Meta comienza a eliminar secciones de su pasado político

En los próximos días, Meta eliminará gradualmente anuncios políticos obsoletos de su colección pública de anuncios en los Estados Unidos de su página oficial. Esto indica que las campañas políticas de eventos significativos en la historia de Estados Unidos desaparecerán, como las elecciones de mitad de período de 2018, que tuvieron lugar durante el término inicial de Donald Trump. Esto ha sido verificado por los medios de comunicación expertos, y las consecuencias son significativas.
Para comprender el efecto de esta elección, debe volver al principio. Facebook, anteriormente conocido como Meta, presentó su colección de anuncios después de la controversia de la interferencia electoral de 2016. En ese período de votación, que concluyó con la victoria de Trump, las facciones rusas compraron espacios publicitarios en el sitio web para influir en el sentimiento público.
¿Por qué este retiro de Meta causa tanta controversia?

La situación fue tan significativa que se mencionó en el Congreso de los Estados Unidos. Una ley llamada «Ley pública de los anuncios» tenía como objetivo hacer que los servicios en línea revelen más sobre anuncios políticos. A pesar de que nunca se aprobó, las demandas públicas y políticas llevaron a empresas como Meta y Google a mantener voluntariamente registros de anuncios políticos
La elección de eliminar este segmento de datos de la vista pública es la ocurrencia inicial, que causa preocupación en diferentes campos. Durante siete años, estos registros han sido una ayuda esencial para reporteros, académicos y asesores políticos, que los han utilizado para:
- Analizar estrategias de votación. Esto es, analizar la categorización de los resultados de los partidos políticos en función de la ubicación, el grupo de edad o los pasatiempos de los votantes.
- Identificar intentos de manipulación electoral o campañas de información errónea
- Comprender el gasto de candidatos en canales en línea
A medida que eliminamos el material más antiguo, un segmento crucial de la historia política digital de los Estados Unidos se perderá para siempre.
¿Existe una ley que obliga a mantener estos archivos? Spoiler: ausente en los Estados Unidos

Uno de los puntos importantes de esta historia es que, en la actualidad, no existe una regulación estadounidense que exija la preservación de las bibliotecas públicas con anuncios políticos. Todo lo que han hecho o Google ha sido voluntario hasta ahora, conmovido por la presión social y la necesidad de limpiar su imagen después del escándalo de 2016.
Esta brecha legal difiere de lo que ocurre en otra parte, particularmente en la Unión Europea, donde las reglas son más rigurosas La Directiva de Servicios Digitales (DSA), que entró en vigencia en noviembre de 2022 y comenzó a aplicarse completamente en febrero de 2024, requiere que las plataformas mantengan archivos disponibles públicamente de todas las campañas políticas.
La Unión Europea lo considera importante: la apertura como prioridad

Las reglas de la DSA están diseñadas para identificar posibles instancias de información falsa e interferencia organizada, particularmente en eventos de votación Esta regla ha obligado a los servicios en línea a cumplir con estándares más estrictos en las naciones europeas.
Una instancia reciente de los peligros de carecer de estas salvaguardas fue la cancelación de la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Rumania, en diciembre de 2024, debido a dudas sobre la interferencia rusa a través de las redes sociales. Tiktok está siendo probado por su parte potencial en la propagación de estos materiales alterados, lo que subraya la importancia de tener sistemas de apertura claros.
¿Qué consecuencias tiene este retiro de la información de Meta para la democracia digital?

El aspecto preocupante de esta fase objetiva no es solo la incapacidad de ver el material anterior, sino lo que significa para el futuro: la posibilidad de que los sitios web puedan abandonar su dedicación a la apertura política en línea. Cuando las redes sociales son un método clave para alcanzar y ganar a los votantes, no tener acceso a estas plataformas dificulta el examen público. La opacidad disminuye, y con ella, la confianza en los procedimientos democráticos.
Además, la desaparición de esta sustancia dificulta la investigación académica y de noticias, bloqueando la visión de cómo las tácticas de mensajería de los grupos involucrados han cambiado durante estos tiempos significativos. Es como se ha eliminado una sección de los registros históricos de un país de una biblioteca pública.
¿Qué sitios web mantienen sus documentos a diferencia de Meta? ¿Y cuánto tiempo?

A pesar de la elección de Meta de eliminar sus publicaciones después de siete años, otras empresas tecnológicas podrían optar por mantener sus registros más tiempo o para siempre Google, por ejemplo, también mantiene una colección de anuncios políticos, pero no está claro si aplicarán un límite de tiempo similar
El hecho es que la falta de una regulación definitiva en los Estados Unidos coloca esta elección en el control de cada empresa, lo que representa un peligro para la apertura de la votación digital. Solo las reglas estrictas pueden asegurarse de que esta información permanezca disponible para las personas y los medios de comunicación.
¿Por qué justo ahora? El contexto previo a las elecciones de 2024

Esta retirada de contenido llega en un momento especialmente delicado: las elecciones presidenciales en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. En noviembre de 2024, los ciudadanos volverán a las urnas, y las campañas digitales jugarán un papel aún más relevante que en ciclos anteriores.
Que Meta decida en este contexto empezar a borrar registros de campañas pasadas levanta muchas suspicacias. ¿Será una manera de quitarse presión? ¿O un intento de controlar mejor el contenido accesible de cara a la nueva batalla electoral? Son preguntas que se repiten entre analistas y observadores del ecosistema digital.
¿Qué podemos esperar a partir de ahora?

Lo más probable es que esta decisión de Meta abra un nuevo debate sobre la necesidad de regular la publicidad política digital en Estados Unidos. La experiencia europea, con su enfoque proactivo en transparencia, puede servir de modelo para diseñar leyes que obliguen a las plataformas a mantener sus archivos de forma permanente.
Mientras tanto, queda por ver si otras empresas como Google, TikTok o X (antes Twitter) seguirán el ejemplo de Meta o se comprometerán a un archivo permanente. En todo caso, la presión pública y de organismos internacionales será clave para mantener la transparencia en el entorno digital.
Cuando el archivo digital desaparece, la democracia pierde memoria

La decisión de Meta de eliminar parte de sus archivos de anuncios políticos tras siete años marca un cambio profundo en la manera en que entendemos la transparencia electoral en la era digital. Lo que comenzó como un gesto voluntario para enmendar errores pasados, hoy termina siendo un retroceso preocupante en un momento en que la vigilancia pública sobre las campañas políticas es más necesaria que nunca.
Sin legislación que garantice la preservación de estos datos, el acceso a la historia política en redes sociales queda a merced de las decisiones empresariales. Y eso, en una democracia moderna, debería preocuparnos a todos. El futuro de la transparencia política digital está en juego, y lo que hoy borra Meta podría sentar un precedente que otras plataformas sigan. Porque sin memoria digital, no hay rendición de cuentas. Y sin rendición de cuentas, no hay democracia plena.





































































