Pablo Casado, de Palencia al mundo, pasando por el PP

En una semana la incógnita quedará despejada: Pablo Casado o Soraya Sáenz de Santamaría acabarán poniendo sobre su cabeza los laureles del triunfo para llevar las riendas del Partido Popular (PP). Sin pretender ser perverso, me viene a la memoria el lema del 37º Congreso del PSOE. Ese no fue otro que “la fuerza del cambio”. Y eso es lo que va a triunfar en el Congreso Extraordinario del PP.

Una fuerza del cambio que representa a la perfección Pablo Casado. Porque, en estos momentos, lo que el partido de Génova necesita es una reconversión como, en su momento, vivieron determinados sectores industriales en nuestro país. Una reestructuración para volver a ser el partido que ganó por mayoría absoluta, que enamoró a millones de españoles pero que, por mor de la corrupción, acabaron desencantados.

La campaña de Pablo Casado ha pivotado sobre esa modernización. De ahí que haya hecho hincapié en subrayar tres aspectos: principios, valores e ideas. El objetivo no es otro que volver a ser un equipo, una piña que en los últimos tiempos se ha desmembrado, para alcanzar así las más elevadas cotas.

PABLO CASADO AL DESNUDO

Nacido en 1981 en Palencia (su padre es médico y su madre profesora universitaria), de joven los estudios no se le daban lo que se suele decir bien. Sin embargo, consiguió enderezar su camino y entró en ICADE y, posteriormente, en el Centro Universitario Cisneros (Universidad Complutense).

Abogado y economista, recaló por los gabinetes de Esperanza Aguirre y José María Aznar (en FAES). A pesar de su edad, le dio tiempo para pasar por el departamento jurídico del área de banca privada en Ginebra del Banco Santander. Fue ya, en 2011, cuando aterrizó con despacho en la sede del PP.

¿Su principal mentor? Esperanza Aguirre, aunque reconoce que José María Aznar es su referente político e ideológico.  De centro derecha, es rápido de ideas, joven, y con don de gentes. Un diamante en bruto que, desde el PP madrileño, se va puliendo.

Casado con la psicóloga Isabel Torres Orts (su madre es uno de los descendientes de los propietarios del Grupo Huerto del Cura), es padre de dos hijos (Paloma y Pablo). Este último nació con solo 25 semanas de gestación y 700 gramos. Pablo Casado llegó a perder diez kilos en esos angustiosos días en los que pasó muchas noches junto a su esposa en el hospital.

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El bebé Pablo salió adelante después de dos meses en la UCI y otros dos en observación y, en agradecimiento, el matrimonio no dudo en realizar parte del Camino de Santiago y hacer una ofrenda ante la tumba del Apóstol Santiago. También le gusta acudir a las procesiones patronales de Ávila y localidades adyacentes.

Leal al partido, del que ha sido portavoz durante los tres últimos años, siempre ha dado la cara por él. Tanto en las duras como en las maduras. Nunca se ha escondido. No ha sido de esos que, en los momentos difíciles, hace mutis por el foro y desaparece.

Y lo ha hecho con orgullo. Una ilusión que puede contagiar a aquellos que se han visto defraudados por todo lo que se ha generado en el seno de Génova. Pablo Casado apela al rearme ideológico del PP, tras años difusos en los que la niebla ideológica del marianismo y del sorayismo no ha permitido ver la luz al final del túnel. En definitiva, savia nueva para reverdecer al PP. Y, de paso, hacer de contrapeso a Albert Rivera.