OHL no aprovecha el balón de oxígeno otorgado por la banca

OHL ganó contratos por valor de 2.690 millones de euros durante 2019. Las previsiones para este año del equipo comandado por José Antonio Fernández Gallar se cifran en alcanzar los 3.000 millones de euros. Unas cifras que, de conseguirse, serían como agua de mayo para la compañía que encadena tres años de números rojos y que, en concreto en 2018, tuvo unas pérdidas de 1.529,8 millones de euros.

En la última semana del mes de marzo, OHL consiguió un particular balón de oxígeno otorgado por la banca. En concreto, Bankia, CaixaBank, Crédit Agricole, Sabadell, Santander y Société Générale firmaron su particular entente cordiale. Dicho en roman paladino, extender un año más avales que vencían el 31 de marzo (el montante era de 200 millones) y, además, otorgar una nueva línea de crédito cercana a los 100 millones de euros.

Después de la prórroga de los avales, que le abría la puerta a contratar con las AAPP, la ‘cosecha’ ha sido cero

Gracias a este acuerdo, OHL volvía a tener en sus manos la opción de optar a más contratos internacionales. ¿La razón? Sin los avales, contratar con las administraciones públicas (sobre todo) era como chocar con un muro de piedra. Sin embargo, desde entonces, las adjudicaciones han sido nulas. No sólo eso. Incluso parece que han sufrido un frenazo.

Porque, hasta entonces, en el primer trimestre del año, había conseguido adjudicarse dos contratos en Colombia por 80 millones de euros, otros dos en Estados Unidos por más de 130 millones (el 39% de sus proyectos están localizados en EEUU), una obra en el metro de Chile superior a los 32 millones, más un túnel en Cantabria (45 millones) y varios proyectos de edificación en Barcelona (70 millones). Durante 2018, casi un tercio de las obras superaron los 300 millones de euros. En 2019, de momento, no se alcanzan esas cantidades.

OHL NAVEGA ENTRE DOS AGUAS

La señal de confianza otorgada por las entidades financieras a OHL, por tanto, no parece que estar surtiendo el efecto deseado. Y eso que la compañía está ejecutando las medidas de reestructuración y control adecuadas, como haber recortado los costes de 240 millones en 2017 a 150 millones en 2018. Su intención es continuar la senda que arrancó en el último trimestre de 2018, cuando el ebitda fue positivo.

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Sin embargo, los conflictos surgidos a lo largo del año parecen sembrar la sombra de la duda sobre el devenir de OHL. Por un lado, está el presunto pago de sobornos descubierto por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. ¿En euros? 40 millones que tuvieron como destino altos cargos y funcionarios de diferentes administraciones que, como contrapartida, le habrían reportado más de 700 millones en adjudicaciones, según El Confidencial.

Por otro lado, la cancelación por parte de Aleatica (su antigua filial a los mandos de Juan Osuna, su antiguo consejero) de dos contratos en Colombia y México cuyo valor es de unos 500 millones de euros por incumplimientos graves que OHL ha negado. Sin olvidar que Qatar reclama 1.134 millones de euros por las obras del hospital de Sidra, el metro de Doha otros 240 millones. De fronteras adentro, el cierre de la Línea 2 del Metro en Madrid por las obras que está llevando a cabo en el edificio Canalejas tampoco está ayudando a su maltrecha economía. En el otro extremo de la balanza, OHL reclama a su principal accionista (Grupo Villar Mir) 120 millones de euros por la venta frustrada de Pacadar.