Lo que no experimentas cuando ella lleva los pantalones en el sexo

El sexo ha cambiado mucho desde la época de nuestros padres hasta la nuestra. No hace falta echar demasiado la vista atrás para ver cómo las mujeres eran las sumisas en la cama y no podían decir abiertamente que el sexo les gustaba o que se masturbaban. Sin embargo, todo eso se acabó y la mujer es igual de fuerte y activa sexualmente que el hombre.

Hay hombres que prefieren mujeres que sean el sexo fuerte en la cama, en la casa y en todos lo ámbitos. Esa postura es bastante cómoda, pero mientras ambos estéis de acuerdo, no hay problema.

No obstante, también existen mujeres que les gusta que las dominen en la cama. Hay que dejar claro que dominar no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con maltratar o vejar. Una cosa es dejarse dominar en el sexo, porque te excite, y otra es convivir con un machista retrógrado al lado.

Hay mujeres que adoran a los príncipes azules y que les gusta que las besen y que les tiren pétalos de rosa sobre la cama antes de tener sexo, pero hay a otras que la idea de un empotramiento en toda regla contra los cajones de la cómoda les parece mejor idea.

Si eres de las que siempre estás dominando el tema sexual te contaré las cosas que te estás perdiendo por no ceder un poco y dejar que, de vez en cuando, tu pareja te demuestre que es decidido y que puede guiarte también en la cama.

Decididos

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Que un hombre tome la iniciativa y te sorprenda con planes para una noche de sexo desenfrenado es algo que toda mujer debería probar. Sentirte deseada por tu pareja, ver cómo te come con la mirada, te agarra fuerte el muslo por debajo de la mesa mientras hay gente delante, es un signo inequívoco de que tu sexo se va a humedecer en cuestión de segundos.

Cuando estás en la cocina y te agarra por detrás para morderte el cuello, darte la vuelta y subirte sobre la encimera es una sensación magnífica en la que te sientes querida, deseada y amada. Los hombres con iniciativa son mucho mejor amantes que los que simplemente te dicen: “¿Lo hacemos?”

Un hombre con la confianza suficiente en sí mismo y en su relación contigo se atreverá a hacerte muestras de deseo donde quiera que estéis, aunque sea en medio de una cena familiar. Intenta dejar que él se sienta el dueño de la situación, pero pónselo fácil. Usa un escote, una liga negra que se vea de forma discreta bajo la falda cuando cruces las piernas. Agáchate al hablarle y que sus ojos no puedan apartarse de tu canalillo. Haz que seas tú la que lo quiera, pero él el que se derrita y te mire con lujuria y pasión.

Directo

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Si es la primera cita, hay hombres que se suelen cortar un poco o se mantienen distantes para que no pienses mal de él y, ciertamente, hay algunas citas que es mejor que se queden a distancia y no haya nada de sexo. Sin embargo, cuando la otra persona te atrae y estás deseando dar el primer paso puedes esperar un poco a ver qué pasa.

Dale tiempo, pero hazle saber que tiene luz verde para pasar. Cuando un hombre es dominante en el sexo, en la primera cita puede dejarte con algo más que «la boca abierta». Una pareja con seguridad sabrá siempre qué puntos tocarte para que tengas escalofríos y para que, sin que te des cuenta, le estés sosteniendo el culo para que esté aún más cerca de ti.

Los hombres decididos y sin miedos se agacharán frente a ti, te abrirán las piernas y te harán tener el orgasmo más grande de tu vida mientras te hacen sexo oral de forma acertada y sin titubear.

Malhablado en el sexo

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Como te he dicho en otros artículos, la pornografía ha hecho mucho daño al mundo del sexo, pero en otras ocasiones imitarla no está nada mal. Hay veces en las que te apetece que te coja del pelo, tire de tu cabeza hacia atrás y te diga mirándote a los ojos las ganas que tiene de penetrarte.

En algunas ocasiones, los hombres directos y que te cuenten “guarradas” al oído pueden llegar a ponerte de cero a mil en cuestión de segundos. Los hombres dominantes en el sexo saben cuándo y cómo tienen que decir esas frases para que no te sientas ofendida y sí deseada.

Es una forma de estimularte y de que sientas que lo que está por venir va a hacer que duermas toda la noche sin moverte. Dormir después de tener un buen rato de sexo en el que te han dominado es mejor que contar ovejas.

Titiritero del sexo

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Otra forma de dominación masculina en el sexo es cuando juegan a ser titiriteros y tú eres un títere con hilos invisibles que bailas según te vaya tocando la música.

Cuando te sientes segura con tu pareja, la dejas hacer y si él tiene la suficiente soltura te va a mover de un lado para otro sin que te des cuenta para hacerte gritar de placer con cada nueva sacudida.

Si eres una mujer que tan solo quiere mandar en el sexo te vas a perder lo que es que unas manos grandes te agarren el trasero y te lo aprieten con fuerza para moverte de un lado para otro o sentir cómo un bocado en el cuello te hace a la vez experimentar esa mezcla de dolor y excitación que tan solo un hombre dominante en la cama sabe darte.

El seductor en el sexo

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El hombre dominante sabe cómo hacer para convencerte para tener sexo sin que lo tuvieras pensado o incluso cuando tu idea principal era precisamente no tenerlo y dejarlo con las ganas.

En un instante, estás en el parque o en un restaurante y de pronto estás en la cama medio desnuda pidiendo que no se detenga. Ese intervalo de tiempo entre el primer pensamiento y la realidad siguiente es lo que demuestra que le ha dado la vuelta a la tortilla y que sabe exactamente qué hacer para conseguirlo.

El juego de seducción y del tira y afloja puede llegar a ser más excitante que los besos o las caricias. Es el momento en el que terminas cediendo a sus deseos y él te demuestra que no estás perdiendo el tiempo.