La militarización española de la OTAN

Felipe VI acaba de visitar en Bruselas la nueva Sede de la Alianza Atlántica, inaugurada en 2017, donde recordó que solo una España democrática pudo ingresar en este pacto defensivo transatlántico y en la Unión Europea. Muchos medios españoles han dado importancia a esta visita, aunque no todos. Alguno prefirió dar mayor relieve al republicanismo epistolar de Pablo Iglesias.

La Alianza Atlántica, fundada en 1949, se instaló primero en Londres y, después, en Paris. La Sede aliada pasó a Bruselas en 1967, ciudad que ya acogía las primeras Instituciones de la Unión Europea iniciando así su capitalidad comunitaria. El Cuartel General Supremo militar aliado se asentó en la ciudad belga de Mons, a 70 kilómetros al sur de Bruselas.

La distinción en este caso entre Sede y Cuartel General es políticamente importante, aunque no siempre se percibe correctamente en España. La OTAN es una alianza política cuyo órgano supremo de gestión es el Consejo del Atlántico Norte situado en su Sede. Las decisiones del Consejo son trasladadas a las Autoridades Militares de la OTAN, que le están subordinadas.

En inglés la sede de un banco, de un organismo internacional o de un estado mayor militar se denominan indistintamente “cuartel general” (headquarter) mientras que en español o en francés se distingue entre sede, algo civil, y cuartel general, una entidad militar. En nuestro país no siempre se tiene cuidado con esta distinción en el marco de la OTAN debido a una traducción apresurada del inglés, idioma dominante, al deleite de tirios y troyanos en recalcar erróneamente el carácter militar de la Alianza en menoscabo de su prevalente naturaleza política y, también, a una falta de rigor.

Los anglosajones, cuidan la distinción refiriéndose coloquialmente a los gobiernos aliados como “our political masters” (nuestros amos políticos). Del Presidente francés jamás se dirá que ha estado en el Cuartel General de la OTAN si ha estado en su Sede. Son muy conscientes del mensaje político que ello conlleva.

Muchos medios de comunicación españoles lo recogen correctamente. En cambio, las páginas web de Moncloa, Exteriores y de la Casa Real no fueron estrictas con esta distinción (la web de Defensa no recoge aparentemente la visita y eso que el Rey fue acompañado de su Ministra).

Estas páginas titularon la visita del Rey a la Sede aliada como “Visita al nuevo Cuartel General de la OTAN” a pesar de reconocer luego que en el mismo se albergan las misiones diplomáticas de los países aliados, cosa que no ocurriría en un cuartel general militar. Se aprecian también otros errores terminológicos. Otra cosa es que Felipe VI también visitó el Cuartel General Supremo militar situado en Mons, como antes se ha señalado.

La gestión de las páginas web estatales dirigidas a la ciudadanía es algo delicado y debiera de hacerse cuidadosamente. Más, naturalmente, que los mensajes propagandísticos dirigidos a las redes sociales llenos de “fake news” como lo demuestran diaria y lamentablemente numerosos maestros en desinformación pública.

Felipe VI ya había visitado la OTAN, siendo Príncipe de Asturias, en 1992 y 2002. El primer Rey español que estuvo en la Sede aliada fue Juan Carlos I, en abril de 1996. Asistió a un Consejo Atlántico en el que, siguiendo la costumbre entonces establecida, hablaron exclusivamente el Monarca, el Secretario General y el Decano de los Embajadores aliados. Dio la casualidad de que solo tomaron ese día la palabra tres españoles: Juan Carlos I, Rey de España, Javier Solana, Secretario General de la OTAN, y el que suscribe, entonces Embajador-Representante Permanente español en el Consejo del Atlántico Norte y Decano del mismo.

Carlos Miranda es Embajador de España