Madrid Nuevo Norte, sin miedo a las modificaciones urbanísticas de Cs

Distrito Castellana Norte, promotora que desarrollará la antigua Operación Chamartín, admite que el proyecto puede sufrir “modificaciones a futuro”, pero es un asunto que no representa una “amenaza” para la viabilidad del desarrollo. De hecho, el presidente de la compañía, Antonio Béjar, estima que entre los años 2020 y 2021 comenzarán a aparecer las primeras grúas en la zona.

Madrid Nuevo Norte comienza a ver la luz al final del túnel. Sólo falta el ‘ok’ del pleno del Ayuntamiento y la reprobación -casi testimonial- de la Asamblea. El primero de los hitos ya tiene fecha: septiembre. José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la ciudad, anunció este miércoles que esperaba llevar al primer pleno de ese mes la votación para ratificar el proyecto.

Los dirigentes de la promotora respiran aliviados con cada declaración del antiguo líder de la oposición. El ahora alcalde siempre ha ratificado su apoyo a la antigua Operación Chamartín. De hecho, su aprobación definitiva se encontraba en uno de los puntos de su programa electoral. Pero tras alzarse con el bastón de mando surgieron dudas sobre posibles modificaciones que volverían a demorar el desarrollo y que pondrían en peligro la viabilidad del mismo. Es cierto que el PP dudó en cambiar un proyecto que tiene el sello de Manuela Carmena. Los ‘populares’ nunca han escondido sus preferencias por un plan más ambicioso para esta zona de Madrid. Una visión que compartía Ciudadanos, su socio en el Gobierno Local.

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Precisamente, la ambigüedad de las declaraciones de la formación naranja fueron las que más preocupación levantaron en el entorno de Madrid Nuevo Norte. En este punto, cabe destacar que es Ciudadanos, y más en concreto Mariano Fuentes, quien tiene la responsabilidad de gestionar el Urbanismo de la capital.

Las alarmas saltaron tan sólo unos días después de rubricar este acuerdo entre PP y Ciudadanos con unas declaraciones de la líder de este segundo, Begoña Villacís. «La Operación Chamartín va a salir lo antes posible, pero nadie puede pensar que en una operación que se va a desarrollar a lo largo de 20 años nada, nada va a cambiar», afirmaba la vicealcaldesa en ‘El Mundo’.

El problema es que Villacís no fue la única de su partido que se pronunció en este sentido. El propio Fuentes también se expresó de una manera muy parecida a su jefa cuatro días antes de la celebración de las elecciones municipales. Es decir, la persona donde reside la responsabilidad urbanística de Madrid abría un debate sobre la aprobación del desarrollo antes de conocer si quiera que sería una persona vital en este trámite.

«Entendemos que es una operación a largo plazo, una operación a 25 años y que seguro será modificada en el transcurso del tiempo», afirmaba Fuentes en el Club de Debates Urbanos. Unas alteraciones que el actual concejal de Urbanismo basó en la dificultad de conocer cómo será la sociedad dentro de un cuarto de siglo. «El urbanismo, los desarrollos y los objetivos de las administraciones públicas han de adaptarse al desarrollo de la sociedad», explicaba el ahora edil de Ciudadanos en el mismo foro.

Estas palabras abrieron una nueva vía -a tenor de las palabras de Villacís y Fuentes- que guarda relación con la posibilidad de realizar cambios en el proyecto a lo largo de los años. Una nueva vía que nadie sabe definir si se trata de incrementar viviendas -una opción que siempre ha peleado Ciudadanos-, oficinas, zonas verdes, cambios en las dotaciones… Pero que no asusta a la promotora. De hecho, Distrito Castellana Norte admite y comparte el discurso de la formación naranja.

“Es evidente que un proyecto a 25 años en el tienen que producirse cambios a lo largo de su desarrollo”, afirmó este miércoles Béjar en un curso urbanístico celebrado en la Universidad Méndez Pelayo de Santander. El presidente de la promotora explicó que estas modificaciones “no suponen una amenaza” para la viabilidad del proyecto. “Lógicamente es muy difícil planificar una ciudad a 20 o 25 años y pensar que nunca se va a cambiar nada”, afirmó el máximo responsable de la promotora. Eso sí, Béjar recalcó que “lo importante” es poder empezar ya.

LA APROBACIÓN BUSCA REPERCUSIÓN MEDIÁTICA

Con respecto a la demora de la aprobación de la operación a septiembre, en la promotora entienden que se debe a una cuestión de seguridad jurídica. De hecho, Béjar celebra que el consistorio se tome este tiempo para estudiar detenidamente el informe del impacto medioambiental remitido por la Comunidad de Madrid antes de la celebración de las últimas elecciones municipales.

Aunque en la postura del Ayuntamiento de Madrid de retrasar la decisión hasta septiembre también se esconden cuestiones propagandísticas tal y como avanzó MERCA2. El Partido Popular ha comulgado con aprobar un proyecto diseñado por Carmena, pero al menos pretenden pasar como la formación que lo aprobó la operación y anotarse ese tanto. Una victoria que tendrá más repercusión mediática en septiembre y no en julio cuando la mitad de los madrileños están de vacaciones fuera de la ciudad.

LA SITUACIÓN DE LA COMUNIDAD DE MADRID NO PREOCUPA

Tras aprobarse –si no hay cambios de última hora- en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, el proyecto ha de pasar un último trámite simbólico: la reprobación de la Comunidad de Madrid. Una formalidad que puede conseguirse con el denominado ‘silencio administrativo’ –cuatro meses de plazo-. De hecho, esta es la vía que gana más peso tras no alcanzar PP, Ciudadanos y Vox un acuerdo de Gobierno en la Asamblea de Madrid y no haber por tanto un equipo de gobierno regional formado.