Lessors se la pega: cómo pasar de un megaproyecto inmobiliario a cerrar cerca de 27 oficinas

En menos de un año, Lessors ha pasado de anunciar la apertura de 40 oficinas inmobiliarias a cerrar cerca de 27, según denuncian los propios afectados. Lo que prometía ser un megaproyecto encabezado por Inveriplus ha terminado por ser una empresa que debe varias nóminas -al menos la de junio- a sus trabajadores y el finiquito, que se ha comprometido a pagar entre los meses de septiembre, octubre y noviembre.

«Se han pagado sueldos desorbitados, ha existido falta de planificación y la formación ha sido escasa». Esta es la declaración de uno de los muchos trabajadores a los que Lessors ha despedido durante este mes de junio. Comerciales, asistentes y directores que han visto como la inmobiliaria languidecía poco a poco durante el primer semestre de 2019. Una circunstancia que ha extrañado -y mucho- a propios y extraños, porque a finales del curso pasado las expectativas eran bien distintas.

Unos planes que el propio CEO de la compañía desveló en una entrevista con MERCA2. «Abriremos 40 tiendas antes del verano de 2019», afirmaba en este medio Óscar Bellete. Un proyecto ambicioso que iba a suponer la contratación de 250 nuevos empleados. Pero el verano se ha echado encima y la noticia no son las aperturas de las oficinas, sino todo lo contrario. «Han cerrado cerca de 27 esta semana y somos más de 100 los afectados por estas clausuras», afirma un trabajador de una de las sedes que Lessors tenía en Andalucía. Una comunidad autónoma donde sólo se salva -de momento- la tienda abierta en Granada.

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La matriz -Inveriplus- ha anunciado que no inyectará más dinero para capitalizar su rama inmobiliaria y así se lo ha transmitido a los trabajadores. «La versión de la empresa es que van a realizar una ampliación de capital de dos millones de euros para pagarnos los meses que nos deben y el finiquito», afirma este mismo exempleado de la compañía. Pero lo cierto es que ha transcurrido la mitad del mes de junio y todavía no han recibido ningún pago. «Hay personas que lo están pasando realmente mal porque son cantidades que en muchos casos superan los 3.000 euros», explica el afectado.

Lessors ha pasado de anunciar la apertura de 40 oficinas inmobiliarias a cerrar cerca de 27 tiendas

El desplome de este gran proyecto tiene su origen en la falta de planificación y de seguimiento, según cuentan los propios trabajadores. «Los sueldos eran desorbitados para la facturación que tenía la compañía», esgrimen. «No había un control de lo que hacíamos. Nos decían: ‘Ahí tenéis la oficina, trabajad cómo queráis’. Entiendo que esto fuera así con franquicias, pero no con asalariados», critican.

Las oficinas van cayendo poco a poco. Esta semana es turno para el Norte de España. Por el momento, los afectados ya se han comenzado a unir para presentar una demanda conjunta. Tienen miedo de que la S.L (la empresa es una sociedad limitada) se disuelva y se queden sin cobrar. Una unión que no está siendo nada fácil. «No teníamos sinergias entre las distintas tiendas y nos hemos tenido que ir conociendo y uniendo a través de Linkedin«, afirma un extrabajador.

INVERIPLUS CORTA EL GRIFO

Antes de que todo esta hecatombe sucediera, los planes de Lessors eran muy distintos. La inmobiliaria nacía al calor de unas comisiones -un 3%- que la situaban en un limbo entre las agencias de internet y las inmobiliarias tradicionales. Para ello, la compañía ofrecía servicios que huían de la imagen convencional de la inmobiliaria que sólo se dedica a comprar y vender pisos. La mayoría de los activos de esta compañía -cerca de 5.700, según datos aportados en diciembre del año pasado- son viviendas adquiridas a bancos y fondos de inversión que buscan deshacerse de la herencia del ladrillo de la pasada crisis económica. Lo que hace la matriz, Inveriplus, es sanearlos para que después sus distintas empresas participadas se encarguen de gestionarlo y comercializarlo. En este último proceso es en el que se encuentra Lessors. Pero ahora Inveriplus ha decidido cortar el grifo.

“Al final, cuando nosotros compramos a los bancos buscamos la rentabilidad”, explicaba Bellette a MERCA2 a finales del año pasado. Por este motivo, descartó mercados como el de Barcelona capital, porque la rentabilidad es muy baja. Sin embargo, la periferia de Madrid si despertó y despierta -la delegación de la capital no cerrará salvo sorpresa- su interés por sus altas rentabilidades.

“Reformamos el piso, lo comercializamos y a nuestros clientes se lo vendemos ya con una renta que oscila el 5%“, explicaba Bellette el pasado diciembre en su afán de competir con compañías como DonPiso. Un plan de negocio que sólo ha durado seis meses y que ha dejado en el camino a más de un centenar de empleados.