La Sagra: historia del erasmus que dio una lección a Heineken

La industria cervecera se rinde ante las que menos facturan, las artesanales. Esas que parecían ideadas para los hípsters y asociadas a una región del país, pero que gustan a cualquiera. Solo una tiene el honor de haber sido la primera en revolucionar el sector construyendo un imperio del que llegó a reírse Damm o que intentó derribar Heineken en los tribunales; los mismos que hoy tratan de imitar la verdadera cerveza craft y que son acusados de poner en el mercado fakes. Esta es la historia del erasmus que agitó el mundo de la cerveza artesanal con La Sagra.

Amante de la cerveza, Carlos García conoció el mundo del craft viajando por toda Europa cuando estaba de erasmus en Suecia. A su regreso a España trabajó en puestos de marketing en empresas como Nokia; pero en su cabeza tenía un sueño: ser la cerveza artesanal de referencia en España, donde no existía este mercado. Lo dejó todo y comenzó el negocio en Numancia de la Sagra (Toledo) con apoyo familiar. “Tuve claro que había que comprar buena maquinaria y contratar a una persona que supiese elaborar cerveza. Contraté un maestro cervecero americano y empezó el proyecto en 2011”, recuerda a MERCA2.

Siete años después, la fábrica ha pasado de tener dos empleados a 25 y se ha convertido en uno de los referentes a nivel nacional con siete marcas reconocidas (La Sagra, Burro de Sancho, Madrí o Castellana, entre otras). La Sagra está presente en todas las grandes superficies, desde El Corte Inglés hasta Mercadona, pasando por Carrefour, Alcampo y Makro (la última en incorporarse). García rememora ese dicho que dice que “o eres el mejor o eres el primero”; y “de los primeros fuimos”. El fundador reconoce que falta Consum y otros supermercados más locales, pero el objetivo es llegar también a ellos.

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Pero los inicios no fueron sencillos. La Sagra tuvo que sufrir ataques muy directos, como la denuncia del grupo Heineken por el parecido fonético de la marca con la cerveza portuguesa Sagres. El malentendido obligó a la empresa toledana a añadir el artículo “la” al nombre de la marca a pesar de ganar la primera batalla en los tribunales españoles. El caso, ahora, por surrealista que le siga pareciendo a García, está en los tribunales europeos.

“De los seis grandes grupos cerveceros en España, ninguno ha podido meterse con ninguna fabricación artesanal»

No fueron los únicos que intentaron frenar los pies a esos nuevos emprendedores. Por eso, Carlos García recuerda las desafortunadas palabras del presidente de Damm, Demetrio Carceller, alarmando sobre los peligros por “fallos de calidad” en las cerezas artesanales al producirse en garajes. “El mundo de la cerveza artesanal ha evolucionado mucho y llega con total garantía. Las grandes cerveceras han ido metiéndose en el carro del craft”, defiende. De hecho, Damm fue de las primeras en lanzar una cerveza diferente, la Inedit.

A pesar de ello, el fundador de La Sagra revela una de las grandes verdades del sector: “De los seis grandes grupos cerveceros en España, ninguno ha podido meterse con ninguna fabricación artesanal. Desconozco el porqué, pero están intentando lanzar ediciones fuera de lo convencional. No lo han conseguido”.

Estos intentos son a los que el fundador califica de fakes “porque están fuera de esa percepción de la cerveza artesanal en el mercado”. El problema, es que el consumidor español aún no es maduro y no sabe diferenciar entre craft y cerveza industrial. La cerveza artesanal solo supone el 1% del mercado de la industria cervecera, pero está en plena explosión. “Preveo que en siete u ocho años llegaremos al 7%, como en otros países”, asegura.

LA SAGRA DEFIENDE SU INDEPENDENCIA

Así que, si no puedes con el enemigo, únete a él. Eso es lo que han hecho las grandes compañías cerveceras. A principios de 2017, el grupo de Budweiser compró La Virgen. Mñas tarde, Heineken compró el 51% de La Cibeles y Molson Coors se hizo con el 51% de la toledana La Sagra. Un movimiento que no ha supuesto la pérdida del control para el emprendedor.

La Sagra lanzará una edición estacional con sabor a pepino

“Uno de las cosas fundamentales para llegar al acuerdo fue pactar que la minoría mantuviese la independencia en la gestión”, apunta. García no se ha planteado vender la compañía, pero reconoce que se benefician del apoyo inversor en maquinaria de Molson Coors que, a su vez, de aprovecha del canal distribuidor de la española. Un pacto entre caballeros con el que el fundador se siente libre para hacer y deshacer como antes.

Tanto es así que Carlos García es la imagen hasta de una de sus marcas de cerveza, Madrí, de forma involuntaria. “Se diseñó internamente y resultó que el personaje de la imagen se parecía a mí”, bromea.

la sagra

El año 2018, lo cerrarán con 2,5 millones de euros de facturación y 10.000 hectolitros de cerveza. Para 2019, las previsiones son ambiciosas: “creceremos a un ritmo del 30% o 40%, por lo que esperamos cerrar con 3,5 millones de euros de facturación y 15.000 hectolitros de cervezas vendidos”, señala.

NUEVA CERVEZA DE PEPINO

Uno de los aspectos que caracteriza a La Sagra es la innovación a la hora de usar todo tipo de sabores en sus cervezas a través de ediciones estacionales limitadas. La última ha sido la de invierno, de sabor a anís y miel. Más allá de lanzar otra marca de cerveza, la firma busca despertar los paladares más curiosos. Así, este año lanzarán una nueva receta con el pepino como ingrediente principal.

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“Llevamos años experimentando con pepino y un licor que no voy a desvelar. Es una receta difícil de hacer porque hay que trabajar con el pepino pelado y se tiene que añadir en un momento concreto de la elaboración de la cerveza”, revela el fundador de la compañía, quien augura que “será un pepino de cerveza”.

Detrás de estas cervezas estacionales se esconden grandes éxitos. Una de ellas, de calabaza y canela, se llegó a agotar incluso antes de Halloween. Se trata del cuarto año que está en el mercado. En el primero, la producción fue de 2.000 litros y en el último de 16.000 litros.

Tal es el éxito que hasta el mismísimo grupo de Estrella Galicia (Hijos de Rivera) ha llegado a copiar la receta, aunque Carlos García tira de humildad para negar el plagio, y afirmar que ellos también se fijaron en una receta americana para lanzar este sabor.