La importancia de China para el recorrido a futuro de las bolsas

El comercio entre China y Estados Unidos será un factor clave para los mercados globales de renta fija en 2019. Muchos analistas del mercado chino ubicados en Hong Kong se muestran más optimistas sobre el espacio de maniobra de las autoridades chinas y las negociaciones comerciales con Estados Unidos de lo que pueda parecer en base a las noticias al respecto. Pero ahora parece reinar menos preocupación de lo que sugiere tanta atención mediática.

Tras viajar a Hong Kong para tomarle el pulso al mercado, Aninda Mitra, analista senior de deuda soberana en Mellon, comenta sus impresiones y los posibles movimientos a nivel económico y comercial para el resto del año. La impresión general sobre la balanza de pagos del gigante asiático es “razonablemente sólida”, para la experta.

Incluso si su balanza por cuenta corriente pasa a ser deficitaria más entrado el año, la opinión general es que las autoridades gozan de margen suficiente para seguir implementando un flujo constante de medidas de estímulo sin dejar de satisfacer las exigencias comerciales de Estados Unidos. Este sentimiento relativamente optimista se basa en la efectividad elevada de los controles sobre las salidas de capital de residentes. Por otra parte, la tendencia de estabilidad a depreciación del dólar estadounidense (USD) se percibe asimismo como un lastre para el yuan (CNY).

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Las opiniones sobre las relaciones entre China y Estados Unidos también fueron, añade Mitra, “relativamente favorables”. Esto parece basarse en la noción de que los aranceles existentes no se elevarán y de que las fricciones comerciales podrían “desligarse de disputas tecnológicas más espinosas”. Al mismo tiempo, los asistentes expresaron la impresión de que el presidente Trump necesita “demostrar al público estadounidense algún tipo de victoria o avance en las negociaciones comerciales”.

La progresión prometedora de las negociaciones comerciales con los Estados Unidos y los primeros signos de una estabilización de la economía han mantenido a la divisa china estable en los últimos dos meses. Desde Julius Baer apuntan que, dado que es probable que las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China lleguen a un acuerdo en un futuro cercano, “la confianza del mercado ha mejorado”, lo que hace improbable “una fuerte depreciación del CNY en los próximos meses”.

Desde el banco de inversión señalan que los datos recientes sobre el crecimiento económico, así como los datos de dinero y crédito, “sugieren que las condiciones económicas en China han mejorado”. El repunte en el crecimiento del crédito indica que las medidas de flexibilización monetaria del gobierno, como las inyecciones de liquidez a través de los recortes en el coeficiente de requisitos de reserva (RRR) y la facilidad de crédito a mediano plazo, han entrado en vigencia.

El producto interno bruto en el primer trimestre fue más alto de lo esperado, proporcionando la primera evidencia de una economía estabilizadora. Los índices de gerentes de compras (PMI) de abril corroboran el retorno de la actividad manufacturera al territorio expansivo. Sin embargo, la actividad creció a un ritmo más lento que en marzo, lo que “indica que todavía hay algún riesgo negativo para la actividad económica”, enfatizan desde Julius Baer.

AÚN QUEDA EL DESAFÍO COMERCIAL

En cambio, Mitra sugiere que los riesgos que rodean al comercio entre ambas potencias son “todavía significativos”, y que una previsión más optimista podría ser “un tanto prematura”. Esto se debe a que la presión en las negociaciones con China se centra en vincular un conjunto de cuestiones con otro. Mientras no haya datos de comercio verificables y no se materialicen como mínimo algunos ajustes significativos de propiedad intelectual en China, “no vemos motivo alguno para un mayor optimismo en torno a la perspectiva de una resolución rápida de la actual disputa”.

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De hecho, considera que lo mejor a lo que puede aspirar el mercado es a que se paralice “el actual nivel de aranceles” y que se monitoricen y verifiquen los ajustes de las autoridades chinas. No obstante, tal escenario solamente podría durar unos cuantos meses, hasta que la política nacional estadounidense o china presente “un nuevo detonante para un cambio de posición más adelante”.

Este es el motivo por el que sigue pensando que cuanto más se tarde en llegar a un acuerdo comercial –volviendo a una situación similar a la anterior– “mayor será la probabilidad de que las reservas del Banco Popular de China caigan por debajo de los 3 billones de dólares o de que el CNY se deprecie respecto al billete verde”.

Podríamos equivocarnos si el dólar se deprecia mucho más de lo esperado, pero en el actual trasfondo, “las autoridades chinas deberían seguir siendo creativas y persistentes”.

CON LAS MIRAS EN LA INFLACIÓN

Se mantiene la esperanza de que la inflación permanezca por encima del 2%, en base al optimismo relativo en torno a los deflactores de precios y el encarecimiento de la alimentación. Además, un impulso fiscal firme y un mayor consumo también podrían limitar, según Mitra, “el riesgo de tendencias desinflacionarias generalizadas”.

En cambio, muchos comentaristas locales profesaron un mayor pesimismo sobre el panorama de las compañías del sector privado y su probable contribución al crecimiento. A algunos les cuesta comprender el deseo de las autoridades chinas de elevar el préstamo a las empresas privadas sin la aplicación simultánea de reformas de mercado para apuntalar la asignación de capital con riesgo.

Los bonos perpetuos se ven como un modo potencial de captar capital ante un mercado de renta variable congelado y de facilitar la concesión de más préstamos con ponderación de riesgo.

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Dicho lo cual, el proceso de fomentar la concesión de préstamos a compañías de capital privado –que conllevan más riesgo que las de capital estatal– “seguirá siendo seguramente lento, aunque la medida parece ser un paso en la dirección correcta”.

¿INTERÉS EN BONOS PERPETUOS?

Asimismo, mucho depende de la rapidez con la que los bancos puedan emitir bonos perpetuos y reforzar sus fondos propios para satisfacer la mayor presión de unas autoridades que desean que un tercio del total de nuevos préstamos vaya a parar a compañías privadas. Las recientes medidas para canjear bonos perpetuos en un plazo de hasta tres años podrían “proporcionar más liquidez, pero no garantizan un repunte de los ratios de capital para espolear la concesión de préstamos más arriesgados”, según la experta de Mellon.

En su opinión, será difícil que el crecimiento del PIB nominal chino permanezca por encima del 8% en 2019 si no mejora sustancialmente la situación de las empresas privadas. Un porcentaje superior al 7% nos parece más realista, y piensa que todavía “será un resultado decente para las condiciones macroeconómicas mundiales”; no obstante, una cifra inferior al 7% podría ser “fuente de tensiones y elevar la posibilidad de una depreciación del yuan mayor de la prevista”, lo cual afectaría directamente a las bolsas.