El Imserso, un negocio millonario anclado en el pasado

Recursos, amenazas de plantes, impugnaciones de pliegos, retrasos, incertidumbre y un sinfín de polémicas. Todo esto es lo que ha envuelto este año a los viajes del Imserso. Síntomas que evidencian que este exitoso programa vive sus horas más bajas. Parte del sector reclama cambios necesarios, y el Gobierno reconoce que el programa “debe adaptarse a las necesidades del s. XXI”.

Cabe recordar que este servicio lleva 34 años en funcionamiento y cada temporada amplía plazas. En el año 1985, el Instituto Nacional de Servicios Sociales, organismo entonces dependiente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, inició, con carácter experimental, un Programa de Vacaciones financiado parcialmente y destinado a los mayores de 65 años. Ese año arrancó con tan solo 16.000 plazas y dos puntos de destino: Palma de Mallorca y Benidorm. Un total de 16 hoteles y 100 agencias participaron en esta primera prueba de un negocio redondo que año tras año crece.

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Volviendo al presente y concretamente 34 años después, los viajes del Imserso han evolucionado mucho. Ahora la oferta asciende a 90.000 plazas, participan 350 hoteles y se crean 12.000 empleos. El abanico de destinos también se ha ampliado. De hecho, el concurso público se divide en tres lotes: Canarias y Baleares, costa peninsular e interior y procedencia europea.

Y es precisamente en la adjudicación del contrato donde el programa no ha sido capaz de adaptarse a los nuevos tiempos. La primera en levantar la voz fue Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), quien impugnó el 8 de mayo los pliegos del concurso de los viajes del Imserso, por considerar que incumplían los requisitos legales. Estos se quejaron de que las condiciones son “inasumibles” para los hoteleros. Los hoteleros reclaman que, para evitar las pérdidas, el precio por persona y día debería situarse en el entorno a los 25 euros (actualmente está entre 22,10 y 22,50 euros). Hubo quienes criticaron esta decisión al entender que los hoteleros buscaban hacer negocio con un programa social.

Pero el 14 de junio, el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc), dependiente de Hacienda, desestimó su recurso a los pliegos de la licitación del Programa de Turismo Social del Imserso, levantando la suspensión cautelar del procedimiento. Pero los hoteleros volvieron a la carga y en septiembre interpusieron un recurso contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional contra los pliegos del último concurso de los viajes del Imserso por no contener los costes reales del servicio.

El Imsers comienza a padecer síntomas que evidencian que este exitoso programa vive sus horas más bajas tras las polémicas y recursos de este año

No son los únicos. Las empresas adjudicatarias también han hecho lo mismo; aunque se ha solucionado de forma más rápida. El Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales rechazó hace unas semanas el recurso presentado por Avoris Retail División y Halcón Viajes (UTE Avoris Halcón), Mundosenior, contra el proceso de licitación convocado por el Imserso para contratar el Programa de Turismo Social.

Aunque estas polémicas se repiten cada cuatro años, el Gobierno quiere poner remedio. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, es consciente de que este programa requiere de mejoras, algunas de las cuales podrían ponerse en marcha de cara a la prórroga del contrato actual, es decir, tras la finalización del periodo inicial de dos años, sin ejecutar la prórroga. Además, durante este mes se creará un grupo de trabajo con los hoteleros para empezar a trabajar en las bases de un nuevo diseño del programa. Una promesa que invita a pensar que la polémica que envuelve a estos viajes tiene sus días contados.

UN NEGOCIO MILLONARIO PARA EL ESTADO

Estos viajes también benefician al Estado, aunque de forma indirecta. Los cálculos que se realizaron hace años confirman que por cada euro que el Gobierno invierte en los viajes del Imserso recibe 1,56 euros. Eso quiere decir que no solo rentabiliza el gasto ocasionado, sino que consigue obtener beneficios.

Ese beneficio lo consigue gracias a que los viajes del Imserso favorecen la creación y mantenimiento del empleo en el sector turístico, especialmente en el hotelero. Sin estos viajes, muchos trabajadores de estos establecimientos acabarían en el paro. Por lo que tendrían que cobrar una pensión de desempleo a cargo del Estado. Así, el Estado sigue recaudando el IVA, Impuesto de Sociedades e IRPF y se ahorra el pago del desempleo. Por lo que el Imserso ayuda a mantener el empleo en un sector, el turístico, marcado por la temporalidad y la precariedad.