De la idea a la seguridad: guía básica para emprender un negocio

Steve Jobs dijo en una ocasión: “Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir con los resultados de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahogue tu voz interior. Y lo más importante: ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que realmente quieres ser».

Emprender es una aventura reservada para las personas valientes. Las buenas ideas abundan, pero el éxito solo está asegurado para los que se arriesgan a llevarla a cabo. ¿Qué concepto tendría la sociedad actual de la tecnología si el fundador de Apple no hubiera hecho realidad la fruta que revolucionó el mundo de los ordenadores y los teléfonos? Hace 40 años, Steve Jobs tuvo una idea y apostó por ella: a día de hoy lidera el ranking de las personas más ricas del planeta, según Forbes.

La idea no tiene por qué ser novedosa, simplemente tiene que ser tuya, coherente, legal y viable económicamente

Una cosa hay que tener clara antes de emprender un negocio: “No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso”, apuntó en una ocasión el político estadounidense Colin Powell. Y es que en la vida nada se consigue por arte de magia.

No es necesario tener una idea que vaya a revolucionar el sistema ni los mercados, pero sí hace falta tener una en la que creas. Tanto como para apostar por ella hasta cuando todo vaya en contra. No tiene por qué ser novedosa, simplemente tiene que ser tuya, coherente, legal y viable económicamente. Además, los tiempos que corren juegan a favor del emprendedor: se pueden reinventar los negocios tradicionales aprovechando Internet. No hace falta inventar de cero, se puede reinventar a partir de lo que ya está inventado.

EMPRENDER PASO A PASO

No sirve de nada tener una idea de negocio si no se planea cómo hacerla realidad. Definir el negocio y concretar el plan estratégico son los primeros pasos de un largo camino cuyo final siempre es incierto. El plan se puede realizar a través de un documento donde se incluya los objetivos que se quieren lograr (tanto a corto como a largo plazo), las estrategias para conseguirlos, el presupuesto con el que se parte, la estructura de la organización del equipo que va a llevar a cabo la idea, la financiación del proyecto y posibles soluciones a posibles problemas futuros. Puede parecer una tontería, pero tener un plan estratégico escrito ayuda a mantener las metas claras.

Por otro lado, hay que definir quién es el cliente al que va dirigido tu negocio. Para ello, hay que estudiar el comportamiento y los patrones de consumo del mercado al que te quieres dirigir. Para encontrar el target perfecto para tu negocio, es aconsejable considerar variables como género, edad, nivel socioeconómico, ubicación geográfica y estilo de vida.

De poco sirve tener la mejor idea del mundo si no se vende bien al púbico. Es necesario establecer un plan de marketing que haga tu negocio más atractivo y accesible al público. Una buena publicidad, un contenido óptimo en las redes sociales de la empresa, y una correcta comunicación corporativa marcarán la diferencia entre dos negocios similares. Es decir, a mejor publicidad, más competitividad. En esta línea, cabe remarcar que es aconsejable no temer a la competencia.

“La competencia nos hace mejores, es algo que muchas personas no saben y no aprovechan. Lo mejor que le puede pasar a un negocio es encontrar un duro competidor que visibilice los puntos débiles y saque lo mejor de ti”, explica a este medio un joven emprendedor.

Sobre todo al principio de la andadura se necesita a alguien que pueda ayudar a cumplir con todos los gastos

“Una cosa hay que tener muy clara cuando decides emprender: se necesita dinero”, apunta el emprendedor. Por tanto, conseguir financiación no es solo un consejo, sino también una necesidad. A no ser que seas una especie de Amancio Ortega, se necesita –sobre todo al principio de la andadura– a alguien que pueda ayudar a cumplir con todos los gastos (que no serán pocos). Aparte de los propios ahorros, están los famosos family, friends and fools. Y, además de la banca, existen otras opciones como el crowfunding, o los business angels.

Por tanto, una vez se tiene el plan de negocio y los objetivos establecidos, hay que buscar los inversionistas y los socios adecuados. Una mala compañía puede llevar un negocio brillante a la ruina. Rodearse de personas que merezcan la pena, no solo a nivel laboral sino también a nivel personal, y conseguir un buen equipo de trabajo es una de las claves del éxito.

Por último, es aconsejable llevar la contabilidad de la empresa al día y de forma transparente: con la fecha actualizada y los números perfectamente cuadrados. De esta forma se evitan muchos problemas que a largo plazo pueden provocar el cierre del negocio.

LA SEGURIDAD EN EL NEGOCIO

Una vez la maquinaría comienza a funcionar, hay un aspecto que las pymes tienen muy en cuenta: se trata de la seguridad. Según un estudio de Ikerfel, realizado para Securitas Direct, las pequeñas y medianas empresas gozan de una mayor sensibilización hacia la seguridad que la que tienen los particulares en sus propios domicilios.

La razón es bien sencilla: consideran esta incidencia como un hándicap más de su actividad comercial. De ahí que tomen medidas de seguridad proactivas para reducir el riesgo. Además, para muchos negocios es condición sine qua non implantar medidas de protección ya que es un requisito dictado por sus compañías de seguros. ¿Cómo aumentar la seguridad en los negocios?

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Según Securitas Direct, el primer punto relevante a la hora de acometer este asunto es la precaución. Los momentos de apertura y cierre en un negocio son los de mayor debilidad porque, generalmente, es el momento señalado por los delincuentes para activar su plan. “Al abrir o cerrar tu negocio asegúrate de que no pase nada extraño en los alrededores”, recomiendan.

También proteger el escaparate y las ventanas (los alunizajes es uno de los métodos más utilizados por las bandas de ladrones). Desde Securitas Direct aconsejan utilizar cristales de seguridad y pivotes antialunizaje. Otra sugerencia es guardar el mínimo dinero posible en las cajas registradoras. ¿Por qué? Porque es el principal objetivo de los intrusos. “Es recomendable que alguna de las cámaras de videovigilancia apunte a la caja registradora”, dicen en Securitas Direct.

¿Más consejos? Iluminar los espacios exteriores del negocio, asegurando que puertas y zonas del aparcamiento no queden a oscuras; revisar el estado de las cerraduras de puertas y ventas de forma periódica; instalar cámaras de videovigilancia y un sistema de alarma conectado a central receptora (de este modo se protege el negocio y se puede ver lo que sucede cuando uno no está presente); y, por último, desde Securitas Direct inciden en algo que puede parecer nimio: si se cuenta con un sistema de seguridad, hay que conectarlo cuando se cierra el negocio.