Guindos pone en la diana a Torres tras la imputación de los directivos de BBVA

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, teme que la imputación de varios directivos de BBVA por el caso de las escuchas ilegales presuntamente encargadas al ex comisario Villarejo termine afectando a la estabilidad y la solvencia del banco. El ex ministro español duda de la capacidad del presidente de la entidad, Carlos Torres, para llevar el timón de la entidad con garantías de supervivencia y así se lo ha trasladado de forma extraoficial al Banco de España y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

Según informan a MERCA2 fuentes del entorno de Luis de Guindos, en la institución monetaria se comienza a especular con la posibilidad de un relevo en la cúpula del banco español y el favorito para sustituir a Torres es el ex gobernador del Banco de España y consejero independiente del BBVA, Jaime Caruana.

Tal como adelantó este diario la semana pasada, el BCE se plantea encargar una auditoría independiente para conocer el grado de implicación de varios directivos del banco, incluyendo a Ángel Cano, que fue consejero delegado de BBVA antes que Carlos Torres y que se marchó del banco de forma precipitada tras recibir una cuantiosa indemnización. Sin embargo, el avance en la vía judicial –con la imputación del propio Cano– aplaza la necesidad de un informe pericial adicional hasta conocer el resultado de la instrucción de Manuel García Castellón. 

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Fuentes jurídicas explican que la estrategia del magistrado de la Audiencia Nacional es lograr que alguno de los imputados desvele el grado de implicación del anterior presidente, Francisco González (FG), en la contratación de Cenyt –la empresa de seguridad de Villarejo– para hacer trabajos de investigación y espionaje al margen de la ley. El caso fue destapado por MONCLOA.COM tras publicar varias grabaciones en las que el anterior jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano, implicaba a Cano y González en la trama. La clave ahora es saber hasta donde llegará el juez en su búsqueda de responsabilidades penales.

“La situación es terrible, porque alcanza a la cúpula del banco, pone sobre la mesa su complicidad en una actividad delictiva, hace dudar del papel de Torres como encubridor, generando un coste reputacional brutal de consecuencias imprevisibles. La duda que tiene en estos momentos Guindos, el Banco de España y la CNMV es si el golpe judicial –sumado a los problemas que tiene el banco en México y Turquía– dañará la solvencia del banco en un momento, además, en el que la política monetaria dificulta la gestión de las entidades financieras, estrechando sus márgenes y obligándoles a reforzar su capital”, explican las fuentes consultadas.

La incertidumbre en Frankfurt sobre la capacidad de Torres para presidir BBVA no es un elemento novedoso, ya que cuando se produjo su designación en noviembre de 2018 surgieron voces discrepantes –de forma privada– que no recibieron con entusiasmo el nombramiento. “Francisco González no consultó con el BCE su elección y esto no sentó bien a varios responsables de la institución que además consideraban que Torres no tiene la experiencia, formación y capacidad técnica adecuada para dirigir una entidad financiera del tamaño y la importancia BBVA”, añaden las mismas fuentes.

TORRES LIGA SU FUTURO AL DE FG

Uno de los aspectos que más alimenta la desconfianza en Torres es su respaldo sin fisuras a las actuaciones de González, que puso de manifiesto el pasado febrero en la presentación de los resultados anuales de la entidad financiera. “He trabajado mano a mano con FG en los últimos diez años. Hemos tomado decisiones difíciles y, durante esos años, me ha demostrado un enorme liderazgo, es íntegro, trabajador y exigente, con un espíritu incansable, que ha sido todo un ejemplo”, aseguró el presidente de BBVA. Pocas semanas después la presión del organismo supervisor le obligó a forzar la dimisión de González como presidente de honor de BBVA, aunque el banco le sigue financiando vehículos, secretaria, despacho y varios escoltas. 

Ya el pasado enero el BCE había exigido a Torres celeridad y mano dura para cerrar cuanto antes la crisis abierta tras descubrirse el escándalo, que ha dado lugar a la creación de una pieza separada del caso Tándem. La Audiencia Nacional investiga la relación de BBVA con Villarejo y el papel de ambos en la red de espionaje a empresarios, políticos, periodistas y magistrados para abortar el intento de Sacyr de controlar el banco con la ayuda del gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero.

Por el momento en BBVA se descartan ceses o dimisiones de los directivos imputados que todavía tienen responsabilidades en el banco, aunque los dilatados plazos de la instrucción podrían obligar a Torres a exigir salidas para salvar su puesto; sobre todo si la presión del BCE sobre la entidad española aumentan cuando Christine Lagarde tome las riendas de la institución el próximo otoño en sustitución de Mario Draghi.

CARUANA… O GONZÁLEZ PÁRAMO

El nombre de Jaime Caruana como futuro presidente de BBVA comenzó a sonar el pasado marzo y ha cobrado más fuerza después de que la instrucción judicial constate que existen suficientes indicios para imputar a grandes directivos de la entidad que pertenecían al círculo íntimo de González. En los círculos financieros se especula con esta posibilidad desde que fue nombrado consejero independiente en junio de 2018, aunque el posterior ascenso de Torres le cerró el camino. El BCE esperaba que BBVA tuviera un presidente sin funciones ejecutivas tras el proceso sucesorio, pero FG hizo caso omiso de la recomendación del organismo y nombró a Torres presidente manteniendo su capacidad ejecutiva.

Otro de los posibles sustitutos cuyo nombre está sobre la mesa es el de José Manuel González Páramo, que desde 2013 es consejero ejecutivo de BBVA y que tiene un prestigio logrado tras ocupar cargos de responsabilidad en el BCE durante los ocho años previos a su llegada al banco español. Fuentes socialistas apuntan que la candidatura de González Páramo tendría además el respaldo del Gobierno español y aseguran que en Frankfurt se le considera un candidato con las mismas posibilidades que el propio Caruana para suceder a Torres.

ELEVADA EXPOSICIÓN A MÉXICO Y TURQUÍA 

Todo esto se produce en un momento muy complicado para BBVA, que ha fiado una buena parte del negocio bancario a la evolución de países en los que la seguridad jurídica brilla por su ausencia. El caso de México es el más evidente, un estado inmerso en una nueva ola de nacionalismo socialista tras la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia que aporta al grupo financiero español el 45% de su beneficio (2.384 millones de euros en 2018). 

El mercado ve con preocupación la elevada exposición de BBVA al país azteca y Credit Suisse ha rebajado el precio objetivo de los títulos de la entidad hasta los 4,5 euros por la “sobreestimación de sus ganancias en México. Los analistas de la entidad suiza ven, además, «poco espacio» para mejoras en otras áreas geográficas, como Europa, donde el fantasma de los tipos de referencia negativos resucita con la llegada de Lagarde al BCE.

El otro gran mercado que amenaza el futuro del banco es Turquía, país con una grave crisis económica e institucional en el que ha quedado atrapado el grupo español que opera a través de Garanti, entidad de la que procede a su vez Onur Genç, designado por Torres CEO de BBVA ante la sorpresa generalizada del mercado. 

«Las condiciones operativas en Turquía se deterioraron significativamente en 2018 debido a la depreciación y la volatilidad de la lira y a los elevados tipos de interés, lo que aumenta la presión sobre los márgenes, la calidad de los activos, la capitalización y la liquidez de BBVA (…) con una perspectiva de crecimiento débil», expone la agencia de calificación Fitch Ratings en un reciente informe en el que mantiene la nota de solvencia del banco español en grado de inversión (investment grade), pero con “perspectiva negativa”.