Fremap confía en que el Gobierno aumente la financiación a las mutuas

No son buenos tiempos para las mutuas de accidentes de trabajo. Desde el año 2015, los resultados del sector son deficitarios. Y ahí juega un ‘papel destacado’ el absentismo derivado de la Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes (ITCC). Su empeoramiento ha sido notorio desde 2013, agudizándose en 2017 y 2018. Por eso, las mutuas no dudan en pedir a la Seguridad Social una solución que palíe esta particular sangría. Fremap es un ejemplo.

“Hay que reconocer que los costes se han multiplicado y que tenemos un problema de financiación. El mismo se soluciona con más financiación”, afirmó José Luis Checa, subdirector general de Fremap durante la presentación del ‘VIII Informe Adecco sobre el absentismo’. “Tarde o temprano la financiación, que bajó con la crisis, y que ahora está en cifras de 2009, se cambiará”, añade. Pero, de momento, y como dice el refrán, ‘con la iglesia hemos topado’.

El gasto en contingencias comunes se ha disparado en el último lustro provocando los números rojos en las mutuas

Porque el Ministerio de Trabajo, en la última legislatura, hizo oídos sordos a los cantos de sirena de las mutuas que reclamaban 240 millones de euros más para hacer frente al absentismo, y poner de esta manera ‘en orden’ unas pérdidas superiores a los 730 millones de euros. Un suplemento de financiación, considerado por las mutuas como un salvavidas, y cuyo origen son las cuotas sociales abonadas por trabajadores y empresarios, que en su momento el PP prometió subir pero que el PSOE desechó la posibilidad.

Ante este escenario, ¿está la solución en el agrupamiento de mutuas? Impulsadas por el ministerio, Asepeyo, Fraternidad-Muprespa y MC Mutual han sellado un pacto denominado +Compromiso, mientras que Mutua Universal, Fremap y Solimat han hecho lo propio. La meta no es otra que buscar ahorros compartiendo centros asistenciales y administrativos propios y prestando de manera recíproca asistencia sanitaria hospitalaria, ambulatoria, recuperatoria y de pruebas complementarias en contingencias profesionales. “Los hospitales de las mutuas son los que son por lo que determinados accidentes habrá que seguir derivándolos a la sanidad privada”, señalan fuentes del sector. Y añaden: «Las bajas muchas veces llegan a los 90 días porque el diagnóstico y la posterior cura al paciente se retrasan».

FREMAP, LAS MUTUAS Y EL ABSENTISMO

Tanto en Fremap, como en el resto de mutuas, ven con preocupación el incremento de la tasa de absentismo. De hecho, y según el informe de Adecco, subió en 2018 hasta el 5,3% (0,3 puntos porcentuales), alcanzando un nuevo máximo histórico (que databa de 2009). Dicho de otra manera, hubo 753.000 asalariados que no trabajaron durante todo el año (52.000 personas más que en 2017).

Otro dato revelador del problema es que, durante 2018, se produjeron 5.212.692 procesos por contingencias comunes, un 12,7% más que un año antes. Porcentaje más que significativo si tenemos en cuenta que la población media protegida sólo se incrementó en un 3,4%.

¿Traducido a euros? Hablamos de la friolera de 85.140 millones de euros, cantidad que supone un crecimiento del 10,02% interanual. “Ello tiene graves repercusiones para los propios trabajadores, para la competitividad de nuestras empresas, para la creación de empleo, para nuestro sistema de protección social y para el crecimiento económico”, concretó Javier Blasco, director de Adecco Group Institute.

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En 2018, el gasto en prestaciones económicas por ITCC, a cargo de las mutuas y de las entidades gestoras de la Seguridad Social, fue de 7.498,5 millones de euros (+12,89% respecto al año anterior). El coste directo para las empresas fue de 6.900 millones de euros, mientras que el coste de oportunidad (producción de bienes y servicios que se dejaron de producir), alcanzó los 70.741,4 millones de euros.

¿Cuál es el coste por asalariado? 433,16 euros de media. Dicho coste se financia con cargo a las cotizaciones por contingencias comunes que pagan los empresarios (84%) y los trabajadores (16%), del 28,30% de la base reguladora por contingencias comunes, y los trabajadores autónomos, a la Seguridad Social.