FCC se juega la construcción del nuevo estadio del Valencia

FCC y el Valencia tienen ante sí su particular día D. Será el próximo 31 de marzo cuando, en principio, y si la situación actual no lo impide, el club y la cooperativa ADU Mediterráneo deberían firmar el pertinente acuerdo para reanudar las obras del nuevo estadio del Valencia.

De esta manera, la enseña a los mandos de Carlos Slim, y Bertolín (la empresa valenciana con quien firmó una UTE), podrían retomar las obras. Sin embargo, esa luz parece que empieza a ensombrecerse. Porque la cooperativa ha cambiado la garantía de pago, según Las Provincias. Y todo porque el ritmo de venta de pisos no avanza como estaba previsto. En los terrenos que hoy ocupa el estadio se levantaría el denominado como Residencial Acequia de Mestalla.

El club y la cooperativa ADU Mediterráneo deberían firmar el 31 de marzo el acuerdo para reanudar las obras

Se trata de otro posible contratiempo, y ya van unos cuantos, que podría demorar el arranque del nuevo Mestalla cuyas obras podrían estar finalizadas en la temporada 2022-2023. Esa era la estimación inicial. La crisis surgida por el coronavirus podría ser un nuevo bache en el camino que retrasara, una vez más, la construcción.

Con este panorama, quien puede acabar siendo un salvavidas tanto para FCC como para el propio Valencia es su propietario: Peter Lim. Si el acuerdo entre el club y la cooperativa ADU Mediterráneo no cuajara, Peter Lim ha encargado a un despacho de abogados la documentación necesaria para hacer una ampliación de capital de 150 millones de euros, según Tribuna Deportiva.

LA EXPERIENCIA DE FCC

La actual reforma del Santiago Bernabéu, la construcción del Wanda Metropolitano, o la de Son Moix (Mallorca), Nueva Condomina (Murcia), Ramón de Carranza (Cádiz), o Cornellá-El Prat (Español). Todos estos estadios de fútbol tienen un denominador común. La empresa que hizo posible su cambio de look o su nacimiento fue FCC.

Sin embargo, no todo han sido parabienes para FCC. En su hoja de servicios hay un borrón. Y ese no es otro que el del nuevo estadio del Valencia. Fue en junio de 2007 cuando por aquel entonces la empresa controlada por Esther Koplowitz se adjudicaba la construcción del que muchos apodaron como Nuevo Mestalla. ¿Importe? 82 millones de euros.

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Lo hizo en una UTE con una empresa valenciana: Grupo Bertolín. Ha pasado ya más de una década desde que se iniciaron las obras, allá por 2009. Y el esqueleto, y las vallas con los nombres de ambas compañías, conforman un paisaje desolador en una zona donde no faltan hoteles y el Palacio de Congresos de la ciudad del Turia, entre otras infraestructuras.

Sin embargo, hay que retrotraerse todavía más en el tiempo para descubrir los orígenes que llevaron a que, en la actualidad, el estadio esté a medio hacer. Porque fue en 2004 cuando el ayuntamiento de la ciudad firmó un acuerdo con el club de fútbol. Cedía a éste una parcela de 90.000 metros cuadrados en la avenida de las Cortes Valencianas (donde arrancaron las obras), cambio de la recalificación de los terrenos que ocupa el estadio de Mestalla (89.000 metros cuadrados).

UN ESTADIO CINCO ESTRELLAS

Fue en 2006 cuando el nuevo estadio que levantaría FCC vivió su particular puesta de largo. El diseño, a cargo del estudio de arquitectura Reid Fenwick Asociados, se presentaba en sociedad mediante una maqueta donde se destacaba su capacidad para 75.000 espectadores. Con esta capacidad, y otras características, sería un estadio Cinco Estrellas según los parámetros de la UEFA.

Una de las singularidades de la obra que FCC y Bertolín arrancaron un año después es que su fachada y cubierta venían a ser un homenaje a los 16 barrios que conforman la ciudad. Pero, en 2009, la crisis económica no tuvo piedad. Se dijo que iba a ser un parón temporal. No había liquidez.

A finales de 2011, parecía que los cielos volvían a abrirse para el Valencia, FCC y Bertolín. Se firma un acuerdo con Bankia (Newcoval). Un año después, la Generalitat aprueba un plan para la ciudad en el que se enmarca el nuevo estadio. Como a perro flaco todo son pulgas, Bankia acaba siendo intervenida.

FCC es, dentro de las grandes constructoras con sello made in Spain, la que más experiencia ha demostrado en la ejecución de estos gigantes arquitectónicos. No sólo ha ganado la puja a otras grandes del sector, sino que además ha llegado a recibir premios internacionales. Así, el Wanda Metropolitano fue galardonado con el premio al mejor estadio del año (2018) por Industry Awards. Ganó esta particular batalla al Mercedes-Benz Stadium, de Atlanta (EEUU), y al Century Link Field, de Seattle (EEUU).