¿Por qué el dinero va lo último? (Y otras curiosidades de los cajeros automáticos)

Acudes a un cajero, tecleas determinado importe a reintegrar, te pregunta si vas a realizar más operaciones y, si respondes que no, te devuelve la tarjeta de crédito. En último lugar de todo el proceso, cuando ya estás apunto de irte, ves el dinero aparecer por la ranura. ¿Nunca te has preguntando por qué es así y no de otra manera? Y ¿qué ocurre si un cajero automático se queda sin dinero en efectivo?

El dinero, siempre lo último
Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en el cual lo último que obteníamos en todo el proceso, el último paso, era la devolución de la tarjeta de crédito. Sin embargo, ocurría un hecho curioso: había infinidad de personas que dejaban la tarjeta olvidada en el cajero. Muchos tenían que ir al día siguiente a la sucursal para recuperarla, pero en otras ocasiones no aparecía jamás y obligaba al cliente a iniciar todo el proceso para gestionar su pérdida, con el consiguiente riesgo entre medias (si dicha tarjeta caía en manos equivocadas).

Si tu cajero se queda sin dinero, obtén siempre un resguardo con la operación

Tan numerosas incidencias llevaron al rediseño del proceso de las operaciones en los cajeros, e hicieron que, en los bancos que operaban diferente, el dinero fuese lo último en aparecer. Los clientes podían olvidarse de la tarjeta de crédito, pero si acudían a extraer dinero (una de las tareas más habituales en los cajeros) raramente se olvidaban los billetes. Y, de hacerlo (en el caso que hubiese alguien tan despistado como para olvidar su propio dinero en el mismo cajero) el banco no tenía responsabilidad alguna, por lo que se ahorraba bastante papeleo (y la consiguiente pérdida de tiempo de sus empleados).

¿Y si no hay dinero?
Puedes suponer que si no hay dinero en el cajero, el sistema informático del banco te informe de este hecho y asunto zanjado. Pero cuidado: no siempre es así. Depende bastante del banco, y de la programación que sus ingenieros de sistemas hayan previsto en lo que en el argot informático se conocen como «excepciones». Y una excepción es que un dispositivo como un cajero, destinado a expender dinero, no lo tenga.

Un hecho que suele ocurrir es que el sistema grabe en tus movimientos bancarios la operación, descontándote ese dinero de tu saldo, aunque luego en pantalla te salga un mensaje informándote de que ésta no se ha podido completar por falta de fondos. Esto es así porque algunos sistemas hacen un proceso secuencial (normalmente, el tipo de programación más utilizada en los sistemas informáticos de los cajeros en todo el mundo). El proceso es el siguiente: imaginémonos que quieres sacar 20 euros de un cajero; primero el sistema añade un asiento a tu cuenta con la operación, descontando del saldo disponible esos veinte euros. A continuación, ordena al dispositivo que evacue esos veinte euros. Ahora llega el problema: el dispositivo no dispone de ese efectivo. entonces emite un aviso, te devuelve la cuenta o la tarjeta, y concluye el proceso. Por eso, si no utilizamos libreta bancaria es aconsejable que siempre que nos veamos ante este tipo de incidencias solicitemos un ticket o resguardo con las operaciones efectuadas, de esta forma sabremos al instante si nos han descontado ese dinero aún a pesar de no haberlo emitido.

Expulsar la tarjeta de crédito en último lugar para devolvérnosla, suponía un riesgo elevado de pérdida

Si nos han hecho un nuevo asiento erróneo de este tipo tampoco hay que preocuparse demasiado: para vuestra tranquilidad puedo deciros que el sistema suele advertir de ese error y normalmente se subsana en unas pocas horas. Pero si vemos que pasan unos días y esto no es así, acudamos o llamemos a nuestro banco con el ticket en la mano, para poder facilitarles la hora y el minuto exacto del problema. Con un solo vistazo al sistema pueden comprobar que, en efecto, a esa hora el cajero estaba sin efectivo y, ante eso, no hay excusa alguna.